Ortega ataca a la Iglesia y jura: "Yo soy católico, sigo siendo católico"
El dictador Daniel Ortega acusó a monseñor Rolando Álvarez, condenado a 26 años de cárcel, de ser el líder de la Conferencia Episcopal que exigió un golpe de Estado en Nicaragua.


- abril 15, 2023
- 12:40 PM
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Daniel Ortega volvió a cargar este sábado contra la jerarquía de la Iglesia católica de Nicaragua. En una comparecencia televisada desde El Carmen, el dictador juzgó el rol de los obispos como mediadores durante el estallido de abril de 2018, llamándoles somocistas y agentes del imperio. Aun así, se declaró profesante de la religión: "Yo soy católico, sigo siendo católico, creo en Cristo, pero lo he dicho desde siempre, pero no creo ni en los sacerdotes ni en los obispos".
Ortega aprovechó una reunión con el presidente de la Agencia China de Cooperación Internacional para el Desarrollo (CIDCA), para justificar la persecución que ha desatado contra la Iglesia católica, incluido el encierro en prisión del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.
En esa ocasión, también responsabilizó al obispo de Estelí Abelardo Mata de actuar como vocero del imperio.
El dictador le contó a su visitante chino que en el 2018 cuando estallaron las protestas que insiste en llamar intento de golpe de Estado, tenían una alianza con todos los sectores, pero que Estados Unidos utilizó a algunos líderes religiosos para promover boicot, “como un famoso obispo de Estelí cuyo nombre dice mucho monseñor (Abelardo) Mata”, acusó.
Monseñor Mata se encuentra en retiro desde julio del 2021, cuando el papa Francisco aceptó su renuncia, ya que cumplió 75 años. “Era de los que atacaban abiertamente al Gobierno cuando estábamos en la época de convergencia", lo señaló el dictador. Agregó sin aportar pruebas que "otros obispos, como un obispo de Matagalpa se dedicaban a andar boicoteando las actividades económicas y productivas en el departamento de Matagalpa”.
JUSTIFICA PERSECUCIÓN
Los obispos Álvarez y Mata han mantenido una postura crítica frente a las graves violaciones de derechos humanos que se cometen en Nicaragua, de las que Daniel Ortega y Rosario Murillo son señalados como responsables directos, según informes de organismos internacionales.
Las nuevas agresiones de Ortega contra los obispos, se producen en medio de la presión internacional por la condena a 26 años y cuatro meses de cárcel impuesta a monseñor Álvarez, así como por la feroz persecución a la Iglesia que llevó a prohibir más de tres mil procesiones en Semana Santa y a expulsar a más religiosos del país.
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Entre otras cosas, Ortega cuestionó el rol que jugó la Conferencia Episcopal de Nicaragua a los que acusó de atreverse a "leer un ultimátum para que desmontáramos todos los poderes del Estado, el Poder Judicial, el Electoral, Policía, Ejército y todo y nos daban unas semanas de plazo”, señaló Ortega.
El dictador señaló al obispo de Matagalpa como el líder. “Nosotros escuchamos y realmente, dijimos ¿Qué les pasa? ¿Se volvieron locos?, no se dan cuenta de cuál es su papel, ¿Desde cuándo los obispos tienen autoridad para andar decidiendo quién gobierna y quién no gobierna?”, cuestionó Ortega.
En medio de su descarga contra la Iglesia, Ortega se reafirmó como católico. "Yo soy católico, sigo siendo católico, creo en Cristo, pero lo he dicho desde siempre, pero no creo ni en los sacerdotes ni en los obispos", dijo. "El papel de la Iglesia católica sigue siendo y nada tiene con ver con los principios del catolicismo", remató.
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ORTEGA "OLVIDA" LA REPRESIÓN
En su repaso sobre el estallido social, en abril de 2018, el líder rojinegro además aseguró que actuaron con “calma, con mucha mesura, no reaccionamos de inmediato como reaccionan en otros países que sacan todas las fuerzas para aplacar el conato”.
No obstante, Ortega olvida que existen pruebas de la represión a la primera marcha de los ancianos contra la reforma a Seguridad Social en la ciudad de León. Fue esa acción violenta la que provocó la indignación ciudadana que llevó a miles a manifestarse en las calles, de acuerdo con la documentación de los hechos recogidos en los informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La represión del régimen contra las protestas dejó al menos 355 asesinatos según cifras de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), cientos de heridos y miles de personas que se fueron al exilio.
Recientemente un informe del grupo de expertos de Naciones Unidas denunció graves violaciones y abusos de los derechos humanos perpetrados, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes; privación arbitraria de la nacionalidad y violaciones del derecho a permanecer en el propio país.