El drama de la periodista Joselin Montes: huyó de la dictadura y ahora está punto de ser deportada de EE.UU.
Desde el 24 de febrero la periodista Joselin Montes lleva un grillete de control de reos en su tobillo a la espera de que las autoridades de Estados Unidos ejecuten la orden de deportarla a Nicaragua.


- marzo 10, 2023
- 11:33 AM
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Joselin Nazareth Montes González, periodista nicaragüense que laboró para el Canal 10, lleva un grillete electrónico en el tobillo derecho desde el pasado 24 de febrero, cuando le giraron "orden deportación cerrada" de Estados Unidos. Esos dispositivos son utilizados en Estados Unidos para vigilar de manera permanente a inmigrantes en situación irregular en vez de enviarlos a una prisión.
Montes, de 33 años de edad y originaria de Chinandega, cuenta a DESPACHO 505 que llegó a ese país norteamericano el pasado 4 de enero de 2023 huyendo de la persecución del régimen Ortega Murillo y las amenazas de sus simpatizantes. Se entregó a las autoridades migratorias por el Río Grande, Texas, y comenzó un proceso que no le ha sido favorable.
Ingresó a territorio estadounidense con el formato I-220B, la llevaron a una oficina, le tomaron fotografías y las huellas dactilares. La primera pregunta que le hicieron fue: "¿Tenés miedo de regresar a tu país?".
La respuesta fue: "Sí". Les explicó que es periodista y enfrentó amenazas por no ser afín al régimen.
Sin embargo, luego le explicaron por el contexto político que se vive en Nicaragua le permitieron ingresar a Estados Unidos, pero que ella no puede aplicar a asilo ni a ninguna otra figura para permanecer en ese país.
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La razón es que en marzo de 2016, cuando ella viajó a Houston, Texas, le cancelaron la visa. Ella no lo sabía, sino que hasta ahora en 2023 se enteró que esa cancelación de visa es considerada como una especie de "deportación".
LE HABÍAN CANCELADO LA VISA
Es decir, Montes sabía que le habían cancelado la visa de Estados Unidos, pero desconocía que eso era una falta "grave" que le impedía acceder a protección internacional.

Después de estar cuatro días detenida, salió de la cárcel bajo libertad condicional. La monitoreaban a través de un teléfono celular, pero el pasado 24 de febrero, cuando le informaron que su caso no tiene arreglo y que será deportada de manera inminente, le colocaron un grillete en el tobillo derecho para vigilarla las 24 horas, los siete días de la semana.
Además, cada cierto tiempo llega un sheriff donde ella vive, para realizar control.
Ahora, ningún abogado le lleva el caso, porque le dicen que "no tiene solución". Si logra conseguir uno, no serán "500 dólares" los que le pague, sino "miles".
No obstante, su mayor temor es que en cualquier momento puede ser deportada hacia Nicaragua.
PREFIERE PRISIÓN EN ESTADOS UNIDOS
Montes confía que ha suplicado a las autoridades estadounidenses que no la deporten a Nicaragua. También les ha expresaro que prefiere ser encarcelada en Estados Unidos, por problemas migratorios, a regresar a un país donde corre peligro..

"Lloré. Les dije que prefiero una cárcel en Estados Unidos", cuenta la periodista.
Otra opción que Montes miraría bien, sería ser deportada a otro país que no sea Nicaragua.
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A Chinandega no puede regresar. A una cuadra de su casa vive la alcaldesa orteguista del departamento. Y sus vecinos también la tienen mal vista.
Montes, periodista que estudió en la UdeM, laboraba inicialmente para el Canal 9 de Chinandega, a donde entró por prácticas profesionales y luego se quedó laborando. De manera simultáne era corresponsal de Canal 10.
En Canal 9, aunque no se trata de un canal televisivo propiedad del régimen, era afín al mismo, no cuestionaba las acciones de la dictadura, sino que se dedicaba a reproducir las informaciones que publicaba la Alcaldía de Chinandega.
Cuando ocurrieron las protestas de abril de 2018, Montes participó de las mismas y hasta fue voluntaria en la única brigada médica que se formó en Chinandega, a la cual pusieron por nombre Alvarito Conrado.
Los orteguistas le pusieron la mirada y la acusaron públicamente de intentar quemar la Alcaldía chinandegana y de querer asesinar al secretario político del departamento, José Manuel Espinoza, a quien llaman "Chemaya".
SITUACIÓN DIFÍCIL
Montes tuvo que renunciar en junio de 2018. Salió de ambos canales de televisión y buscó perderse del radar de quienes la amenazaban.
Su mamá la refugió en una finca en las afueras de Chinandega durante más de dos años y, luego, la mandó a Masaya, por otros dos años. "Andaba de lugar en lugar" por lo que a finales del pasado 2022 decidió viajar a Estados Unidos, pero llegó hasta el 4 de enero, después de haber estado secuestrada por mexicanos, de los cuales escapó, gracias a un operativo de las autoridades mexicanas.
En Estados Unidos, Montes se afincó en Miami, donde también está su cónyuge, quien es el único que le ayuda, además de su progenitora, porque ella no tiene permiso para trabajar en los Estados Unidos.
"Estoy acorralada, sin trabajo", lamenta.
Ya desde que estaba en Nicaragua ella no podía trabajar, por andar huyendo del orteguismo.
La situación se le complica porque, además de que debe comer y vestirse, tener para un techo, también debe pagar a los abogados que le han tramitado su caso hasta ahorita, así como al que de ahora en adelante le quiera llevar el caso.
Sin embargo, no tiene cómo trabajar.
El hecho de llevar un grillete le perjudica enormemente también, porque el dispositivo es relacionado por la sociedad con delitos graves y la ven mal.
Sin embargo, ella ve ese grillete como un "símbolo" de su postura en oposición al régimen Ortega Murillo, y de que se puso "del lado bueno de la historia". "Este grillete no me va a hacer bajar la cabeza", sostiene.
Montes teme regresar a Nicaragua. Afirma que no se fue a Estados Unidos en busca "del sueño americano", sino solamente por encontrar "protección" en contra del régimen.
La "sentencia" que pesa sobre ella es que en cualquier momento la pueden deportar a Nicaragua. "Temo por mi vida y por mi integridad física en Nicaragua, si me deportan", grita Montes.