“Aquí la gente viene a morirse”, denuncia ciudadana y revela ocultamiento de casos de COVID-19 en Nicaragua
Testimonio de una ciudadana sospechosa de COVID-19 revela deficiencias en las políticas de aislamiento del Minsa, precarias condiciones de las unidades hospitalarias y ocultamiento de información.


- marzo 22, 2020
- 01:14 AM
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Testimonio de una ciudadana sospechosa de coronavirus revela deficiencias en las políticas de aislamiento del Minsa, precarias condiciones de las unidades hospitalarias y ocultamiento de información.
“Aquí uno viene a morirse”, dijo desde el Hospital Alemán Nicaragüense una ciudadana sospechosa de coronavirus que revela deficiencias en las políticas de aislamiento del Ministerio de Salud, precarias condiciones de las unidades hospitalarias y ocultamiento de información de parte de las autoridades.
--Llevo más de 24 horas acá y no nos dan respuesta. Vinieron cuatro personas más por contacto cercano con (el segundo de COVID-19), entre ellos dos cubanos, ingresaron hoy (sábado), les hicieron sus exámenes y hoy les dieron de alta. A nosotros no nos dan respuesta.
--No nos dicen si nosotros somos positivos y por eso nos tienen aquí, necesitamos saberlo, porque necesitamos recibir el tratamiento, y si somos negativos irnos… Aquí la gente viene a morirse.
El testimonio de la mujer que decidió abandonar el Hospital Alemán da cuenta de al menos cuatro casos sospechosos y de otros que habrían estado llegando a esa unidad de salud sin que las autoridades las hayan reportado.
En el hospital, aseguró, las condiciones son las peores y las condiciones insalubres.
--Nos tienen adentro, no me he bañado, ando llagas en mis pies, no nos dan medicinas. Gracias a Dios lo único que presento es un síntoma de alergias, tengo mis alergias activadas y en este caso la respiratoria.
No nos dan repuestas, ahí nos tienen, y tampoco me quieren dejar ir sabiendo que voy acatar si ellos quieren una cuarentena.
CASOS NO REPORTADOS
La ciudadana expresó que teme una cadena de contagios más derivados del caso dos por el que ella fue trasladada al hospital. Sus propios compañeros de trabajo y las personas a los que atendieron. Esto evidencia las fallas en el manejo del COVID-19 por parte del Minsa, que hasta la fecha reporta dos positivos y un sospechoso, que se desconoce si se trata de la denunciante.
Tras la denuncia y en horas de la madrugada, Rosario Murillo habló a través de los medios oficialistas para “informar” que la ciudadana tomó la decisión “de salir del aislamiento” y bajo su responsabilidad, aunque recalcó que “es persona que está asintomática.
Es un caso sospechoso sin síntomas”, reiteró Murillo deslindado de responsabilidad a las autoridades de salud.
"La persona ha tomado la decisión, ella y su familia de salir del aislamiento, que para nosotros es una medida protectora y para el resto de la población, puesto que es un caso sospechoso... firmó liberando de responsabilidad al Ministerio de Salud y ha sido dada de alta", indicó la funcionaria.
Murillo justificó el ocultamiento de los otros cuatro casos sospechosos de COVID-19 que habrían estado en contacto con el paciente número dos, alegando políticas de protección de datos. Aseguró que Nicaragua registra dos casos confirmados.
ALEGA "SAGRADA" CONFIDENCIALIDAD
La sancionada funcionaria del régimen dijo que la privacidad de las personas que contraen o son sospechosas de haber contraído COVID-19 “es sagrada”, obviando que ella misma violó no solo la ética profesional de protección de datos, sino la Ley 820, Ley de Promoción, Protección y Defensa de los Derechos Humanos ante el VIH y Sida, que protege al caso número dos, al revelar que este es una persona con VIH.
El artículo 12 de la Ley 820 indica que “es de obligatorio cumplimiento para las autoridades con cargos administrativos en instituciones públicas y privadas, garantizar la confidencialidad de las personas con VIH y en condición Sida”.
En caso de incumplimiento a lo establecido, agrega la ley, se impondrá por las autoridades competentes medidas correctivas de conformidad al reglamento de la presente ley, y cuando el caso lo amerite se impondrá por las autoridades judiciales, las sanciones civiles y penales que correspondan”.
“Recordemos también que la privacidad no es solo una norma o una regla sino también que una protección para estas personas porque uno puede leer en los medios, como frente a una persona que es sospechosa de tener un virus una enfermedad no siempre el vecindario, las familias que viven cerca lo entienden y se puede convertir en un factor de molestia, de imposición o incluso de actitudes hostiles para la persona y su familia”, argumentó Murillo.
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Pese al riesgo de contagio, las autoridades nicaragüenses se resisten a adoptar cuarentena o medidas de reducción de movilidad, como lo ha recomendado la Organización Mundial de la Salud.