El alcalde hallado muerto era un "alfil político" de la familia Ortega-Murillo en Diriamba: Esta fue su vida

El Carmen lo convenció que fuera su alcalde cuando era liberal, después fue diputado. Buen matemático, dicen. Quienes lo conocieron, lo describen como "el típico cacique que si los buscabas te echaba la mano, pero si no te quería, estabas jodido con él".

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  • agosto 23, 2022
  • 06:19 AM

En todo Diriamba, era muy conocida la lealtad que el alcalde sandinista, Fernando Baltodano Velásquez, le profesaba a Daniel Ortega y Rosario Murillo, por lo que les sorprende que lo hayan castigado al separarlo de la comuna y que en la peor de sus horas, callen.              

Tenía 54 años de edad, hasta que este lunes fue encontrado en su camioneta aparcada en la carretera Diramba-La Boquita, con un disparo en la cabeza, en una escena que en todo el país ha desatado un mar de especulaciones y que hasta ahora, cerca de 24 horas de su fatalidad, las autoridades no frenan con al menos una versión preliminar.

El otrora poderoso político local, máxima autoridad en Diriamba por varias elecciones populares, tenía la pistola con la que supuestamente se quitó la vida, agarrada con las dos manos, más otros detalles; como su supuesta intención de no llenar con su sangre el vehículo al cubrir el tablero con la alfombras, algo inusual en este tipo de escenas de muerte.

Nació en 1968. Fue muy bueno en las matemáticas, dicen los que le conocieron de casi toda su vida. Tal talento, lo enamoró de la Ingeniería, una carrera en la que se inscribió en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Al momento de su muerte, estaba casado y tenía cuatro hijos.  

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Baltodano Velásquez dejó de ser el alcalde de todos los diriambinos, desde que lo vieron en el 2018 al mando de escuadras de paramilitares que dejaron en Carazo más de 18 asesinatos. La zona, igual que Managua, Masaya y León, alcanzaron notoriedad por la feroz resistencia a los brutales ataques armados del orteguismo.

 UN BARRIO CON SU NOMBRE

Como todo político no se escapó a la polémica. Nació en una familia diversa ideológicamente, pero la mayoría de simpatías liberales. Todos muy católicos.  “Se sabía dar a querer, era el típico cacique que si los buscabas te echaba la mano, pero si no te quería estabas jodido con él, no conseguías ni un pelo”, dice un conocido que pide hablar bajo estricto anonimato.

Este informante dice que a Baltodano Velásquez, el Frente Sandinista lo consideró como el indicado para que buscara la alcaldía de su municipio. “Lo conocían bastante gente”, dice. Hay dos cosas que en su municipio rechazaban; la primera es que en el 2018, se le viera disparando balas contra los manifestantes opositores al orteguismo y que quiso honrarse a sí mismo en vida con un barrio que lleva su nombre. Lo alejaba de ser el humilde alcalde de todos, creían algunos.

Sus vecinos recuerdan a su mamá, fallecida también, una de las matronas de la localidad que perteneció a las Damas del Santísimo. El alcalde tuvo un hermano catequista y él hizo su parte religiosa celebrando cada año la tradicional Gritería, antes de mudarse a la quinta donde habitó sus últimos años, ubicada en la carretera Diriamba-La Boquita. Siempre fue muy destacado en las festividades de San Sebastián y como alcalde, le dio origen al festival que a la fecha lleva el nombre del santo patrono de los diriambinos.

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Por eso nadie creía que fuera capaz de patrocinar las turbas que en julio de 2018, se tomaron por la fuerza la la Basílica de San Sebastián, no importando la presencia del cardenal Leopoldo Brenes. Ahí los fanáticos orteguistas hirieron a varios religiosos entre ellos a monseñor Silvio Báez. En la basílica, varios jóvenes se habían refugiado seguido por parapolicías y policías.

Fernando Baltodano Velásquez, alcalde sandinista de Diriamba, fue encontrado muerto. Cortesía.

EL CARMEN LO BENDIJO

Militó en el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), pero fue como aliado del Frente Sandinista que llegó a ser alcalde de 2005 al 2008. Al año siguiente, fue acusado de manejar mal sus fondos, pero pudo sofocar las acusaciones y sobreponerse a las críticas.

Con la llegada de Ortega al poder en 2007 fue llamado a El Carmen y le dieron su bendición para correr como diputado del departamento de Carazo para las elecciones del 2011, porque no podría reelegirse para un nuevo mandato en la comuna. Ortega lo consideró un buen alfil y lo mantuvo en la Asamblea como diputado para hacerle tiempo a los próximos comicios municipales en 2013.

Después le orientaron dejar su curul y corrió por la comuna, la que ganó cómodamente otra vez.

Desde ahí Baltodano Velásquez solo aumentó su poder y su cercanía con los Ortega-Murillo, tanto que en 2017, volvió a conseguir otra bendición para ser reelecto y administró la comuna hasta hace unas tres semanas que fue intervenida por el Instituto de Fomento Municipal (Inifom) bajo el supuesto de irregularidades. Comenzaba para el alcalde una “desgracia política” que desembocaría en esta muerta nada clara todavía.

Además de las irregularidades de la que lo acusaron en su primer período de alcalde, Baltodano Velásquez fue señalado de abusar de su poder para arrebatarle una propiedad a una familia de apellido Toruña Mejía en su segundo periodo. El alcalde ya gozaba de protección del aparato judicial de la dictadura y aunque un tribunal cedió la razón a la familia afectada, la invasión y la violencia con que fue ejecutada quedó en la impunidad. Pero a esta última embestida, la del Inifom, no pudo escapar.

EL FÚTBOL Y OTRA LIGA CON LOS ORTEGA-MURILLO

En 2013, Baltodano Velásquez asumió la presidencia del equipo Cacique Diriángen, actual campeón del fútbol nacional. Extrañamente el equipo, fiel a la tradición de honrar a quienes han levantado su banderilla, no han emitido una sola declaración sobre su muerte repentina.

A Baltodano Velásquez, no le fue también como directivo, le faltaban recursos para hacer del equipo, uno más competitivo. En 2016 entregó las riendas de la directiva al empresario salvadoreño Diego Jacir. Le cuestionaron el método, que fue sin elecciones, pero él argumentó “sucesión”, logrando librarse de otro linchamiento público.

Después se vio en escena a Nikky Bolaños, junto a su primo Alberto Castro y acordaron apoyo al equipo, del que el alcalde se había desprendido. Bolaños era dueño de la empresa promotora de espectáculos Blü y fue señalada de opositor tras el levantamiento social de 2018.

Otra vez el edil estaba solo con el equipo y fue ahí donde surge otra relación de confianza con la familia Ortega-Murillo. Rafael Ortega, hijo de Rafael Ortega Murillo, nieto de los dictadores, entra con un fuerte financiamiento y sacan al equipo de sus penurias económicas.

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El nieto de los dictadores fue desplazando al alcalde y de repente Baltodano Velásquez dejo de ser parte de la Junta Directiva. El estadio siempre fue manejado por la alcaldía, sin embargo, en las decisiones financieras de la franquicia, el fallecido político dejó de incidir hasta ser nulo.

La salida de su esposa a Estados Unidos en momentos en que su partido ha prohibido esa ruta, también ha desatado especulaciones. Unos dicen que el político entró en depresión porque el matrimonio no iba bien, mientras que otros que la desgracia política en la que estaba empujaría a la familia a salir "de a poco".

Pero como todo en este caso, sólo son especulaciones.

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