Ortega calla ante las solicitudes de la OEA, ¿la está ignorando o es parte de un juego bien calculado?

La Organización de Estados Americanos ha enviado al dictador de Nicaragua Daniel Ortega solicitudes formales por las vías diplomáticas y mensajes a través de personeros políticos de alto nivel para que permita la entrada de una comisión que ayude a buscar una solución a la crisis sociopolítica que vive el país, sin embargo, guarda silencio y, hasta ahora, sigue ignorando al organismo regional.

La 51 Asamblea General de la OEA, celebrada el 10 de noviembre del año pasado, solo tres días después de que Ortega ejecutará la “farsa electoral” en la que se adjudicó un cuestionado cuarto periodo consecutivo en el poder, declaró ilegítimo ese proceso electoral y mandó al Consejo Permanente (CP) a trabajar en la búsqueda de una solución a la crisis del país.

En ese sentido el 8 de diciembre del 2021, el Consejo Permanente encomendó al secretario general de la OEA, Luis Almagro, gestionar ante Ortega la aceptación del ingreso a Nicaragua de una misión de alto nivel para hablar sobre reformas electorales, la revocación v de las leyes represivas, un diálogo con todos los actores políticos, elecciones libres, transparentes y con observación internacional creíble y la liberación de todos los presos políticos.

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Esas gestiones, hasta ahora han fracasado, según lo reconoció el propio Almagro quien verbal informó que Ortega “no ha contestado” a ninguno de los mensajes y comunicaciones enviadas, pero, según dijo el diplomático, ese silencio no debe ser entendido como “un rechazo formal o definitivo”.

¿RECHAZO REAL O CÁLCULO POLÍTICO?

Para el analista en temas de Centroamérica de Crisis Group, Tiziano Breda, hay tres elementos que explican el “fracaso” de las gestiones de Almagro ante la dictadura.

El analista ve en el silencio de Ortega un “cálculo de que la OEA no cuenta con los votos necesarios para aplicar medidas más contundentes contra Nicaragua”. Al mismo tiempo, el dictador se muestra confiado en que los socios o actores que lo respaldaron en su toma de posesión, el pasado 10 de enero, como China, Rusia e Irán, puedan balancear la presión que le aplica la OEA. 

De alguna forma, la posición de Ortega significa que “desconoce a la OEA como un actor”, al menos por el momento y bajo la gestión del secretario general Almagro. Por ello, “considera que no merecen una respuesta”.

Sin embargo, dice Breda, no se debe descartar que, al no responderle al organismo diplomático regional, está mandando un mensaje de que “no está cerrando definitivamente ese canal” y deja la posibilidad de utilizarlo si lo considera necesario.

La OEA es el principal foro regional para el diálogo, análisis de políticas y toma de decisiones en asuntos del Hemisferio. Este organismo desconoció los resultados de las votaciones del pasado 7 de noviembre. Ortega “denunció” la Carta Democrática, lo que implica la salida del país de ese organismo, sin embargo, de acuerdo con los estatutos, el retiro se hará efectivo hasta 2 años después de la denuncia, mientras tanto, el Estado de Nicaragua deberá seguir cumpliendo sus obligaciones en materia de democracia y derechos humanos.

LA OEA SIN MECANISMOS PARA LIMITAR A LA DICTADURA Y ORTEGA LO SABE

Para la especialistas en ciencias sociales y presidenta de la organización Nicaragüenses en el Mundo, Haydée Castillo, la OEA se encuentra en una encrucijada, dado que no cuenta con los mecanismos para poner límites a dictaduras con el nivel que ha alcanzado la de Nicaragua y Ortega lo sabe y a eso se atiene.

Recordó que han transcurrido tres años en los cuales todas las acciones diplomáticas de la OEA han fracasado e insistió en que, el primer elemento que se debe tomar en cuenta es que se están enfrentando a una dinastía familiar y militar que no va a entregar el poder por su voluntad y que enarbola la consigna de "el poder o la muerte".

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Advirtió que el régimen de Ortega-Murillo se están encaminando a cumplir lo que dijo Tomás Borge de que van a hacer lo que sea por mantenerse en el poder, aun a costa de la muerte de ciudadanos. Por eso ignoran a la OEA y no muestran voluntad de resolver la crisis mediante procesos diplomáticos porque saben que eso significa salir del poder y no quieren perder los privilegios que tienen.

Castillo considera que la OEA está pasando una crisis en la que varios países con gobiernos de izquierda están planteando su salida del organismo para fortalecer la CELAC, este hecho también entra en los cálculos del dictador de Nicaragua.

“Que más respuesta esperan si Almagro mismo informó que han hablado con personeros de alto nivel de Ortega y no ha contestado. No cabe nada más que la aplicación del artículo 21. Si no sucede, la OEA debe reconocer entonces que no está en capacidad de poner límites a la dictadura”, afirmó Castillo.

Según la activista, Ortega podría estar encerrando uno de sus cálculos que, en lugar de la comisión, se le acepte lo que llama una “agenda positiva de desarrollo democrático”.

“Eso significaría volver al 2017 con el memorándum de entendimiento entre la Secretaría General de la OEA y la dictadura, y no estamos en tiempos para acuerdos bilaterales sino que deben tomarse en cuenta los liderazgos de la verdadera oposición, con el acompañamiento beligerante de la comunidad internacional”, concluyó.