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Reporte 505

Tratado Ortega-Hernández acerca a Nicaragua a otro diferendo, ahora con El Salvador por el Golfo de Fonseca

El Gobierno de El Salvador podría tomar como una afrenta hacia su soberanía el tratado firmado entre Ortega y Hernández, y comenzar una nueva disputa internacional por los límites trinacionales en el Golfo de Fonseca.

Ortega-Hernandez

El tratado de delimitación fronteriza firmado recientemente por el dictador de Nicaragua Daniel Ortega y el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, lejos de resolver el problema en las fronteras trinacionales del Golfo de Fonseca, provocará una nueva controversia internacional por asuntos de soberanía ahora con El Salvador, cuyo Gobierno anunció que no reconoce dicho acuerdo porque no fue tomado en cuenta.

Un experto en derecho Internacional consultado por DESPACHO 505 y que dio su opinión bajo condición de anonimato, indicó que, en realidad el acuerdo para delimitar las fronteras entre Nicaragua y Honduras, firmado Ortega y Hernández, es una solución «a medias» a una controversia que tiene más de un siglo. Además está provocando el nacimiento de una nueva litis internacional con El Salvador porque este país, de conformidad con la Resolución de la Corte Internacional de Justicia de La Haya de 1992, debe ser parte de cualquier tratado que delimite las fronteras con en el Golfo de Fonseca y la salida al Océano pacífico.

UN TRATADO ENTRE HONDURAS Y NICARAGUA SORPRESIVO

El pasado 27 de octubre, de forma sorpresiva, Daniel Ortega apareció en la antigua Casa Presidencial, hoy Casa de los Pueblos, junto al mandatario hondureño firmando el «Tratado de límites fronterizos entre la República de Nicaragua y la República de Honduras en el Mar Caribe y Aguas afuera del Golfo de Fonseca».

El Gobierno de Nayib Bukele reaccionó inmediatamente a la firma. “El acuerdo convenio, tratado que firmaron no tiene ninguna validez, es nulo en su esencia y en su naturaleza”, expuso Miguel Kattán, ministro de Comercio salvadoreño a un medio de comunicación de su país.

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En el acuerdo firmado, Nicaragua y Honduras reconocen la autoridad de la Corte Internacional de Justicia de la Haya (CIJ) y su «contribución a la determinación de sus límites fronterizos particularmente por medio de las sentencias del 18 de noviembre de 1960, del 11 de septiembre de 1992 y del 8 de octubre de 2007».

En el primer punto, las partes «reconocen, aceptan y acatan» la sentencia de la CIJ del 8 de octubre de 2007 que estableció las fronteras marítimas en el Mar Caribe entre ambos países, y dejó fijado como punto de inicio las coordenadas 15 grados 00 minutos 52 segundos de latitud norte y 83 grados 05 minutos 58 segundos de longitud oeste».

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Además, en el numeral cuatro del tratado, «las partes acuerdan que la sentencia de la CIJ del 11 de septiembre de 1992 reconoce la existencia de una presencia tripartita (Nicaragua, Honduras y El Salvador) en las aguas de la porción central de la línea de cierre del Golfo de Fonseca y en las aguas afuera del mismo, hasta que una delimitación de las mismas fuera llevada a cabo».

El Golfo de Fonseca, que comprten Nicaragua, El Salvaor y Honduras pordría ser motivo de Cntroversia nuevamente.

A partir de este acuerdo es que el experto en Derecho Internacional ve el nacimiento de una posible controversia y no una solución al problema de delimitación de las fronteras trinacionales en el Golfo de Fonseca.

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Cabe destacar que el fallo de la CIJ de la Haya de 2007 es referido a los límites fronterizos en el mar caribe, que involucran solo a Honduras y Nicaragua, sin embargo, el fallo de 1992 está dirigido a los límites en el Golfo de Fonseca en el que solo se ven involucrados El Salvador y Honduras.

FALLO INVOLUCRA A HONDURAS, NICARAGUA Y EL SALVADOR

«El problema es que la sentencia de la CIJ de 1992 manda a los tres países ribereños del Golfo a negociar los límites a la salida al Pacífico. Al no estar los tres, están incumpliendo el mandato de la Corte», advirtió el abogado internacional.

Recordó que el documento firmado por Ortega y Hernández retoma sentencias desde 1960, es decir desde hace más de 60 años porque «esos problemas de límites siempre llevan tiempo debido al miedo de los gobernantes a errar en su actuar, lo cual sería visto por la población de su país de manera muy negativa. Ya en el 2022 tendremos 10 años del fallo de la CIJ con Colombia y no se ha obtenido la aceptación de los colombianos, y con los 2 nuevos casos incoados ante la CIJ, seguramente pasarán otros 10 o más años para llegar a acuerdos».

El dictador Ortega y el mandatario catracho no solo firman acuerdos sobre las fronteras en el Caribe sino que establecen límites dentro del Golfo de Fonseca y aguas afuera, lo que pone en entredicho la validez del tratado.

En el punto cinco del documento, que además ya fue ratificado por la Asamblea Nacional de Nicaragua, dominada por los diputados orteguistas, establece que «la línea de cierro del Golfo se extiende desde Punta Amapala (soberanía salvadoreña) hasta Punta Cosigüina (de Nicaragua) y con el propósito de lograr una delimitación equitativa entre las partes contratantes, acuerdan delimitar la porción de la línea localizada entre el punto central de dicha línea en las coordenadas 87 grados 47 minutos 37 segudo, longitud oeste – 13 grados 02 minutos 6.6 segundo latitud norte. y Punta Cosigüina. De esa línea a delimitar se le reconoce a Honduras soberanía sobre una porción de 3.168 millas entre coordenadas acordadas en el tratado.

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Pero además, en el acápite sexto, el pacto nica-hondureño dice que «los derechos sobre las aguas marítimas fuera del Golfo generados por la línea de cierre se extenderán en el Océano Pacífico siguiendo un azimut 231 grados (ángulo) y serán divididos en proporción que resulte de los derechos de cada parte sobre la línea de cierre del Golfo. 

Y en el séptimo, referido a Aguas adentro del Golfo acuerdan que «continuarán siendo reconocidas como una bahía histórica y los derechos de los estados ribereños, a su uso, incluyendo la navegación, continuarán siendo respetados» e invitan a El Salvador a «continuar con los esfuerzos de de mantener el Golfo como una zona de paz y desarrollo sostenible».

ORTEGA VENDE COMO LOGRO TRATAO CON HERNÁNDEZ

Ortega, a través de sus medios de propaganda, ha tratado de hacer ver la firma del acuerdo fronterizo con Honduras, como un gran logro de soberanía. Para algunos analistas, lo que está sucediendo es que el presidente hondureño le está dando un espaldarazo al dictador nicaragüense en momentos en los que se ha quedado solo por el rechazo de la comunidad internacional que lo repudia por la represión y violación a los derechos humanos desatada contra el pueblo de Nicaragua y por el fraude electoral que está ejecutando.

Para el abogado consultado, desde el punto de vista del derecho internacional el tratado Ortega-Hernández es válido, ya que son dos países fronterizos y ribereños que acordaron por un lado el reconocimiento de Honduras del fallo de la CIJ de 2007 sobre la delimitación marítima en el Mar Caribe. Partiendo de unos límites terrestres que se retrotraen a inicios de los 1900 y a mediados de los 1900, donde Nicaragua pierde una gran parte de territorio de la mosquitia por el Laudo de 1906 del Rey de España. Eso en lo referido a las fronteras que involucran solo a estos dos países.

Sin embargo, en lo referido al Golfo de Fonseca, ahí está el dilema, pues no debería validarse en el tema de la salida de Honduras por el Golfo al Océano Pacífico, ya que «Nicaragua, no fue parte del fallo de 1992, donde solo Honduras y El Salvador se vieron involucrados. Por ende, Nicaragua no puede estar por encima de lo dispuesto por la CIJ, sin consultar con El Salvador, ya que lo que no estaba claro eran los límites entre Honduras y El Salvador», aclaró el especialista.

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En ese sentido, El Salvador tendría razón al desconocer y rechazar el tratado firmado en Managua el 27 de octubre de este año, «políticamente hablando sí, tiene razón porque ningún país va a aceptar un tratado entre otros dos que los afecte. Nos pasó (a Nicaragua) con esos tratados entre Colombia, Costa Rica y Honduras… eran dos países tomando decisiones sobre territorio que considerábamos nuestro».

Ahora, razona el especialista en materia de derecho internacional, «jurídicamente hablando, El Salvador tiene la posición (sentencia) de la CIJ que establece que son los 3 países ribereños, no solo 2, los que tienen que ponerse de acuerdo, aunque se diga que es a lo interno del Golfo,  no es así, ya que la salida será hasta el Pacífico, y eso tiene que ser acordado entre El Salvador y Nicaragua, como detentores de la soberanía de las aguas al salir. La validez del tratado será un nuevo tema de controversia jurisdiccional», sentenció

Según su criterio, a lo interno del Golfo, los tres países tienen tres millas náuticas de soberanía, pero al salir del golfo el asunto de soberanía lo tienen que negociar los tres Estados, pero no lo están haciendo.

En tal sentido, el tratado Ortega-Hernández va a provocar una nueva controversia si El Salvador toma eso como «una afrenta de los otros dos países que le restan soberanía ya reconocida por la CIJ y por su derecho de salida y resguardo del Golfo. Además porque Nicaragua no es parte del fallo de 1992 y debe apegarse a lo que dice la sentencia de ese año», finalizó el abogado.

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