Managua inicia desde hoy 10 días de fiestas en honor a Santo Domingo 

La imagen de Santo Domingo de Guzmán salió la mañana de este martes de su iglesia en las Sierritas de Managua rumbo a la capital como parte de las tradicionales fiestas que se extienden por 10 días. Este año ha sorprendido la presencia de la alcaldesa de Managua, Reyna Ruedas, proclamada mayordoma de las festividades, tras cinco años de distanciamiento entre la comuna y el comité organizador debido a la represión del régimen que la Iglesia católica critica. 

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A diferencia de años anteriores, la Iglesia aceptó el resguardo de la Policía Orteguista que en estos momentos avanza con “Minguito”. En 2019, los encargados de las fiestas fueron los sacerdotes de las dos parroquias de Santo Domingo mientras que el cordón de seguridad alrededor de la imagen fue asumido por los tradicionales cargadores. Esta vez, tanto Reyna Rueda como Enrique Armas, su vicealcalde, participan en la procesión. 

La decisión de las parroquias de permitir que la Alcaldía de Managua participara en las festividades ha sido ampliamente criticada por varios sectores porque consideran que el régimen violenta el derecho a la libertad religiosa en el país al manejar a su discreción qué parroquias pueden sacar a sus santos patronos, además mantiene en la cárcel al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.

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Pese a este escenario político, miles de managuas llegaron a las Sierritas para acompañar a Santo Domingo. A eso de las seis de la mañana promesantes, “chinegros” y filarmónicos emprendieron la procesión que se extiende por siete kilómetros y que es asistida por ambulancias de la pro régimen Cruz Blanca, antes Cruz Roja. Las festividades de Santo Domingo es una de las pocas que ha permitido celebrar el régimen de Daniel Ortega. 

El obispo Auxiliar de Managua, Silvio Báez, pidió a los capitalinos que celebran hoy 1 de agosto la bajada de Santo Domingo a no olvidarse de que en Nicaragua «hay un obispo injustamente encarcelado». Báez se refiere a monseñor Rolando Álvarez, quien fue condenado por el régimen de Daniel Ortega a 26 años de prisión por los supuestos delitos de traición a la patria y propagación de noticias falsas.