El triunfo de Sheynnis Palacios aflora el odio, la paranoia y el miedo en Rosario Murillo

La noche del 18 de noviembre cuando el nombre de Nicaragua fue anunciado como ganador de Miss Universo 2023, Sheynnis Palacios supo que estaba haciendo historia. Nunca antes el país había llegado tan largo. El país estalló en júbilo y de manera espontánea la gente salió a las calles, sacó banderas, formó caravanas y, por primera vez en los últimos cinco años, en diferentes partes del país resonó sin miedo el grito de Viva Nicaragua.

Las imágenes regresaron a la mente de muchos las escenas que se vivieron en 2018 cuando miles de ciudadanos salieron a las calles a protestar por la defensa de sus derechos, tras una reforma inconsulta a la Seguridad Social que derivó en la exigencia de la salida del poder de Daniel Ortega.

Y eso ha irritado a Rosario Murillo. Es un reflejo del rencor y el miedo de una dictadura que ve en la bandera azul y blanco un símbolo de oposición, dicen opositores al régimen consultados por DESPACHO 505.

En un comunicado, la vocera Rosario Murillo calificó las expresiones de apoyo a la Miss Universo 2023 como un supuesto plan de “golpismo destructivo” y advirtió que no admitirá “provocaciones maquilladas”. Y pese a que ha insistido en exaltar el triunfo de Sheynnis Palacios, este jueves fue ordenada la expulsión forzada del país de la directora de la organización Miss Nicaragua, Karen Celebertti.

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Murillo asegura que los “vampiros, vividores, vanidosos, locos-malos” han querido revivir lo que llama golpismo tras la hazaña de la nicaragüense. “Que dejen de manosear los merecidos triunfos de una bonita muchacha, para esconder su insignificancia e incapacidad, y enturbiar, con sus ridículos y cursis delirios”, advirtió Murillo.

PARANOIA DE MURILLO

Juan Sebastián Chamorro, exreo político, considera que al régimen no estaba preparado para las expresiones de alegría por la coronación de Palacios y que no pudo controlar. 

“Le asustó, le preocupó ver esas banderas que allí están, guardaditas muy cerca de los corazones de los nicaragüenses, y las caravanas, eso les trajo recuerdos del 2018 y ella (Murillo) paranoica con la represión y el control de todo lo que pasa en Nicaragua no pudo hacer nada porque no estaban preparados para reprimir”, explicó Chamorro.

Días antes del pronunciamiento de Murillo, el régimen prohibió a dos artistas pintar un mural en honor a Sheynnis Palacios, en la pared de una casa de Estelí. 

NO TIENEN EL CONTROL SOBRE SHEYNNIS PALACIOS

La exguerrillera Dora María Téllez, considera que las frases de Murillo evidencian su resentimiento porque no tienen control sobre Palacios. Indica que algunos medios oficialistas emprendieron una campaña de desprestigio contra la Miss Universo y hasta han expresado una teorías de conspiración como que es agente de la CIA, y “que la van a poner de candidata”.

Téllez sostiene que Sheynnis subió al escenario con la bandera de Nicaragua y no con la de ningún partido político.

“Lo que pasa es que el régimen de los Ortega-Murillo han convertido la bandera de Nicaragua en un elemento que ellos lo sienten como de oposición a ellos”, manifestó Téllez, quien señala que el régimen tiene el control sobre equipos de beisbol, futbol, boxeadores, pero que el triunfo de Palacios los ha “descontrolado”.

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CULTO A LA PERSONALIDAD

El periodista Miguel Mendoza atribuye el discurso de odio de Murillo a que la dictadura quiere controlarlo todo y “combaten los festejos espontáneos de los ciudadanos” y más cuando estos se convierten en resistencia y los ciudadanos salen a las calles a ondear la bandera azul y blanco, “símbolo que identifica la lucha contra los tiranos”.

“Los autoritarios y déspotas se alimentan del culto a la personalidad, en esto no permiten competencia, por eso impidieron que se pintara en Estelí un moral de Sheynnis Palacios”, señaló el periodista en su red social X (antes Twitter). 

Mendoza señala que cuando una persona alcanza la fama ya sea en el deporte o en cualquier otra rama, tienen que plegarse a ellos como lo hizo Román Chocolatito González y agrega que aunque Palacios no es una persona política, la dictadura la ve como un rival “en esos delirios de ver enemigos en todos los rincones”. 

“La pareja dictadora no soporta que alguien sea amado por sus valores y su ejemplo de trabajo y pureza como la actual Miss Universo, porque en su demencial estado sólo ellos pueden ser alabados, santificados y vitoreados”, opina Mendoza.