La dictadura liberará 2.200 presos comunes por Navidad

El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo liberará el próximo 21 de diciembre a 2.200 presos comunes de las diferentes cárceles de Nicaragua, lo que elevará a 7.630 la cantidad de delincuentes enviados a las calles este año sin que se conozca el grado de cumplimiento de condenas y otros lineamientos para otorgarles el beneficio. 

Rosario Murillo, vocera del régimen, confirmó este jueves a través de medios oficialistas la próxima excarcelación masiva de presos comunes en los sistemas penitenciarios de Chinandega, Tipitapa, Granada, Matagalpa, Estelí, León, Juigalpa y Bluefields “para que celebren la Navidad” con sus familias.  

“Son 2,200 familias que recibirán a sus parientes para celebrar la Navidad con esa nueva oportunidad de rehacer vidas, trabajar fortaleciendo la seguridad, el bienestar de las familias y la paz”, justificó Murillo.  

Al mismo tiempo, en los últimos días organismos de derechos humanos, opositores y familiares han promovido la campaña por una “Navidad sin presos políticos” en la que piden la liberación de más de 100 detenidos por oponerse a la dictadura. De esto, Rosario Murillo no ha dicho una sola palabra.  

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AGREDEN A PRESOS POLÍTICOS 

Este jueves, el denominado “Grupo de Secuestrados Políticos Unidos en Nicaragua” denunció que al menos siete presos políticos fueron apaleados por antimotines en la cárcel La Modelo y enviados a aislamiento por unirse a una huelga de hambre el pasado 1 de diciembre en la que pedían mejoras en las condiciones de presidio. 

Los presos políticos fueron identificados como Abdul Montoya Vivas (65 años); Sergio Catarino Castilblanco Hernández (37); Edubhin Sebastián Bermúdez Sevilla (61); Geovanny López Acevedo; Gerardo Montalván; José Antonio Castillo y otro que no ha sido identificado. Todos habrían sido sacados a la fuerza de la galería 16, enchachados, encadenados y enviados a celdas de máxima seguridad. 

Según la denuncia pública, el preso político Juan Carlos Baquedano, de 68 años de edad, fue sacado de su galería y llevado a una zona oscura donde habría sido torturado. 

En esta misma prisión se encuentra recluido monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa.