Ortega hace "avioncitos de papel" con la legislación nicaragüense al otorgarle la ciudadanía a Salvador Sánchez Cerén, afirman analistas

En dos años Daniel Ortega ha otorgado la nacionalidad nicaragüense a dos expresidentes salvadoreños acusados por actos de corrupción.

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  • August 01, 2021
  • 10:27 AM

El 30 de julio de 2019, el régimen de Daniel Ortega le otorgó la nacionalidad nicaragüense al expresidente salvadoreño Mauricio Funes y a su familia, dos años después exactamente le otorgó la ciudadanía a otro expresidente salvadoreño, esta vez se trata de Salvador Sánchez Cerén, ambos tienen en común que son buscados en su país por corrupción.

Mientras Ortega acoge a prófugos de la justicia de otros países, rechaza a los nicaragüenses cuando intentan regresar a su país. El caso más reciente es el de Lesther Alemán, padre del joven universitario del mismo nombre que fue apresado el pasado 5 de junio y que presumiblemente se encuentra en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial conocida como El Chipote.

“Vos no podés entrar al país”, le dijo el oficial de Migración a Alemán, cuando cuestionó el por qué de la deportación de su país.

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Ana Quirós, quien por más de 40 años tuvo la nacionalidad nicaragüense y que a raíz del alzamiento popular en el 2018, Ortega decidió quitarle la ciudadanía y expulsarla del país en noviembre de ese año, considera que el mensaje que manda el régimen al otorgarle la ciudadanía a Sánchez Cerén y su familia es que “maneja Nicaragua como que fuera su finca, su hacienda”, donde invita a quién quiera y saca a los que le critican.

“Protege a sus amigos y cómplices y castiga a quienes nos hemos atrevido a levantar la voz para pedir justicia, libertad y democracia en Nicaragua”, expone Quirós.

El artículo 54 de la Ley de Migración y Extranjería de Nicaragua establece que los extranjeros naturales de España y los de origen centroamericano podrán adquirir la nacionalidad nicaragüense cuando sean residentes permanentes en Nicaragua por un periodo continuo de dos años sin necesidad de renunciar a la de su país de origen.

RÉGIMEN VIOLA SU PROPIA LEY

Quirós expresa que el régimen está violando su propia Ley, ya que Sánchez Cerén no tiene dos años de residir en Nicaragua “y se lo dio en un trámite exprés”.  

“Lo que está haciendo Ortega en Nicaragua es agarrar las leyes y hacer lo que da la gana. Yo me lo imagino haciendo avioncito de papel con la legislación nicaragüense”, manifestó Quirós.

El costarricense Carlos Murillo, politólogo y especialista en relaciones internacionales, recordó que en la década de los 80, cuando Ortega estaba en el poder, Managua recibió a muchos extranjeros que enfrentaban en ese entonces persecución política y problemas judiciales en sus países.

¿ROCES CON EL SALVADOR?

Desde entonces han pasado mucho tiempo y Ortega nuevamente en el poder no le preocupan mucho el cumplimiento de las leyes del país. Pero además puede ocasionar algún tipo de roce con el gobierno de Nayib Bukele.

“El gobierno de El Salvador puede considerar que Managua se está convirtiendo en el refugio de las personas o de dirigentes políticos que en El Salvador son denunciados y perseguidos por las instancias de justicia. Eso afectaría las relaciones bilaterales entre Nicaragua y El Salvador”, comentó el especialista.

El artículo 17 de la Constitución de Nicaragua, establece que los centroamericanos podrán optar a la nacionalidad nicaragüense sin renunciar a su nacionalidad y podrán solicitarla cuando residan en el país. Mientras que artículo 43 de la misma norma expresa que en Nicaragua no existe la extradición por delitos políticos comunes o conexos con ellos. Los nicaragüenses no podrán ser objeto de extradición del territorio nacional”, expresa el mismo artículo

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Murillo expone que Ortega al darle la ciudadanía, quiere evitar la detención del exmandatario por las causas que le siguen en El Salvador. “Envía un mensaje complicado a la comunidad internacional. Desde Managua se les dice a los dirigentes políticos mientras se consideren afines a los intereses políticos de Ortega -Murillo, o en el pasado se les consideró aliados y no es asunto de derecha o izquierda, pueden volver a ver hacia Managua porque allí se les otorgará la nacionalidad”, analiza el experto.

RÉGIMEN ESTILO SULTÁNICO

El politólogo costarricense, es del criterio que Ortega maneja las relaciones internacionales de acuerdo a sus intereses personales y a quiénes son sus aliados y no de los intereses del país, "Nicaragua entró en este momento en esa condición de régimen estilo sultánico, donde lo que decide el sultán y su esposa es lo que le conviene a los intereses de la élite gobernante no se piensa en función de Nicaragua", explica Murillo.

El lenguaje de Ortega y Rosario Murillo de defensa de la soberanía es una construcción retórica que responde al siglo pasado, expone el experto.

Pero Ortega también pone en práctica un doble rasero, por un lado, abre sus brazos a Sánchez Cerén acusado de corrupción en su país, pero obliga a miles de connacionales a emigrar a otros países para poner a salvo sus vidas o en búsqueda de mejores condiciones de vida.  Gonzalo Carrión, miembro del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, expone que ambos exmandatarios no cumplían con los requisitos que establece la legislación nacional para darle la ciudadanía.

Para Carrión, el régimen favorece al expresidente salvadoreño con la impunidad, y Nicaragua se convierte en refugio “y un pésimo ejemplo de ser una guarida de impunes”.

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