¿Volverá la Seguridad del Estado ahora que Ortega revivió el Ministerio del Interior?
El Ministerio del Interior de los 80 también tenía dependencias para censurar a los medios de comunicación, así como el de realizar actividades de espionaje.


- diciembre 29, 2023
- 02:31 AM
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La noche del miércoles, la dictadura comenzó a desmontar la fachada del Ministerio de Gobernación para colocar en su lugar la del Ministerio del Interior, acción que concluyó la mañana de este jueves, precisamente cuando la Asamblea Nacional aprobó una ley que revive la institución. El Ministerio del Interior recuerda a los nicaragüenses una noche oscura de represión que se vivió en la década de los 80.
“Es la restauración del modelo cubano”, es la primera reacción de Silvio Prado, sociólogo y politólogo quien está exiliado en España, al conocer sobre la aprobación de la Ley que establece las funciones y estructura del Ministerio del Interior.
La institución en los años 80 fue dirigida con mano de hierro por Tomás Borge Martínez, uno de los nueve comandantes y quien tenía bajo su control la temida Dirección General de Seguridad del Estado (DGSE), dirigida por Lenin Cerna, la cual fue denunciada por cometer innumerables violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses.
El cambio de Ministerio de Gobernación al del Interior genera una interrogante y es que, si se establecerá nuevamente en el país, la Dirección General de Seguridad del Estado o se quedará su sucesora que es la Dirección de Información para la Defensa (DID), la cual está a cargo del Ejército de Nicaragua y dirigida por el general de brigada Rigoberto Boanerge Balladares Sandoval.
“De todos modos la DID ya es un espantapájaros no tiene muchas funciones. Pero de volver al órgano de Seguridad del Estado sería con la finalidad de hacer inteligencia política cubierta por una ley, que, de hecho, ya la estaba haciendo”, señala Prado.
EL TERROR QUE GENERA LA SEGURIDAD DEL ESTADO
Un experto en temas de seguridad al que llamaremos Carlos, por temor a represalias señala que en la década de los 80 el Ministerio del Interior tenía unas ocho dependencias bajo su mando entre ellas estaba la Policía Sandinista la cual estaba subordinada a Borge, a quien tilda de ser “una persona despiadada, villano y criminal, pero héroes para otros” y también estaba la Dirección General de Seguridad del Estado.
“¿Por qué era tan temido el Ministerio del Interior? Porque la actividad más visible represiva que se dio en los años 80 fue de la Seguridad del Estado y comenzó en el imaginario social a relacionarse Ministerio del Interior con la Seguridad del Estado. Decir Ministerio del Interior era terror porque se relaciona con el trabajo de la Seguridad del Estado”, expone Carlos.
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Agrega que la vigilancia, persecución, y recopilación de información de personas que se consideraban opositoras era una labor que realizaba la Seguridad del Estado y que la Policía, aunque reprimió protestas como la de Nandaime Va, la cual se dio en julio de 1988 en ese municipio de Granada, se dedicaba más a labores de combate del delito.
Con el cambio de Ministerio de Gobernación al del Interior, expone Carlos, Ortega institucionaliza lo que en la práctica ya realiza, ya que desde el 2018 estableció un estado policial donde convirtió a la institución en su brazo represor, “sin obviar la participación de los militares en los aspectos de Contrainteligencia”.
El experto considera que la Policía realiza funciones de la extinta Seguridad del Estado ya que dejó a un lado sus funciones constitucionales “para asumir el control de las amenazas contra el régimen y la familia”.
“La Policía es la nueva Dirección de Seguridad del Estado en sus funciones principales y esto fortalecido porque muchos de sus actuales mandos provienen de esa dirección, cuando esta se disolvió en 1990”, expone Carlos.
VOLVERÁN LAS OTRAS DIRECCIONES DEL MINT DE LOS 80
El Ministerio del Interior de los años 80 también tenía bajo su control una oficina de control y censura de los medios de comunicación independientes a quienes orientaba lo que se debía de publicar. Prado dice que también había una Dirección Quinta que tenía a su cargo la contrainteligencia, infiltraciones y operaciones en el exterior. También tenía la Dirección Octava que era otra forma de espionaje.
“Esto confirma que la dictadura no tiene más propuestas que volver al pasado, su concepto de futuro es volver al pasado, la dictadura no tiene más esquemas, al país solo le puede prometer pasado, porque en el pasado ellos se sienten más cómodos”, expone Prado.
Otra lectura que hace el sociólogo de la decisión es que Ortega está centralizando los órganos de represión como Migración, Sistema Penitenciario bajo el Ministerio del Interior, lo cual en la práctica ya funciona.
La reestructuración la realiza Ortega en medio de denuncias de arrestos a sacerdotes, ya que esta mañana fue la del vicario general de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Carlos Avilés y la detención del obispo de la Diócesis de Siuna, monseñor Isidoro Ortega.
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Dora María Téllez por su parte no descarta que quieran crear una Seguridad del Estado, aunque las labores ya las realiza inteligencia policial, “a menos que quieran hacer una dirección de inteligencia exclusivamente política, pero la inteligencia policial en los últimos años ha sido política”.
“No es descartable que ellos puedan crear una Dirección de Seguridad del Estado solamente para la persecución política y dejar la inteligencia policial para el tema de delitos comunes, narcotráfico y crimen organizado”, expresó Téllez.
UN PASO MÁS A LA NOCHE OSCURA EN NICARAGUA
Félix Maradiaga, quien fue secretario general del Ministerio de Defensa (2004-2006), afirma que con la aprobación de la Ley no solo se revive de manera simbólica el nombre del Ministerio del Interior, “sino que retoma peligrosos conceptos” que se usaron en la década de los 80 para justificar las graves violaciones a los derechos humanos y el estado policial.
Uno de esos conceptos es que la institución sirve para proteger la “revolución como fuente del orden constitucional”, precepto que es retomado en la nueva ley, la cual expresa dice Maradiaga “sin ninguna vergüenza”, que el Ministerio sirve para “neutralizar y terminar con cualquier actividad encaminada a menoscabar el orden constitucional y la institucionalidad del país, establecidos por la revolución”.
“Una vez más se retoma el concepto de la revolución como fuente de derecho, pero en esta ocasión ya no es ni siquiera una Dirección Nacional la que define esa fuente, sino una familia en el poder”, detalla Maradiaga.
También borra de un solo “plumazo” dieciséis años de reformas jurídicas para la subordinación al control civil de las fuerzas de seguridad interna, por eso apunta que “estamos viendo un paso más hacia la noche oscura”.
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La ley también le otorga al Ministerio del Interior la función de garantizar el cumplimiento de la ley de agentes extranjeros y de organismos sin fines de lucro, lo cual para el ex preso político convierte al “ministerio en una policía secreta o Stasi, tal como lo era en los años 80”, lo cual bajo ese parámetro cualquier nicaragüense “puede ser agente de un poder foráneo”, y deberá ser tratado como “un enemigo de la revolución, que equivale a ser enemigo público del estado. Una visión sin duda estalinista”.
“Desde que Ortega regresó al poder en 2007 se ha empecinado en convertir a la Policía Nacional nuevamente en una policía sandinista. Al igual que es en Cuba, Corea del Norte o China, todo aquel que no se define como sandinista es un potencial enemigo de la revolución y, por tanto, corre riesgo de ser sujeto de las medidas represivas del Ministerio del Interior y de sus órganos, en cualquier momento”, advierte Maradiaga.
¿YA NO CONFÍAN EN PACO DÍAZ?
Para Dora María Téllez, exrea política, el cambio del Ministerio de Gobernación al Interior y que ahora la Policía sea parte integrante de la institución es un reflejo que la pareja dictatorial no confía ni en su consuegro Francisco Díaz, jefe de la Policía.
“Le van a poner encima de él institucionalmente hablando a un jefe, que va a garantizar que se ejecuten las cosas como los Ortega-Murillo quieren ya que parece que Díaz ha ido perdiendo facultades, capacidades o confianza”, reitera Téllez.
La exguerrillera también considera que estos cambios provocarán una disminución en el presupuesto a la Policía, pero también que se incremente los procesos de reestructuración y purga en la institución represora.