La noche que Irma Yaritza y su hija de tres años, Sofía Abigaíl, fueron arrastradas por las corrientes del Río Bravo, al menos 36 nicaragüenses se habían ahogado en cinco meses, 24 de ellas ocurrieron exactamente en el mismo lugar donde la niña fue vista por última vez.
Eran las 10:00 de la noche del 17 de mayo pasado. Y como en las tragedias anteriores, se regó la noticia rápidamente. Pero ninguna autoridad reportó búsqueda alguna y solo hasta dos días después, informaron que el cuerpo de una mujer como de 20 años, apareció flotando. Pese a que portaba los documentos de una menor y que era presumiblemente su hija, tampoco ese día se reportó búsqueda alguna.
La mujer era Irma Yaritza, nicaragüense, 25 años, nacida en Ocotal. Los documentos de la niña eran los de su hija, Sofía Abigaíl Caballero Huete, tres años. Dos desaparecidas, pero solo un cuerpo.
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A finales del mes pasado, la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho (FJEDD), una oenegé que defiende los derechos humanos y funciona desde el 2011 en México, divulgó una serie de irregularidades en las que incurrieron las autoridades sobre la desaparición de la menor.
Las omisiones cometidas con la niña desaparecida, han abierto dudas sobre su destino. ¿Sofía Abigaíl está viva?, ¿Fue víctima de traficantes de personas?, ¿Quiso alguien hacer creer que murió ahogada aquel 17 de mayo fatal para su madre y ella?
DESPARACIÓN DE NIÑA, «FUERA DE RADAR»
DESPACHO 505, resume en esta nota las razones por las que un juez Federal de México, ordenó a la Fiscalía de ese país un nuevo expediente para el caso de Sofía Abigaíl, seis meses después de su desaparición. Esta vez, bajo la presunción de que pudo ser víctima de trata de personas.
Salvo por el proceso de repatriación del cuerpo de Irma, localizado e identificado por la Fiscalía General de Coahuila vía remota con ayuda de sus padres, que estaban en Nicaragua, la desaparición de Sofía Abigaíl “estuvo totalmente fuera del radar”, expone la FJEDD en el análisis del caso. “Hasta ese momento, la niña no era motivo de búsqueda, ni de investigación. ¿Por qué?”, se preguntaron en la organización.
En el informe de la FJEDD, se da a conocer también que Ángel Caballero, el padre de la niña, fue al consulado nicaragüense para pedir apoyo ante la pérdida de su hija y la madre, pero ante semejante gravedad, no hubo ninguna respuesta de parte de los funcionarios orteguistas en ese país. Le dijeron que no podían ayudarle.
Así que la desaparición de Sofía Abigaíl continuaría “fuera de radar” hasta que el 24 de noviembre, seis días después de la tragedia, la FJEDD estableció contacto con él, quien permanece en Estados Unidos. Solo hasta entonces, se formaliza un reporte de desaparición.
NEGLIGENCIA TOTAL
Con el respaldo de Caballero, el organismo solicitó la intervención de la Comisión de Búsqueda del Estado de Coahuila. Y solo hasta el 25 mayo, 8 días después de la tragedia, se levanta por primera vez el reporte de la desaparición de la niña y empieza a circular de manera oficial una ficha de búsqueda. Solo 8 días después.
El organismo solicitó ante las autoridades de búsqueda de Coahuila, un peritaje para seguir la trayectoria del Río, determinar también la trayectoria que pudo tener el cuerpo de la niña y con ello, establecer un perímetro de búsqueda. Así lo indica el protocolo en estos casos, pero eso nunca se hizo, denunciaron.
Pese a la insistencia del organismo y la familia, las autoridades de Coahuila nunca establecieron comunicación con las autoridades migratorias de Estados Unidos para iniciar una búsqueda en vida de la niña «del otro lado», adonde otros lograron llegar el día de su desaparición y hacia donde ella iba con su madre y su tío.
«BOLEO» DE RESPONSABILIDAD Y LA NIÑA SIN APARECER
Como no había avances de parte de la Comisión de búsqueda de Coahuila, tampoco se hallaban restos de la niña y tras conocer que el día que Irma Yaritza y su hija Sofía Abigaíl intentaron cruzar el Río Bravo, otras 100 personas de diferentes nacionalidades si lo hicieron, el organismo denunció el caso ante la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (FEVIMTRA), de la Fiscalía General de la República (FGR), el 17 de junio, un mes después de la tragedia.
El 28 de junio, 11 días después, FEVIMTRA, notificó a la organización y a la familia paterna de Sofía Abigaíl, que no abriría expediente para investigar el caso, al considerar que éste era competencia de la Fiscalía General del Estado de Coahuila.
Inconformes con la respuesta que botaba todo el esfuerzo del organismo y la familia para mantener activa una búsqueda de la niña que debieron hacer al momento de la tragedia, la organización impugnó el 12 de julio, la resolución de FEVIMTRA, ante el Centro de Justicia Penal Federal de la Ciudad de México, bajo al expediente 297/2022.
CAMBIA LINEA DE INVESTIGACIÓN
El 10 de noviembre, cuatro meses después, en audiencia, el juez de Control, Marco Antonio Fuerte Tapia, señaló que toda denuncia debe investigarse y resolvió que el Agente del Ministerio Público fue omiso, pues debió iniciar la respectiva carpeta de investigación y dentro de ella, resolver si era o no de su competencia.
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Con la decisión judicial, la desaparición de Sofía Abigaíl abre una nueva línea de investigación que revive el ánimo de la familia de la niña a seguir creyendo que está viva. Ahora, se presume que Sofía Abigaíl, pudo ser víctima del delito de trata de personas y que puede encontrarse en algún lugar.