Monseñor Silvio Báez: “La Iglesia no se arrodilla. No tememos a quienes amenazan con cárcel, exilio o muerte”

Monseñor Silvio José Báez, Obispo Auxiliar de Managua, advirtió este domingo que “la Iglesia no se arrodilla” ante quienes quieren acallar su voz y no dejará de denunciar la injusticia, en medio del asedio y persecución de la dictadura contra monseñor Rolando Álvarez y el padre Harvy Padilla en Nicaragua.

“Los poderes de este mundo se levantan amenazantes contra la Iglesia, pero la paz de Jesús la hace fuerte. No se engañen quienes quieren acallar la voz de la Iglesia. La Iglesia no quedará vencida por las fuerzas oscuras del mal, ni por el dragón de la violencia. No cederá ante las provocaciones de los agentes malignos. No negociará la verdad, no dejará de denunciar la injusticia, ni dejará de ser humilde servidora del pueblo, consoladora de los pobres y defensora de las víctimas”, dijo el obispo en su homilía de este domingo desde Miami, Estados Unidos.

Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, cumple hoy cuatro días de una jornada de ayuno, oración y exorcismo en la parroquia de Las Colinas, en Managua, adonde decidió quedarse desde la noche del jueves tras ser víctima de una injustificada persecución policial. 

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Por su parte, el padre Harvy Padilla cumple nueve días de asedio en su parroquia. Este sábado la Policía cerró las calles aledañas al templo y reforzó la presencia de agentes. Este domingo, los agentes no permitieron a la población participar en misa. Hasta ahora, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo no ha explicado el motivo de estos operativos y restricciones a derechos civiles de sacerdotes y feligreses.

LA IGLESIA “NO SE ARRODILLA” ANTE LOS PODEROSOS

En ese sentido, monseñor Silvio Báez afirmó que “no tememos a quienes amenazan con cárcel, exilio o muerte. Intentarán eliminar a pastores y profetas que les descubren su mentira y su maldad, pero no podrán contra su testimonio evangélico y el amor que el pueblo les tiene”.

“La Iglesia no vive atemorizada ni doblegada, no se arrodilla miedosa ante los poderosos, ni deja de anunciar el Evangelio de la esperanza y de la justicia por temor”, reafirmó.

La persecución contra la Iglesia, explicó el obispo, no es nueva. Ha sido una cuestión de siglos. Sin embargo, en medio de los conflictos de la historia, “la Iglesia vive de la paz de Jesús”.

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“Por eso, la Iglesia no responde nunca con odio a las agresiones que recibe, perdona a quienes la persiguen y ama a quienes la odian. Sin embargo, que no se engañen los malvados. Esta mansedumbre de la Iglesia no es debilidad, sino fortaleza”, concluyó.