Ortega castiga a nicaragüenses con el cierre de consulados en EE.UU.

Expertos consultados señalan que el cierre de los consulados es una medida del régimen para ejercer mayor control sobre los nicaragüenses que viven en EE.UU.

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  • enero 24, 2024
  • 10:49 AM

El cierre del consulado de Nicaragua en Los Ángeles, Estados Unidos, tendrá un impacto económico para los nicaragüenses que residen en la costa oeste, porque a partir de ahora tendrán que viajar a Miami, Nueva York, o Washington para realizar trámites consulares. Eso implica que tendrán que asumir la compra de boletos, alojamiento y comida y la pérdida de días de trabajo. 

Un defensor de derechos humanos y experto en temas migratorios, que pidió omitir su nombre por temor a represalias, expresó que el cierre de los tres consulados es una represalia del régimen contra los migrantes y exiliados nicaragüenses y una medida para ejercer mayor control sobre los trámites que solicitan. 

El experto sostiene que el régimen está incumpliendo sus obligaciones internacionales sobre la protección de sus ciudadanos en el exterior, y “desarrollando una política similar a la venezolana que con cierres consulares, pretenden desconocer a miles de migrantes que han sido forzado a salir del país gran parte por motivos políticos”.

“No les importan que la diáspora nicaragüense contribuye con casi el 30% del PIB y que deberían de cumplir con sus responsabilidades de atender y proteger apropiadamente a todos los ciudadanos nicaragüenses”, señaló el defensor de derechos humanos. 

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SIN CAPACIDAD PARA ATENDER A NICARAGÜENSES

El exembajador de Nicaragua en la OEA, Arturo McFields, asegura que el cierre de los tres consulados no será suficiente para atender a los migrantes nicaragüenses, porque en el consulado en Washington laboran dos personas y a veces una.

“No tienen capacidad para atender a todos nuestros migrantes y esto es triste, lamentable, porque es parte de castigo político y de seguridad, ya que al haber menos consulados hay mayor control de la dictadura sobre quién tiene o no pasaporte y otros documentos esenciales”, argumenta McFields. 

Por su parte Manuel Orozco detalla que con el cierre de los consulados la dictadura de Nicaragua está limitando los servicios consulares “a la gente que necesita validaciones de documentos y formalmente los desatiende”.

DIFICULTADES PARA REALIZAR GESTIONES

Un especialista en relaciones internacionales consultado, considera que el cierre de los tres consulados responde a una política de restricción de gastos que tiene la dictadura. 

En los consulados no solo tramitan sus pasaportes, sino que también, podían gestionar cédulas de identidad y también cumplían funciones notariales. 

“El cierre de esos consulados dificulta las gestiones de muchos nicaragüenses que ahora tendrán que hacerlas por correo o trasladarse personalmente a otro consulado si se impone como exigencia”, señaló el especialista. 

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McFields quien fue desnacionalizado por la dictadura de Nicaragua indicó que algunos connacionales que adversan a la dictadura lograron obtener su pasaporte lo que evidencia que podían tener el control absoluto. 

“Al tener menos consulados esto tiene un impacto catastrófico en la diáspora, en la comunidad que vive en el exterior para sus trámites de partida de nacimiento, fe de vida, pasaporte, etc., un montón de documentos se verían afectados. Entonces vamos a castigar de esta forma eso lo que dice la dictadura, una venganza, el odio político del régimen”, afirma McFields.

NICARAGUA SIN POLÍTICA EXTERIOR 

El cierre de los tres consulados es la culminación de una serie de recortes que había puesto en marcha desde hace años la dictadura. McFields señala que, desde hace cinco años, el régimen comenzó a aplicar recortes en las sedes consulares, una de ellas es que les dejó de pagar su casa y que tenían que vivir en las oficinas.

“Poco a poco los consulados se fueron convirtiendo en ventanillas de información, pero no resolvían nada y no manejaban ni generaban dinero”, expone el exdiplomático nicaragüense.

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El exembajador José Dávila atribuye el cierre de los consulados a que Nicaragua no tiene una política exterior que beneficie a sus connacionales  “y meterle más dificultades en las gestiones que tengan que hacer”.

“Es condenable este tipo de medidas que pretenden desconocer a los nicaragüenses y estar avanzando a sus intereses ideológicos personales y grupales”, expone el exdiplomático. Dávila cuestionó que mientras Ortega cierra consulados, se beneficia de las remesas que mandan los nicaragüenses en Estados Unidos.

Según datos del Banco Central de Nicaragua (BCN), hasta noviembre del 2023, el país recibió en concepto de remesas 4.239,8 millones de dólares, un 46,8 % más que en el mismo periodo de 2022, de los cuales 3.504,5 millones de dólares provinieron de Estados Unidos.

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