Crónica de un secuestro: el último tuit de monseñor Álvarez y los 16 días de encierro que terminaron en su arresto

“Llegaron en la madrugada, y se lo llevaron como los judíos se llevaron a Jesús, aprovechando la oscuridad, las tinieblas”, dice un matagalpino.

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  • agosto 21, 2022
  • 02:33 AM

Todavía se desconocen detalles de cómo fue el asalto que policías del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo perpetraron contra la Curia Arzobispal de Matagalpa para llevarse arrestado a monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa. Un relato que circula en redes sociales, cuya autenticidad no ha sido comprobada, dice que a los religiosos, apenas les dio tiempo de recordarle a los armados que “se encontraban en la casa de Dios”.

Otros han asegurado que tumbaron la puerta y encañonaron a los religiosos como si buscaran a una banda de peligrosos narcos, cuando era sabido por la misma Policía de la dictadura, que en el lugar se encontraban encerrados cuatro sacerdotes, el obispo y los laicos que le colaboraban.

“Llegaron en la madrugada, y se lo llevaron como los judíos se llevaron a Jesús, aprovechando la oscuridad, las tinieblas”, dice un servidor comunitario de Matagalpa. El Obispo Rolando Álvarez, pasó 16 días encerrado, impedido por la fuerza policial a salir sin sustento legal alguno, rodeado de agentes entrenados para intervenir y matar.

Para los fieles católicos, los días que su pastor estuvo apresado por los represores, les hizo recordar las 14 estaciones de la Vía Dolorosa, el Viacrucis como más se le conoce en Nicaragua.  DESPACHO 505 hace hoy un recuento de los 15 días que antecedieron al primer arresto de un Obispo en Nicaragua y que fue ordenado por los dictadores Daniel Ortega y su consorte Rosario Murillo, una mala acción más a su cuenta y que se registra con tinta indeleble.

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LA CONDENA POR “PECADOS DE LESA ESPIRITUALIDAD”

04 de agosto. Un numeroso grupo de policías del régimen rodean la Residencia Arzobispal de Matagalpa y le impiden a Monseñor Rolando Álvarez salir del edificio. Álvarez desafía el cordón policial y con el Sagrario en mano, les exige que le dejen celebrar la Santa Misa de adoración por ser jueves del Santísimo. Feligreses intentaron llegar hasta donde se encontraba el Obispo, pero los represores cercaron todos los accesos. Finalmente, los policías ceden y permiten que sacerdotes colaboradores del religioso ingresen la Curia para celebrar la eucaristía. Álvarez fustiga al régimen en su homilía y llama a la población nicaragüense a no tener miedo.     

Monseñor Álvarez

05 de agosto. Álvarez amanece virtualmente apresado junto a sus colaboradores. A mediodía, Rosario Murillo Zambrana, amenaza con cárcel a Monseñor. Mientras la iglesia llama a ayuno y oración, la dictadura militariza Matagalpa.  “Son días para tomar en cuenta que en esta patria bendita hay leyes también, no se puede, no se debe infringir las leyes y mucho menos cometer delitos, porque provocar, hacer ostentación de impunidad es un delito, sobre todo cuando lo que se provoca es discordia, desenfrenos, no estamos para eso”, dijo Murillo, en clara alusión al religioso sitiado. Murillo hasta llegó a inventarle un delito de aparentemente origen divino. “Generar descrédito a esas instituciones que merecen respeto, también es un delito, es pecado de lesa espiritualidad, así nos vemos”, amenazó Murillo.  

06 de agosto. Álvarez cumple su tercer día de retención. Celebra al mediodía una misa en la que pronunció sobre un comunicado publicado por la Policía en el que anuncia una investigación en su contra por supuestamente promover grupos violentos.   “Estoy siendo investigado, no sé de qué, pero ellos estarán haciendo sus propias conjeturas”, dijo el religioso. “Nosotros aquí estamos reunidos y retenidos y estamos siempre con la fuerza interior y la paz en el corazón y la alegría que Jesús resucitado nos da”, dijo en su mensaje. “El miedo paraliza, la desesperanza autosepulta y el odio es la muerte del corazón”, aseguró.  

Ese mismo día, varios ciudadanos que llegaron respaldar al Obispo, entre ellos, la doctora Magda Alonso, recibieron una citación para presentarse a la Dirección de Auxilio Judicial de la Delegación Policial de Matagalpa a una “entrevista”.

CAEN, PERO NO SE RINDEN

07 de agosto. Distintos grupos de jóvenes que pertenecen a la catequesis de la Iglesia Católica, exigen desde sus redes sociales la libertad de los religiosos y al menos siete colaboradores. Los sacerdotes secuestrados eran Óscar Escoto, Párroco de la Parroquia Santa María de Guadalupe y Vicario de la Diócesis de Matagalpa, Sadiel Antonio Eugarrios Cano, vicario de la catedral de Matagalpa, José Luis Díaz, vicario de la Iglesia Catedral San Pedro y Ramiro Tijerino, vicario de la parroquia Santa María de Guadalupe, Matagalpa.

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 El padre Tijerino presenta afectaciones en su salud por permanecer bajo cuatro días de secuestro. “El asedio a sacerdotes y obispos, la expulsión de miembros de comunidades religiosas, la profanación de templos y el cierre de radios, nos duelen profundamente", deploró ese día el obispo peruano Miguel Cabrejos, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam). Comienzan las condenas a la acción represiva.   

08 de agosto. Los religiosos inician junto a Monseñor Rolando Álvarez, su quinto día de “casa por cárcel” sin ningún contacto con el exterior. Desde el jueves anterior a este día, la policía del régimen les impide salir de la Curia Episcopal donde permanece junto con cinco sacerdotes y seis laicos. El grupo se mantenía conectado a través de las redes sociales, pero desde más reciente, cesaron comunicación, por temor a que sus móviles hayan sido intervenidos. Se conoció que por la noche, hubo apagones cerca de la Curia como parte de una estrategia de intimidación.

09 de agosto. Se conoce que la Policía Orteguista refuerza el perímetro de seguridad que rodea el sitio donde se encuentra el jerarca católico. Dos buses con antimotines llegan desde Managua bajo el mando del comisionado Ramón Avellán, quien sigue en Matagalpa. Trascendió que Sujin Membreño, una corista de la Catedral de Matagalpa que quedó encerrada con monseñor Álvarez, habría salido de la Curia Episcopal tras gestiones de una hermana que es militante del Frente Sandinista. Pero los religiosos no se rinden.  

EL OBISPO CONSUELA A SU OVEJAS

10 de agosto. 61 organizaciones civiles opositoras y en el exilio, le envían una carta al Papa Francisco pidiéndole su mediación para que interceda ante la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo por la integridad personal del Obispo de la Diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez.

11 de agosto. Monseñor Álvarez, por su parte,  reaparece en misa de adoración. Este día reflexiona sobre el perdón y la esperanza durante su  homilía. “Jamás que nuestro corazón alcance aún la más mínima intención de desearle daño a una persona. Porque cuando en el corazón ya se desea mal a alguien quiere decir que el demonio ha logrado penetrar tu corazón”, expresó Álvarez desde su encierro que ya llegaba a los ocho.

 “El odio destruye a una persona, porque la persona que odia no está en paz consigo misma. Una persona dividida en su interior. Una persona que anda un infierno en su corazón, una furia interna lo devora, porque el odio es un fuego maligno, es un fuego que destruye, es un fuego que hace mal”, continuó Álvarez.  “Al mal se le vence a fuerza del bien, el bien es eternamente poderoso”, dijo.

Diócesis de Matagalpa
Monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa.

12 de agosto. En la primera reacción del Vaticano ante los recientes sucesos en Nicaragua, donde fueron cerradas siete radios católicas y un obispo permanece encerrado y sitiado por la policía desde hace nueve días en el norte del país centroamericano, el Vaticano expresa su “preocupación” por la crisis entre el gobierno de Daniel Ortega y la Iglesia católica de Nicaragua, y pide a las partes buscar “caminos de entendimiento basados en el respeto y la confianza recíproca”. Así lo expresó el observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de Estados Americanos (OEA), monseñor Juan Antonio Cruz.

  “La Santa Sede no puede dejar de manifestar su preocupación al respecto, mientras asegura su deseo de colaborar siempre con quienes apuestan por el diálogo como instrumento indispensable de la democracia y garante de una civilización más humana y fraterna”, dijo Cruz.

DESPOJAN A LA IGLESIA DE SUS PROCESIONES

13 de agosto. Los fieles católicos no pudieron asistir a la procesión en ocasión del Congreso Nacional Mariano, que en el que despedirían el final de la peregrinación de la imagen de la Virgen de Fátima en el territorio nacional, en donde ha permanecido 30 meses.

"La Arquidiócesis de Managua dando testimonio de tolerancia y espíritu de paz, en las circunstancias que vive actualmente nuestra patria, hace saber a nuestros sacerdotes y los fieles católicos, que la Policía Nacional nos ha comunicado que por motivo de seguridad interna, no se permite el desarrollo de la procesión programada para las 07.00 horas del 13 de agosto", explicó esa diócesis que dirige el cardenal nicaragüense, Leopoldo Brenes, en una declaración.

La Arquidiócesis de Managua se vio obligada a invitar a todos los fieles católicos a ofrecer ese día una jornada de ayuno y oración "por la conversión de todos", y asistir al día siguiente "directamente a Catedral de Managua, llegando a pie o en sus vehículos particulares, haciéndolo de forma pacífica para rezar por la Iglesia y Nicaragua", invitaron.

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14 de agosto.  El presbítero Óscar Danilo Benavides Dávila, párroco de la parroquia Espíritu Santo, en el municipio de Mulukukú, en la Región Autónoma del Caribe Norte de Nicaragua, es detenido al terminar de celebrar una misa, sin que las autoridades explicaran el motivo de la detención. El religioso fue montado en una patrulla y llevado con rumbo desconocido. El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) informó al día siguiente que el sacerdote “fue sacado de su vehículo y llevado en una patrulla (policial) con rumbo desconocido” y luego apareció en la cárcel conocida como “El Chipote”, en Managua, sede de la Dirección de Auxilio Judicial de la Policía Nacional y considerada como un centro de torturas por parte de las fuerzas de seguridad del régimen.

SIGUEN RESISTIENDO

15 de agosto. El Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua, dice confiar “en Dios y la Virgen María”, para que pronto se pueda solucionar la situación de encierro de Monseñor Rolando Álvarez Lagos, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, quien llevaba más de diez días secuestrado dentro de la residencia episcopal. Monseñor Leopoldo Brenes, quien ha mostrado su cercanía a Álvarez Lagos, dio sus declaraciones a la agencia de noticias AFP. “Como Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), estamos muy cerca de Monseñor. Todas nuestras iglesias están orando y acompañándolo a él”, expresó Brenes, que dio la entrevista antes de iniciar la misa del Congreso Mariano, realizado en catedral de Managua.

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Monseñor Rolando Álvarez

16 de agosto. El corista Henry Corvera, salió de la cura episcopal de Matagalpa en el treceavo día de secuestro con Monseñor Rolando Álvarez y de inmediato fue deportado junto a su familia a El Salvador, país de donde son originarios. Ese día se conoció que en el caso de Flavio Castro el camarógrafo, quien también salió de la curia ese día, fue citado a la policía de Matagalpa y tras pasar retenido por varias horas, fue liberado. Los dos laicos salieron de la curia con la promesa de no ser detenidos y como una estrategia del régimen para ir dejando solo a monseñor Álvarez.

17 de agosto. Monseñor Álvarez y sus colaboradores empiezan a quedarse sin alimentos ni medicinas al cumplirse 14 días de encierro. En la misa de ese miércoles, celebrada por Monseñor Oscar Escoto, Vicario General de la Diócesis de Matagalpa, se les vio consagrar solo la mitad de una hostia, “la que partió y comulgó con una mínima partícula”. Aunque Monseñor Álvarez no estuvo en la Misa que suele celebrarse a mediodía, sí se le vio luego en la transmisión del Rosario cotidiano en el Obispado más tarde.

UN ÚLTIMO TWEET DE MEDIANOCHE   

18 de agosto.  A las 12:36 de la madrugada, Monseñor Rolando Álvarez publica lo que sería un último tweet antes de su captura. Dijo algunas horas antes del asalto a la Curia donde estaba atrapado y rodeado de policías: “Preocupémonos por llevar el traje de fiesta en el Reino de Dios”, una cita que ahora muchos leen como una presagio de lo que llegaría algunas horas después.

19 de agosto. A las 3:20 de la madrugada la Policía de Daniel Ortega y Rosario Murillo ingresó a la fuerza a la casa episcopal de la Diócesis de Matagalpa y secuestró a su Obispo, y a los sacerdotes, seminaristas y un laico que lo acompañaban. Agentes de la Dirección de Operaciones Especiales, DOEP, tumbó la puerta y como si se tratara de un grupo de alta peligrosidad se llevó a los religiosos con rumbo que hasta las primeras horas de ese día fueron desconocidas. Hasta hoy el futuro de Monseñor Álvarez es incierto, ello aunque según los represores se encuentra resguardado en una casa de Managua. Algo es seguro; el país entero no le apartará los ojos a la dictadura mientras lo tenga en sus manos como lo hizo durante estos días antes que le echaran mano.

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