La Policía Orteguista impuso este domingo un cerco policial alrededor de la parroquia de Las Colinas, en Managua, donde se refugia monseñor Rolando Álvarez desde el pasado jueves tras ser víctima de una injustificada persecución en su contra.
El obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, denunció la Policía cerró herméticamente el cerco que tienden sobre la iglesia donde él está. El sitio es tal que la mañana de este domingo no dejaron pasar ni siquiera a dos sacerdotes que iban a concelebrar una misa.
“Impidieron la entrada a la feligresía. También impidieron la entrada del padre Yedris Calero, director del Seminario Menor y del padre Pablo Antonio Villafranca, a quien le dijeron: «a ese hijo de ‘p’ no lo dejen pasar. Ellos iban a concelebrar la misa conmigo», denunció el obispo.
Monseñor Álvarez insistió en que «con esa actitud (de la Policía) no se abona para nada a la armonía, a la fraternidad, al diálogo. Más bien se tensiona más la situación que vivimos los nicaragüenses”.
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PIDE RESPETO A LAS LIBERTADES INDIVIDUALES
El régimen ha arreciado los ataques contra la iglesia Católica en los últimos días. Al padre Harvy Padilla, párroco de la iglesia San Juan Bautista, de Masaya, también lo tienen cercado y tampoco permitieron que la feligresía pudiera asistir a la misa dominical.
Ante la escalada represiva contra la institución religiosa y sus sacerdotes, el obispo Álvarez dijo en su prédica que Nicaragua necesita la “paz del perdón”, del respeto a las ideas de los otros, a las diferencias que todos normal y naturalmente tenemos “que es respeto a las libertades individuales, constitucionales, sociales, civiles, jurídicas y ambientales.
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Además destacó que se debe practicar una paz donde sea propicio “hacer un llamado al diálogo natural, no forzado, para el reencuentro de la familia nicaragüense, y juntos, sin exclusión, crear una nación respetuosa de la dignidad humana, con justicia y libertad”.
