FUE UNA FARSA ELECTORAL
El régimen de Ortega y los candidatos colaboracionistas calificaron el proceso como un éxito democrático con alta participación ciudadana, sin embargo los medios de comunicación y ciudadanos desnudaron el “circo electoral”.
- November 08, 2021
- 12:47 AM
- Despacho 505
- Copyright Despacho 505
A mitad de la tarde, los fiscales de los Centros de Votación, ante la falta de votantes, no tuvieron otra opción que reposar sus brazos y cabezas encima de pupitres y sillas de un centro escolar del municipio de Muelle de los Bueyes, en la Costa Caribe Sur.
La imagen recorrió rápido las redes sociales, junto con miles más, que ciudadanos y periodistas compartieron para evidenciar el alto nivel de abstencionismo que marcó la jornada del 7 de noviembre.
La escena de esa región se repitió por todo el país, Centros de Votación sin filas, contrario a años anteriores. Motorizados y paramilitares permanecieron en algunos colegios para hacer creer que había participación.
Solo simpatizantes de la dictadura y trabajadores del Estado se movilizaron desde tempranas horas a depositar su voto en las urnas. Pese a que se dispuso de recursos estatales, el Frente Sandinista no logró una movilización, aunque los candidatos presidenciales como Gerson Gutiérrez Gasparín y Walter Espinoza vieron una concurrencia que ningún medio nacional registró.
Muestra de cómo el aparato propagandístico fue activado es un vídeo en el que aparece la ciudadana Petrona Lezana que fue abordada por varios medios de comunicación en el barrio Edgard Lang, en Managua. “Yo soy movilizadora”, dijo, jactándose de tener una lista con el nombre de 8 personas que debía depositar su voto en la casilla del partido “favorito”, la “dos”, es decir el Frente Sandinista.
No hubo una fiesta cívica, como afirmó Ortega en un discurso al mediodía del domingo. Siete de los precandidatos presidenciales que pudieron despojarle el poder por la vía electoral, permanecen encarcelados, junto con otros líderes opositores.
ADJUDICACIÓN DE VOTOS
Luis Fley, excomandante de la Contra durante los años 80 y exprecandidato presidencial del partido Fuerza Democrática Nicaragüense, recuerda que en otras épocas las personas acudían masivamente a votar.
“Este proceso electoral en realidad fue un plebiscito que ganó el pueblo nicaragüense quedándose en su casa demostrando el rechazo a Daniel Ortega. Él puede adjudicarse el 99.9% de los votos, pero eso no cambiará nada. Él será desconocido y la crisis se ahondará hasta que haya elecciones realmente libres”, dice.
Sin duda, los sufragios de este domingo fueron los más atípicos de la historia nacional. No hubo irregularidades electorales porque ningún candidato que aparecía en la boleta estaba ahí para competir.
Varios organismos y opositores a la dictadura de Ortega, se mostraron optimistas ante la respuesta de los nicaragüenses que se resguardaron en sus casas y le dijeron “no a la dictadura”. Ahora el llamado que hacen es a no dejar la lucha.
Para la presidenta y fundadora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, ni siquiera se puede hablar de fraude porque lo que ocurrió ayer no es un proceso electoral normal.
“Se habla de fraude cuando hay un número significativo de anomalías, pero aquí lo que hay es una simulación, un montaje perverso (de Daniel Ortega) para tratar de engañar a la opinión pública internacional dándole apariencia de legalidad para perpetuarse en el poder”, expresa.
Núñez es enfática al señalar que el circo electoral es una estrategia planificada desde hace mucho tiempo. “¿Cómo se puede pensar que esto es un proceso electoral con las cárceles llenas de líderes opositores? El país está militarizado. No hay acceso a la justicia. El panorama después de estas elecciones es incierto”.
PROCESO VICIADOS DESDE EL PRINCIPIO
En el mismo sentido, el presidente de Hagamos Democracia, Luciano García, dijo que este es un proceso electoral “totalmente viciado” lo que lo hace ilegítimo.
“Lo que vimos es la culminación de la ilegitimidad de todo un proceso. Al atender el llamado de no salir a la calle, la población está diciendo que no tiene por quién votar y que ese derecho fue lesionado al imponerse Daniel Ortega en la presidencia como el dictador que es”, valora.
En la Costa Caribe Norte el panorama no fue distinto a las demás regiones del Pacífico y Centro del país. Limbort Bucardo, activista de la organización comunitaria Prilaka, mencionó que a nivel regional no hubo movilización ni ambiente electoral.
“Vivimos en la era digital y es muy difícil que quieran aparentar que hubo participación, porque la gente ve en redes todo lo que pasa”, dice.
El comunitario manifiesta que la gente de la zona no conoció ni a los partidos ni a los candidatos que iban en la boleta “por eso no es raro que la gente no haya ido a las JRV”. Pero los operarios del FSLN movilizaron a los trabajadores del Estado desde temprano, como en todo el país.
Por su parte, el coordinador político de Urnas Abiertas, Pedro Fonseca, opinó que “al ser este un proceso que carece de legitimidad y credibilidad y que se contextualiza en el marco de una constante violencia política e irrespeto a los derechos humanos no se puede esperar mucho”.
Fonseca mencionó que esa organización inició un monitoreo del proceso electoral, de octubre del año pasado a octubre de 2021, en el que quedaron registrados más de mil 656 hechos de violencia política.
Y desde el 5 de noviembre ya agregaron 21 detenciones arbitrarias más a personas de las organizaciones opositoras. Este organismo proyectó que el 81% de nicaragüenses aptos para votar, decidieron no avalar el proceso.
“De estas elecciones no se puede esperar nada. Este es un proceso viciado de origen, que nunca tuvo la intención de mostrar las preferencias de la ciudadanía. Los resultados ya estaban dados desde el inicio”, dijo.
SIN LIBERTADES
Martha Molina, abogada del Observatorio Pro Transparencia y Anticorrupción, destacó por su parte que los medios televisivos afines al gobierno mostraron una y otra vez las mismas escenas de las Juntas Receptoras de Votos (JRV) totalmente llenas.
“Esto se debió a que la mayoría de los empleados de Gobierno fueron obligados a ir a votar desde temprano, pero en realidad hubo poca afluencia de ciudadanos en las urnas. En redes sociales mucha gente publicó fotos mostrando su dedo limpio”, recalcó.
La abogada también puntualizó que recibieron varias denuncias sobre presencia de paramilitares en los municipios más representativos del país, secuestros, redadas y allanamientos.
“Por eso el pueblo decidió no ir a votar. No hay libertades mínimas ni opciones ni garantías que nos permitieran un verdadero ejercicio democrático”.
Al final del día, Ortega perdió, la abstención ganó.