La virgen de Candelaria es una de las imágenes religiosas más veneradas de Nicaragua. Es conocida por la pomposidad de sus fiestas patronales que empiezan todos los 21 de enero con su tradicional bajada.

Esta es la única virgen en Nicaragua que tiene en su armarios joyas de piedras preciosas y mantos bordados con hilos de oro y plata. En el pueblo, de más de 30,000 habitantes, esperaban con ansías las festividades que estuvieran paralizadas por la pandemia de COVID, sin embargo el régimen decidió cancelarlas. que

Así, Nuestra Señora de Candelaria, como le dicen los locales, se unió a la lista de los “santos presos” de la iglesia Católica a los que el régimen les ha impedido salir de sus templos desde mediados del año pasado.

Por años, estas imágenes han sido sacadas en andas y cargadas sobre los hombros de creyentes que llegan a sus festividades a pagar promesas que dicen deben, en correspondencia a milagros recibidos. “Sí señor,  son imágenes milagrosas, ahí están los testimonios de la gente”, dice doña Socorro Rojas, que no se pierde una sola festividad de su patrona.

Rojas dice que su “niña, la bonita de Candelaria», le ha mantenido a “raya” la artritis que padece. “Mire, cero dolor, gracias a mi virgencita”, señala. Rojas esta triste. Ha oído decir que han prohibido que la imagen no salga del templo. “Eso es malo”, dice. “Pero no importa, ellos son santos y esta en todos lados”, se consuela.

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En un país donde casi el 50% de los habitantes es católico, según firmas encuestadoras, se lee con asombro que el régimen de Daniel Ortega se encuentre en una cruzada contra los sacerdotes, obispos y laicos.

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El régimen se ha declarado enemigo de la iglesia Católica porque ha reclamado desde los púlpitos por el respeto a los derechos humanos de los nicaragüenses, la liberación de 235 presos políticos en sus cárceles y  justicia por los 355 asesinatos cometidos por sus fanáticos, según los informe verificados de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

“EL DOCTOR” QUE NO PUDO IR A SANAR  

Pocos le daban crédito a la noticia que circuló desde muy temprano  el 17  de septiembre del año pasado, sobre la decisión del régimen de prohibir que los masayas, sacaran a su patrono como lo hacen desde hace más de 130 años, para celebrarlo durante los casi tres meses que duran las festividades en su honor.

La imagen de San Jerónimo, no pudo salir de su templo. Cortesía.

Fue a la Arquidiócesis de Managua, a la que le tocó anunciar la noticia.  Dijo en un comunicado que  la Policía, al mando de Francisco Díaz, el consuegro de Daniel Ortega, prohibió por “razones de seguridad” las procesiones por las fiestas de San Jerónimo y de San Miguel en la ciudad de Masaya.

“La Arquidiócesis de Managua comunica que la Policía Nacional de la ciudad de Masaya ha informado a las Cofradías y Párrocos de las Parroquias de San Miguel Arcángel y San Jerónimo, que por razones de seguridad pública no estarán permitidas las procesiones en las festividades respectivas de esa ciudad”, señala el comunicado.

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Las fiestas en honor a San Jerónimo, “el doctor que cura sin medicina”, a como los llaman sus seguidores,  tradicionalmente inician el 20 de septiembre con la bajada de la imagen, la que queda expuesta hasta noviembre. Las fiestas en honor a este santo, son consideradas las más largas de Nicaragua.

“Que San Miguel Arcángel, San Jerónimo y la bienaventurada Virgen María, madre de la Iglesia y reina de la paz, intercedan y escuchen las plegarias, nos alcancen sanidad de todo mal con la medicina de Dios”, dijeron las autoridades eclesiásticas, como una forma de consolar a quienes esperaban religiosamente la festividad.      

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VENGANZA CONTRA EL VENERADO “CRISTO NEGRO”

Hace cuatro años, cuando el país ardía como resultado de una Rebelión Cívica contra el dictador y su respuesta violenta, los católicos peregrinaron con el Señor de Esquipulas para pedir por la paz.

La procesión la encabezó el obispo de la diócesis de Matagalpa Rolando Álvarez, quien ha sido secuestrado por la dictadura desde agosto pasado y enjuiciado desde el 13 de diciembre último, por el aparato judicial del régimen bajo la acusación de supuestamente cometer delitos políticos.

El jueves 12 de enero, la Iglesia Católica de Nicaragua informó que suspendió la tradicional procesión de Nuestro Señor de Esquipulas o del “Cristo Negro” en los municipios de El Sauce y de El Viejo Chinandega.  El “Cristo Negro”  es una imagen de Jesús crucificado que veneran los centroamericanos desde hace más de 400 años.

La información la difundió la parroquia Nuestro Señor de Esquipulas del municipio El Viejo, departamento de Chinandega, en el occidente del país.  Más de siete municipios de Nicaragua celebran con procesiones masivas y fiestas populares al “Cristo Negro”: Chontales, El Sauce, El Viejo, Esquipulas, Jinotega, La Conquista, Matagalpa y Tipitapa.

SAN SEBASTIAN VENCIÓ AL COVID-19 PERO…

Quedó escrito que la primera imagen que desafió a la pandemia y fue venerado de forma masiva por sus creyentes después del cierre de los templos por la pandemia del Covid-19 fue San Sebastián, patrono de la sureña ciudad de Diriamba. El 19 de enero del 2021, fue un martes muy soleado en ese municipio, pero además “milagroso” para los fieles católicos y seguidores del patrono.

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Ese año la Iglesia admitió un grupo razonable de personas para evitar las aglomeraciones dentro de la basílica de San Sebastián de Diriamba. De no ser la prudencia de la iglesia, ese día al santo lo hubieran sacado a las calles aunque el virus amenazara.

San Sebastián, no pudo salir de su iglesia.

“Los que llegamos, lo hicimos con nuestra mascarilla y nuestra fue fortalecida”, dijo una diriambina que recordó aquel día. Según datos oficiales de esa época,  el virus había contagiado a más de 6.000 nicaragüenses, con 168 muertos, aunque los informes de los médicos independientes señalaban que habían 12.000 casos y ya contaban 3.000 muertos.

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Pero este martes, 10 de enero, fue la Policía Orteguista el que sí obligó al patrono de Diriamba a “quedarse en casa”.  Impidió con antimotines y sin sustento legal alguno, que la imagen de San Sebastián saliera a su tradicional procesión por las calles de Monimbó, Masaya. Ese día, rodeó la parroquia Santa María Magdalena y bloqueo sus portones para que la gente no saliera con la imagen.

Al régimen no le importó que el coordinador de la Cofradía de San Sebastián, Santos Mercado, fuese un militante destacado de su partido.  Sus reclamos ni siquiera fueron oídos por el comisionado general Juan Valle Valle, que llegó personalmente a gritarles a los promesantes que la imagen “no salía” y el que se opusiera sería reprimido.

santos Nicaragua
Imagen de Nuestra Señora de Candelaria, patrona de Diriomo. Cortesía

En Diriomo, departamento de Granada, todavía lamentan que Nuestra Señora de Candelaria, su patrona, quede encerrada este 21 de enero en el Santuario Diocesano porque la misma Policía Orteguista ha prohibido su procesión. La fiesta religiosa en honor a la imagen a la que muchos atribuyen varios milagros especialmente en la salud de sus creyentes, es una de las más importantes del departamento y claro de su municipio, Diriomo.

“Dicen que es por una asunto de seguridad, pero el único inseguro sería el ´mandamás´ (el dictador) porque la virgen no amenaza a nadie, ni este pueblo a menos que ´lo friegen´ como lo están habiendo”, reflexionó un católico este viernes, mientras encendía una vela en un templo católico al finalizar la última eucaristía del día.

Los santos de Nicaragua están obligados a quedarse encerrados en sus templos. Solo en algunos municipios, donde los sacerdotes está coludidos con el régimen, podrán hacerlo.

           

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