Más desempleo, endeudamiento y pobreza: los resultados de la fracasada política económica de Ortega

Tras 15 años imponiéndose en el poder a cualquier costo, la dictadura de Daniel Ortega acumula una serie de fracasos en lo económico, político, social y moral que mantienen al país en un estado de postración y pobreza, según un análisis hecho por el economista y analista nicaragüense Enrique Sáenz.

Cuando Ortega tomó las riendas en el 2007, el país marcaba una tasas de crecimiento económico por encima del 4% anual; exportaciones e inversiones crecientes; flujos sostenidos de cooperación al desarrollo tanto de origen bilateral como multilateral que incluía la cuenta Reto del Milenio y apoyo presupuestario por parte de Europa y Estados Unidos.

Eso le daba a Nicaragua equilibrio en las cuentas fiscales, control de la inflación y estabilidad en el régimen cambiario, sumado al marco de “libertades y derechos; espacios de participación de la sociedad civil; medios de comunicación desconcentrados y plurales”.

LEA TAMBIÉN: La Gritería, tradición opacada por la pobreza y la pandemia en Nicaragua

“En fin, una plataforma propicia para cristalizar el gobierno más exitoso de la historia nacional”, según Sáenz. Sin embargo, todo eso es ahora solo historia, pues una vez acomodado en el poder, Ortega impulsó un rápido retroceso en materia de democracia y “se bañó con los cuantiosos recursos de la cooperación venezolana”.

Los proyectos insignes del régimen no fueron más que “banderas” que no resolvieron los problemas, tal es el caso del programa “Hambre Cero”.

El economista sustenta su análisis en el informe regional del Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) del 2021, que revela que “uno de cada 5 nicaragüenses padece hambre (19.3%)” y esa proporción sigue creciendo.

Las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) reflejan que, en el 2020, pasando al 2021, el porcentaje de pobreza superó el 50% de la población nicaragüense y la Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (FIDEG) estimó la pobreza en el país en 45 por ciento. Los niveles de pobreza, según FIDEG podrían sobrepasar el 50% si no fuera por las remesas que envían los nicaragüenses que trabajan en el exterior.

DESEMPLEO EMPEORA

En cuanto al empleo, el analista añade que, según datos oficiales del Banco Central, a julio del 2007 el desempleo era 5.9% y el subempleo 47%. 15 años después, el Instituto Nacional de Información del Desarrollo (INIDE) reportó que aproximadamente el 62% de la fuerza laboral nicaragüenses se encuentran actualmente en condición de desempleo, subempleo o en la categoría de “trabajadores sin salario”.

Después de 15 años la “vibrante economía” de Ortega logró reducir el desempleo apuradamente en el 1% y el subempleo en 2%. "Si descontamos los centenares de miles de migrantes que en este período salieron del país en búsqueda de mejores horizontes, es obvio que estos porcentajes quedarían en negativo”, afirma Sáenz.

LA MENTIRA DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO

El economista señala que durante el  2021 el costo de la vida alcanzó su nivel más alto de los últimos 10 años.

Y entonces “que expliquen, los economistas de la dictadura, cómo una economía que creció, según ellos, a una tasa promedio superior al 5% no fue capaz de generar empleos plenos, ni mejorar los salarios".

A los fracasos de la dictadura se le agrega el problema de la deuda externa. Ortega recibió una deuda de US$3,400 millones, en números redondos. “Ahora la deuda se ha multiplicado por cuatro y llega a los US$14 mil millones. En paralelo al crecimiento del total de la deuda también están creciendo los pagos, año con año”.

LEA TAMBIÉN: Obispo Álvarez apela a la “solidaridad” entre los nicaragüenses para enfrentar la pobreza

Otro revés en lo económico se refleja en la seguridad social. “Ortega recibió el INSS con un superávit de C$1700 millones, diez años después ese superávit se había transformado en un déficit de C$2400 millones”.

ESTADO MAFIOSO

Al lado de la crisis económica y social ha marchado la galopante corrupción dentro del régimen. Sáenz toma en cuenta los informes de Transparencia Internacional que colocan al régimen de Ortega como “el más corrupto de Centroamérica” y el tercero entre los peores en América Latina, solo detrás de Haití y Venezuela. 

Además, en materia de lavado de dinero el Instituto de Basilea califica al régimen entre los más desacreditados del mundo, y el Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica GAFILAT lo tiene incluido en su “lista gris”, O sea, como sospechoso “lavador de dinero”.