El régimen de Daniel Ortega canceló el nombramiento de Isac Lenin Bravo Jean, expresidente de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), como embajador de Nicaragua ante Irán, cargo que ejercía desde enero del 2020.
La destitución Bravo fue oficializada este miércoles por medio del decreto presidencial 60-2023, publicado en La Gaceta, en el que no especifican las razones del cese de funciones. Tampoco señala quién será el nuevo representante del régimen en Teherán.
En los primeros días de mayo de este año, medios oficialistas publicaron encuentros de Bravo Jean con diversos sectores de Irán.
La UNEN es considerado como el brazo político de la dictadura en las universidades públicas del país y sus dirigentes son considerados como opresores de los jóvenes que se oponen al adoctrinamiento de Ortega.
A Bravo Jean, junto a otros “dirigentes”, en diciembre del 2018, la dictadura le otorgó la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío, durante el acto de clausura del XVI Congreso de estudiantes de la organización política universitaria.
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El ahora “exdiplomático” ejerció la presidencia de la UNEN en el periodo 2013-2016, donde devengaba un salario mensual de unos 18 mil córdobas, pero antes ocupó diversos cargos dentro de la dirigencia estudiantil.
AFIANZAMIENTO DE LAS RELACIONES ENTRE IRÁN Y ORTEGA
Con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo se han afianzado las relaciones entre Nicaragua e Irán. En febrero de este el dictador se reunió con Hosein Amir Abdolahian, ministro de Relaciones Exteriores de la República Islámica de Irán, quien antes sostuvo encuentros con varios funcionarios ministros.
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Luego de esa visita en abril, filtraciones del periódico The New York Times revelaron que el Ejército de Nicaragua, al mando del general Julio César Avilés, sostuvo conversaciones con el régimen de Irán sobre la “la posibilidad de reforzar su cooperación militar como una manera de contrarrestar la influencia estadounidense en América Latina”.
“Según el informe, los comandantes le dijeron a Amir Abdollahian que Nicaragua se oponía a los ‘percibidos esfuerzos estadounidenses por expandir su influencia en América Latina y expresaron tener la voluntad de comprometerse con Teherán y otros países con ideas afines’”, cita The New York Times.
