Oenegés alarmadas por crímenes contra las niñas: “es grave, un desastre social”, dicen
Al menos 37 niñas fueron asesinadas entre 2017 y 2020, seis el año pasado y nueve en lo que va del año.


- septiembre 11, 2022
- 10:53 PM
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Tres adolescentes que han matado a cuatro niñas en un año que aún no termina, acerca a Nicaragua a lo que podría ser considerado un “desastre social” que refleja un aumento de las expresiones de violencia, aseguran organizaciones que en el país promueven los derechos de la mujer y la niñez.
“Este sector vive un abandono total”, dice Alberto López, un investigador de una agrupación de oenegés que trabajan con la niñez y la adolescencia, cuyas personerías jurídicas fueron canceladas por la dictadura.
López dice que las organizaciones que aún mantienen un tejido funcional en las comunidades, se encuentran reflexionando sobre los últimos casos en que adolescentes han agredido sexualmente a niñas y hasta las han matado de forma atroz. “Tenemos más de un caso donde hay menores infractores, es grave lo que ha pasado, inquietante además”, señala el especialista.
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Lo que vemos es que “la violencia está prosperando, vemos una tendencia in crecendo, porque efectivamente hay una violencia instalada en el país y que se ejerce desde el Estado. No vemos un gobierno promoviendo políticas públicas de prevención, al contrario, es él mismo, el que promueve expresiones violentas contra sus ciudadanos”, asegura.
SINTOMAS DE UN MAL SOCIAL
Entre 2017 y 2020, al menos 37 niñas fueron asesinadas, según el organismo Católicas por el Derecho a Decidir. Solo el año pasado, las muertes llegaron a seis y en lo que va de este año, se han contado nueve.
“Si los ves como números no te dicen nada, pero cada una es un drama, una vida destruida, una familia entera destruida”, asegura una activista de la organización consultada para este reporte.
La semana pasado el país entero se estremeció con la noticia de dos hermanitas abusadas y asesinadas, por presuntamente tres personas, entre ellos, un adolescente de 16 años. Hacía menos de 15 días, otro adolescente fue señalado de asesinar a otra niña de ocho años en Río San Juan, en la comunidad El Diamante, del municipio de El Castillo; el 10 de marzo pasado, otra adolescente de 17 años recibió 30 estocadas de parte de su novio también adolescente en la carretera Estelí-La Concordia.
“Nos enfrentamos a una realidad difícil”, dice una integrante de la Red de Mujeres Contra la Violencia. “Vemos que se trata de una violencia transgeneracional, menores infractores que manifiestan patrones violentos que se convierten en delitos y esto son síntomas de un mal social, es grave”, agrega la activista.
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APARATO PROMOTOR DE VIOLENCIA
El investigador Alberto López asegura que desde el 2008, con el desmantelamiento de las comisarías de la mujer, también comenzó un debilitamiento del sistema educativo, del sistema de protección de niños, niñas y adolescentes hasta quedar reducido a “poco o casi nada”.
“Vemos que hay una Policía que no ejecuta tareas preventivas de la violencia y el delito, sino represivas, acciones más bien políticas, una Fiscalía que acusa y jueces que actúan según les instruyen, y no obedeciendo leyes”, acusa el investigador.
“El aparato de prevención de investigación y de sanción está desmantelado en el país, eso aunque se hayan reabierto la comisarías que solo se cree que existen, que funcionan dicen, pero es un fachada, sino, ¿Dónde están los resultados de su trabajo? La violencia contra las niñas, contra las mujeres se ha disparado más bien”, aseguró.
La Red de Mujeres contra la Violencia considera que el país sufre una crisis social moral, donde los niños, niñas y adolescentes se están llevando la peor parte.
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“Vemos una ausencia de las autoridades, un abandono de todas las políticas públicas, las de género, las de acceso a la justicia, de educación, valores, cultura de paz, resolución de conflictos. Está ausente en las escuelas, en las familias. Lo que si hay es adoctrinamiento político”, denuncia la activista de la Red.
Los crímenes de niños matando a otros niños solo nos advierten que en Nicaragua hay un desastre social que urge atenderse.