Seis horas de carretera, filas kilométricas y el riesgo a no ser vacunado: El testimonio de nicaragüenses que buscan vacunas "seguras" en Honduras

Tres nicaragüenses que han cruzado por puntos ciegos la frontera con Honduras para vacunarse contra el Covid-19 relatan su experiencia a DESPACHO 505.

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  • October 27, 2021
  • 02:26 AM

Luego de recorrer más de seis horas en carretera, desde el céntrico municipio de San Marcos hasta el límite norte de Nicaragua, de dormir y comer mal para al amanecer cruzar a pie la frontera con Honduras por un punto ciego; Graciela, sus dos hijos y su marido lograron vacunarse contra el Covid-19 este martes, en el puesto médico de San Marcos de Colón.

Llegaron de noche a la ciudad de Somoto, donde por 40 dólares consiguieron una habitación para los cuatro. “El hotel nos consiguió un taxi que nos cobró 800 córdobas ida y vuelta hasta El Espino. El señor del taxi nos avanzó hasta donde pudo, porque eran tantos carros y buses que era imposible avanzar”, relata.

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A pie les tomó diez minutos ingresar a suelo hondureño. “Nadie nos detuvo, ni nos preguntaron nada”, asegura Graciela.

Pese a que amanecía, la mujer se encontró con que habían más de 5,000 personas en fila. “Nos asustamos al ver la cantidad de personas, pero pasaron unas camionetas y microbuses diciendo que en San Marcos de Colón estaba más vacío y nos cobraron 50 córdobas por persona para llevarnos”, relata.

En San Marcos de Colón, Graciela fue marcada en su antebrazo con el número 1,004. Eran las 6:30 de la mañana y sin tener la certeza de que sería vacunada, ya que debido a la alta demanda los sanitarios hondureños tomaron la decisión de priorizar a embarazadas y personas de la tercera edad, decidió permanecer por ocho horas en la fila.

Ella recibió su primera dosis de la vacuna Moderna, junto a su familia. Ha sido un sacrificio, reconoce, porque quien toma camino hasta la frontera asume el riesgo a no ser vacunado.

NICARAGÜENSES LLEGAN POR MILES HASTA LA FRONTERA

Al igual que Graciela, desde la semana pasada, miles de connacionales se desplazan hasta Honduras con el interés de ser inmunizados contra el Covid-19 con las fórmulas de Pfizer Moderna que aplica Honduras y que forman parte de los antídotos validados por la Organización Mundial de la Salud.

La decisión del Gobierno de Honduras de vacunar contra el Covid-19 a extranjeros que cruzan la frontera por El Guasaule y El Espino, principalmente nicaragüenses, saca a luz la desesperación de los ciudadanos de este país por protegerse de la enfermedad, así como la deficiencia y falta de confianza en las vacunas desarrolladas por Cuba y Rusia que ha decidido aplicar Nicaragua, y que todavía no cuentan con el aval de la OMS.

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La llegada masiva de nicaragüenses es tal que entre la tarde del lunes 25 de octubre y la mañana del día siguiente se observaron filas de más de tres kilómetros en los puntos de vacunación habilitados en las fronteras de La Fraternidad-El Espino, en El Guasaule y en San Marcos de Colón, según reportes de medios de ese país y que lo confirman los testimonio de ciudadanos que han realizado el viaje. También han llegados nicas por cientos a Choluteca, ciudad en la que funcionan tres puestos de vacunación.

El presidente hondureño Juan Orlando Hernández anunció el pasado lunes que, su país no tiene vacunas “de sobra”, pero sí la cantidad suficiente para atender a su población y apoyar a los nicaragüenses que están buscando inmunizarse.

“YA NO HAY VACUNAS”, UN BALDE DE AGUA FRÍA

Una familia llega a un puesto de vacunación fronterizo donde miles de personas aguardaban para recibir la primera dosis de la vacuna anticovid. Foto: Despacho 505

Elena es otra ciudadana que prefirió recorrer los más de 340 kilómetros que separan a Managua de la frontera con Honduras para vacunar a sus tres hijos con un inoculante seguro, ya que no sintió confianza de inmunizarlos con la fórmula Soberana que comenzó a inyectar el Ministerio de Salud a la población de 2 a 17 años.

En un vehículo rentado se dirigió a un puesto de vacunación habilitado en Trojes, porque supo que había menos demanda, sin embargo en ese lugar por falta de disponibilidad de vacunas estas fueron reservadas para los adolescentes.

“Cuando dijeron que a nosotros nos vacunarían hasta el día siguiente yo me preocupé porque entramos por punto ciego y no andaba dinero suficiente. Casi lloro. Sin embargo, sentí esperanzas cuando una de las enfermeras me pidió mis datos y dijo que ellos lo que quieren es ayudar a los nicaragüenses”, narró Elena.

Salió del centro de vacunación, buscó un hotel donde “encargó” a sus hijos con la dueña, mientras regresaba a Nicaragua a buscar dinero. “La señora fue tan amable y me dijo que no me preocupara, que los dejara sin ningún problema. Mis hijos tenían hambre y ella les dio de comer sin cobrarnos, incluso me alistó un taco para el camino. Estando en el punto ciego, tenía que tomar una mototaxi y un señor hondureño me pagó el pasaje. En realidad estoy sorprendida por el trato que nos están dando a los nicaragüenses, un ejemplo de cómo se deben ayudar los pueblos vecinos”, reconoció.

Finalmente, el mismo martes Elena fue llamada a vacunarse junto a sus otros dos hijos. “El trabajo que están haciendo los hondureños hacia los nicas es digno de admirar”, dice.

VACUNACIÓN EN CHOLUTECA

La historia de Catalina, otra madre nicaragüense que viajó a Honduras por la vacuna, inició antes de la media noche del sábado 23 de octubre, desde Managua hacia Estelí.

A las 4:30 estaban en la frontera y entraron al país vecino por un punto ciego que conduce al otro lado de la aduana El Espino, donde se trasladó en bus hasta San Marcos de Colón y luego tomó otro hasta Choluteca. Nos bajó en el centro comercial Unimall que fue donde a nosotros nos tocó vacunarnos, y como era domingo tuvimos la suerte de que vacunaron a los niños ahí”, relató.

Los nicaragüenses, desconfiados de esas vacunas, ven en Honduras una oportunidad para acceder a vacunas validadas, ya que el costo del viaje y la posibilidad de cruzar por “vereda” la frontera lo facilita. Catalina, por ejemplo, refiere que en todo el viaje gastó alrededor de 2,500 córdobas, ya que no tuvo necesidad de pagar hospedaje, ni moverse de un puesto a otro.

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Sin embargo, ante el interés por la vacuna contra el Covid-19 se han activado diversos negocios como ofertas de traslado hacia localidades fronterizas hondureñas y paquetes de viaje que incluyen el cruce por puntos ciegos para evitar que las autoridades migratorias nicaragüenses les impidan avanzar.

Así mismo, pobladores locales han aprovechado la situación para buscar algunos ingresos por lo que se ofrecen como guías para llevar a las personas hasta el otro lado de la frontera. Incluso, alquilan caballos a 20 dólares por persona.

Si el cruce lo realizan por el Río Guasaule, los lugareños han puesto a disposición de la gente que va a cruzar a vacunarse, neumáticos y pequeños vehículos acuáticos que hacen el cruce por 200 córdobas ida y regreso.


*En este texto se omiten los apellidos de las personas que han accedido a contar sus testimonios para evitar el riesgo a represalias.

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