Ortega reafirma negativa al diálogo con la expulsión de Nicaragua del CICR

El Comité Internacional de la Cruz Roja anunció el pasado lunes el cierre de su misión de Nicaragua a petición del régimen de Nicaragua.

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  • diciembre 20, 2023
  • 03:37 AM

La expulsión de Nicaragua del Comité Internacional de la Cruz Roja es un nuevo rechazo al diálogo como salida a la crisis en Nicaragua. Es la lectura que hace Carlos Quesada, director ejecutivo y fundador del organismo Raza e Igualdad, sobre el forzado fin de la misión humanitaria en el país. Es un duro golpe para el pueblo de Nicaragua y para los familiares de los más de 90 presos políticos y una muestra de que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo se rehúsa a cualquier tipo de fiscalización, dice a DESPACHO 505.

La expulsión del CICR fue rechazada y condenada enérgicamente por Raza e Igualdad. Quesada considera que la dictadura manda un mensaje claro y es que Ortega y Murillo, "con esta acción quieren decir que no están dispuestos a dialogar con ninguna entidad y que ellos ponen las reglas del juego".

“Ya lo hemos venido diciendo, Ortega y Murillo buscan a toda costa eludir la justicia y sólo están realizando acercamientos con otros regímenes autoritarios que le apoyan en su plan de mantener el estado policial e impunidad que impera en el país”, detalla el presidente del organismo defensor de los derechos humanos.

Raza e Igualdad uno de los organismos internacionales de derechos humanos que monitorea la crisis que vive Nicaragua desde abril del 2018, observa con “preocupación" la salida del Comité Internacional de la Cruz Roja.

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Por eso Quesada considera que la comunidad internacional y en especial los países de Latinoamérica y el Caribe deben cerrar filas y reconocer que en Nicaragua el régimen de los Ortega-Murillo cometen crímenes de lesa humanidad y así presionar para que emprendan acciones legales y apliquen sanciones a las instituciones y las personas involucradas en estos crímenes de derecho internacional. 

“Esta expulsión trae consigo un mayor deterioro en la capacidad de monitorear y abordar las violaciones a los derechos humanos, representa un obstáculo inaceptable que se impone al Derecho Internacional Humanitario, y va en contra del espíritu de cooperación humanitaria”, declaró Quesada a DESPACHO 505.

HASTA COREA TIENE MISIÓN DE LA CICR

Por su parte, Tiziano Breda, investigador para el Instituto Affari Internazionali (IAI), plantea que “Nicaragua podría ser el único país en el mundo que ha cortado las relaciones con el Comité Internacional de la Cruz Roja. Hasta Corea del Norte las mantiene”.

El cierre de las oficinas en Managua de la CICR, fue antecedido por la cancelación de la personería jurídica de la Cruz Roja Nicaragüense a la cual la dictadura de Ortega-Murillo les confiscó todos sus bienes. 

El pasado lunes el CICR por medio de un comunicado anunció que finalizaba su misión humanitaria a petición de la dictadura. La entidad indicó que recibió la autorización en el 2018 de abrir una misión “enfocada en objetivos exclusivamente humanitarios”. 

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En enero del 2019, el CICR estableció una misión permanente en Managua, y en marzo de ese mismo año formalizaron con las autoridades de Nicaragua un acuerdo para visitar a personas detenidas.

Quesada considera que la expulsión del organismo humanitario afecta el derecho que tienen las familias de los presos políticos a conocer “de parte del Comité, aspectos sobre la situación de sus seres queridos y mitigar la zozobra en la que viven por la falta de información sobre la misma”.

“En este contexto tan hostil para la defensa de los derechos humanos e incluso, para la labor humanitaria que desempeñaba el CICR, confirmamos que las organizaciones de derechos humanos somos las voces de quienes no pueden alzar sus voces en Nicaragua”, exhorta Quesada. 

Quesada recordó que desde antes del 2010, el régimen de Nicaragua cerró las puertas a organismos de derechos humanos para que realizaran inspecciones independientes a las cárceles y sitios de reclusión en el país para que verificaran las condiciones de reclusión y que por eso “la misión del CICR era muy importante, incluso bajo los desafíos para obtener acceso sin restricciones de parte de la  dictadura Ortega-Murillo y la privacidad con la que desarrollaban su labor por la neutralidad que caracteriza su mandato”. 

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