Coronavirus: Ortega expone salud de los nicaragüenses para proteger a una raquítica economía

Nicaragua convoca a marchas para recibir al virus, abre sus fronteras a turistas y lanza un plan para masificar las celebraciones de Semana Santa, olvidando que es uno de los países de América Latina con un débil sistema de salud pública. Los empresarios se preparan para cesar labores.

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  • marzo 17, 2020
  • 05:44 AM

Nicaragua convoca a marchas para recibir al virus, abre sus fronteras a turistas y lanza un plan para masificar las celebraciones de Semana Santa, olvidando que es uno de los países de América Latina con un débil sistema de salud pública.  Los empresarios se preparan para suspender labores.

Nicaragua es un caso insólito en el combate contra el coronavirus (Covid-19). El mundo desde este domingo se ha detenido, pero el país se muestra pasivo ante un virus que ha contagiado a más de 130,000 personas y matado a otras 7,000, presionando así los sistemas de salud público de las naciones más desarrolladas.

En Centroamérica, los gobiernos han orientado a sus ciudadanos quedarse en casa, cerrar fronteras e impuesto toque de queda para impedir la propagación de la pandemia, pero Daniel Ortega y Rosario Murillo hacen lo contrario: convocan a marchas, anuncian un plan verano para que los nicaragüenses se muevan en masa en Semana Santa, y se resisten a tomar medidas extremas para no afectar más a una economía ya en crisis.

Hasta hoy cuando el coronavirus ya ha llegado a los países vecinos, Costa Rica y Honduras, no hay un anuncio claro por parte del Gobierno de Nicaragua sobre cómo va a combatir la pandemia. Se sabe, según alocuciones de la vicepresidenta Rosario Murillo, que han mandado a traer médicos a Cuba para tratar los casos positivos que puedan surgir y que el Ministerio de Salud y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) designaron al Centro Nacional de Diagnóstico, ubicado en el Complejo “Conchita” Palacios, de Managua, para realizar las pruebas de coronavirus en Nicaragua.  No ha mandado a suspender clases ni impedido las aglomeraciones de personas, y más bien manda un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos.


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Aún así las instituciones no gubernamentales, la empresa y colegios privados e iglesia Católica se han adelantando a tomar medidas para evitar contagios.

El coronavirus toca las puertas de Nicaragua a escasas semanas de una las temporadas más altas del sector turismo, golpeado desde 2018 por la crisis sociopolítica y el estado policial de facto.

“En nuestra Nicaragua con amor se presenta a los pueblos del mundo promoviendo desde ya todas las ventajas de un país que sabe vivir con cariño, recibir a los visitantes con cariño, promoviendo lo que llamamos el verano, pero este año decimos, nuestra Nicaragua es toda dulce”, dijo Murillo el sábado pasado.

Para este año, los empresarios turísticos proyectaron que llegarían al país 1,120,000 turistas —37% menos que las cifras de 2017, último año de crecimiento de esta actividad — que generarían US$460 millones (45% menos que en 2017).

Contrario al Gobierno, la empresa privada de Nicaragua ha tomado sus propias medidas de prevención. Centros comerciales han dispuesto de dispensadores de alcohol gel, las aseguradoras y bancos orientado recomendaciones de lavado de manos y uso de mascarillas y las maquilas están sometiendo a su personal a controles diarios.

“Estamos aplicando un protocolo de prevención, le pedimos que pasen un trámite de desinfección de mano y activamos un comité de higiene y seguridad”, dijo el presidente de la Asociación Nicaragüense de la Industria Textil y Confección, Dean García. Si se registran los primeros casos de contagio, dice, activarán la fase dos: la suspensión de operaciones.

Eso es un impacto que la empresa privada está dispuesta a tomar para impedir la propagación del virus. “Antes de la producción hay que valorar y salvaguardar la salud de los trabajadores, nosotros tenemos monitoreo diario y en cuanto exista el primer caso, suspendemos”, dijo.

La decisión llegará sin esperar algún decreto por parte del Gobierno que oriente el cese de las labores en el sector privado.  “Vamos a tomar la decisión de forma independiente”, reiteró. El sector maquila genera más de 123,000 empleos y no queda claro si la medida contempla el cese a cuenta de vacaciones o sin goce de salario.

La presidenta de Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua (CCSN) también dijo a Despacho 505 que están consciente del impacto económico que causarán la pandemia en el país, pero que aún así procederán a parar labores de bares y restaurantes sin esperar una orientación.

Aseguró que las empresas agremiadas están tomando sus propias medidas de prevención y desde ya coordinan con los supermercados para mantenerlos abastecidos con productos de primera necesidad, ante la inminente llegada del virus.

“Cada empresa y cada sector está tomando medidas de acuerdo con su criterio, no creo que vayan a esperar una orden del Gobierno para cerrar”, dice, a la vez que menciona que han contemplado orientar trabajo a distancia a sus trabajadores, tal como la han hecho las demás empresas de la región centroamericana.

“Nos afecta el tema económico, pero estamos hablando de un tema humanitario, y eso lo sabemos”, señala la empresaria.

Hace unos días, la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), considerando los factores derivado de un mecanismo de transmisión externo de la pandemia, alertó que las exportaciones, el turismo, las remesas y la inversión extranjera serían los sectores más afectados y que llevarían al Producto Interno Bruto caer hasta 3.9% en 2020.

En tres escenarios esbozado por la institución hay una contracción mayor al 1.1%, estimada a inicios de este año. “La profundización de la recesión económica, principalmente por el debilitamiento de pilares económicos hasta ahora estables (exportaciones y remesas), ocasionaría un aumento en el desempleo y la tasa de pobreza”, dijo.

Mientras tanto, el mecanismo de transmisión interno se produciría a través de la entrada del Covid-19 al país, es decir, en la medida en que los nicaragüenses se contagien del virus. A nivel sectorial, el impacto se registraría inicialmente en tres sectores económicos: comercio, hoteles y restaurantes y servicios.

El sector comercio representa alrededor del 9.7% del PIB, y aporta 113, 457 afiliados a la Seguridad Social (un 15% del total), según datos oficiales del Banco Central de Nicaragua, disponibles hasta febrero de 2019. El año 2017 fue el último con signo positivo para el turismo y aportó 4.2% a la economía.

La Administración Ortega no está a la altura de una emergencia mundial. El Sistema de Integración Centroamericana (SICA) lo ha alertado ya y señaló al Gobierno de negligente por sólo cumplir con cinco de las siete medidas sanitarias establecidas para prevenir la propagación del Covid-19.

De acuerdo con el protocolo internacional orientado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Nicaragua todavía no aplica cuarentena preventiva para nacionales y extranjeros. Tampoco ha ordenado la suspensión de clases en colegios y universidades para evitar propagación, ni ha restringido eventos públicos y aglomeraciones de personas.

El epidemiólogo Leonel Argüello advirtió que el coronavirus podría estar propagándose en el país, sin que las autoridades lo hayan detectado, y no es para menos si los países de Honduras y Costa Rica, con quienes Nicaragua tiene un fuerte flujo migratorio, ya reportan casos.

Ante la falta de beligerancia gubernamental, Funides ha emitido un comunicado este martes para recordar que Nicaragua es una nación altamente empobrecida con un sistema de salud público y privado con capacidad e infraestructura limitada.

“El Covid-19 tiene un elevado porcentaje de fatalidad en la población mayor de 60 años y además pone en riesgo al resto de la población. Asimismo, se desconoce si puede tener efectos secundarios entre los afectados”, alertó.

“La salud pública es lo más importante para todas las naciones y está por encima de la situación socioeconómica y el entorno político adverso que vive Nicaragua”, agregó.

El centro de pensamiento instó al Gobierno a retomar prácticas internacionales para evitar el contagio y la propagación del coronavirus, como las realizadas por los gobiernos de Centroamérica al cerrar temporalmente el tráfico de personas en las fronteras terrestres, marítimas y aéreas, suspender las clases, y tomar medidas de distanciamiento social.

“Lamentamos la decisión del Gobierno de realizar una caminata multitudinaria (el pasado sábado) y de permitir embarcaciones de cruceros turísticos”, dijo.

Ortega quiere mostrar control de la pandemia, sin embargo, la situación podría salirse de la mano cuando los países de la región logren controlar la pandemia y le cierren las fronteras a Nicaragua ante un brote de coronavirus.

“Nosotros exportamos a Centroamérica. Es un error porque del aislamiento de países vecinos podemos perder el control internamente. Nosotros suplimos a la región y tenemos que ser consecuente con la región, no puede resolverlo nadie aisladamente, tiene que haber colaboración, ahorita los gobierno se están protegiendo”, menciona el economista Arana, vía telefónica.

Mario Arana, expresidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), considera que el Gobierno está tratando que la economía no se afecte por las medidas severas que se puedan tomar. “No se tiene que anteponer la economía por encima de la salud de las personas, los seres humanos son primero”, señala el economista. De cerrarse las fronteras y negar entrada al país de viajeros procedentes de país con casos positivos tendrían un fuerte impacto en sectores turismo, comercio y servicios.  

Todos los gobiernos de la región han decretado el Estado de emergencia, cerrado negocios y llamaron a sus ciudadanos a quedarse en casa, conscientes del golpe económico. En Costa Rica, por ejemplo, los hoteles reportan caídas en reservas de 90%.

Nicaragua pareciera seguir el modelo de Reino Unido de no causar pánico ni tomar medidas que atenten contra la economía, sin embargo, Ortega no es Boris Johnson ni Nicaragua es siquiera una pizca de Reino Unido.

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