Delincuencia sin freno en Nicaragua: Nadie está a salvo de robos y asaltos
Frente a la indefensión, muchos ciudadanos utilizan las redes sociales para denunciar robos y asaltos. No existe ninguna declaración oficial que reconozca este fenómeno.


- septiembre 18, 2022
- 09:36 PM
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Yáder Tapia pensó que el 26 de mayo sería un buen día de trabajo. Regresaba de hacer una entrega muy temprano en la mañana y le sonó el teléfono para un nuevo pedido. Se orilló y escribía su respuesta cuando sintió algo en el costado. “Era una arma. Dos sujetos me encañonaron y me quitaron lo que había ganado y el teléfono”, contó.
Fue en la Colonia Máximo Jerez, en el distrito 1 de Managua. El hombre que se dedica al servicio de entregas rápidas en motocicleta a falta de un empleo formal, lamentó el robo del aparato celular, ya que era su herramienta de trabajo y hacía poco lo había sacado en una casa comercial y aún debe pagar. “Si alguien quiere apoyarme sería bueno”, dijo en su red social.
En septiembre dos sujetos armados irrumpieron en la tienda Super Express de la Colonia 10 de Junio de Managua, ocultaron sus rostros con mascarillas quirúrgicas y gorras, y encañonaron a una cajera llevándose todo el dinero de las ventas. Después del robo, ambos asaltantes abordaron, como si nada, la ruta de bus 159.
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Tapia y la cajera del Súper Express son ejemplos de la creciente inseguridad en Nicaragua. “La robadera ya no se aguanta y no hay dónde quejarse, porque vemos policías por todos lados, pero no es para atacar a la delincuencia”, se queja un ciudadano que pide no ser identificado.
DELINCUENCIA DISPARADA
Frente a la indefensión, muchos ciudadanos utilizan las redes sociales para denunciar robos y asaltos. Como muestra, en la semana del 11 al 17 de agosto DESPACHO 505 realizó un monitoreo de denuncias ciudadanas y no hubo un solo día que ciudadanos no contaran en sus redes sociales que habían sido víctimas de la delincuencia o que habían sido testigos de un robo en las calles de Managua.
El primer día, por ejemplo, la capitalina Mélida Orozco denunció que en el mercado Israel Lewites fue despojada de su camioneta placa M328738. Al día siguiente; un universitario reportó el robo de su teléfono celular en la unidad de bus 117 y un día después, el 13 de agosto, varios ciudadanos colgaron en sus redes sociales un video de un robo a borde de la Ruta de transporte urbano 210 que viaja de Ciudad Sandino a Managua.
El 14 de agosto, la víctima fue una universitaria. Ella contó que un delincuente, le puso un cuchillo en el abdomen para quitarle su celular en una parada de El Zumen, en Managua. Y al día siguiente, personal de la tienda Tsunami Store ubicada en Multicentro Las Américas alertó de un grupo de ladrones que ingresaron a su local.
Un día después, en el barrio Monseñor Lezcano pobladores y policías dieron persecución a un sujeto que había robado. El hombre saltaba de un techo a otro para no ser atrapado. Y el 17 de agosto, una familia de la Colonia Máximo Jerez denunció el intento de robo de un sujeto que intentaba ingresar a su casa. La denuncia la acompañaron con un video de seguridad externa de la vivienda.
LA POLICÍA CALLA ANTE LA INSEGURIDAD PÚBLICA
El aumento de la delincuencia que aqueja a los nicaragüenses no es un tema que ocupe a las autoridades policiales, cuya principal función es velar por la seguridad ciudadana y combatir los ilícitos. No existe ninguna declaración oficial que reconozca este fenómeno, obviando incluso los números negativos sobre la inseguridad en 2021.
Una revisión del Anuario Estadístico 2021 de la Policía realizado por DESPACHO 505 confirmó un repunte delincuencial de un 13%, respecto a 2020. Otro dato desalentador es que la institución no fue capaz de resolver la mitad de los robos con fuerza y robos con intimidación que fueron denunciados.
La situación es tan grave que en una lista de 12 países de América Latina encuestados por la firma Cid Gallup en materia de seguridad, Nicaragua aparece en un deshonroso segundo lugar con el mayor número de reporte de asaltos, superado solo por Guatemala entre los países de la región y dejando atrás a Ecuador, Perú, México, Colombia y Venezuela. La encuesta consultó a 1,200 ciudadanos de cada país entre el 10 y el 19 de mayo pasado.
La especialista en temas de seguridad Elvira Cuadra, considera que el dato debe saberse interpretar con el debido tono de gravedad: “Hablamos de que el 45% ha dicho que ha sido víctima de robo”, dice Cuadra. “No se trata de percepción ciudadana, se trata de que son las víctimas las que ponen la estadística”, subraya.
Cuadra no ve oportunidad de revertir el grado de deterioro de la seguridad ciudadana, al contrario, "vemos una tendencia a subir, han crecido los robos y los asaltos”, anota.
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Explica, que aunque en diferentes momentos se ha presentado crecimiento delictivo en el país, actualmente hay un "crecimiento preocupante”, y hay evidencias. Remarca que esta vez la estadística no se basa en apreciaciones ni interpretaciones: “No se percibe que aumenta, aumenta porque el ciudadano asegura que ha sido víctima de robo, él se esta enfrentando a la delincuencia suelta en las calles”, subraya.
POLICÍA OCUPADA EN PERSEGUIR A OPOSITORES
El giro negativo del escenario delictivo en Nicaragua ocurrió en 2018, en el contexto de las manifestaciones ciudadanas que estallaron en el mes de abril y que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenó terminarlas por la vía armada. “La crisis sociopolítica y la represión estatal funcionan como un aditivo, hay más violencia”, anota Cuadra.
A ello hay que sumarle que la Policía, la institución garante de la seguridad ciudadana, se encuentra “distraída” y manipulada, porque es utilizada para ejercer acciones políticas represivas en su mayoría.
La Policía es de las pocas instituciones que no ha sufrido recortes presupuestarios en los 16 años de la administración orteguista, ni siquiera en el contexto de la pandemia, por lo cual su baja efectividad en el combate a la delincuencia no puede ser atribuida a falta de recursos.
En 2007, año en que Daniel Ortega regresó al poder, la Policía contaba con 9, 290 efectivos policiales y en 2020 la cantidad de efectivos casi se duplicó alcanzando los 16, 909 oficiales de acuerdo con los anuarios estadísticos de la institución.
A raíz de la crisis sociopolítica de abril de 2018 y la pandemia, diversas instituciones del Estado han visto reducción en su presupuesto, no ha sido el caso de la Policía. En 2019, por ejemplo, la Policía recibió un presupuesto de 3,778 millones de córdobas, que aumentó en 3,837 millones de córdobas en 2020 y en 4,048 millones de córdobas para este 2022. “¿Cuánto de ese dinero a llegado al policía de calle? Muy poco y ese es el problema”, valoró un experto en temas de seguridad ciudadana consultado por DESPACHO 505.