Fallece propietario del Ferri Che Guevara tras presentar problemas respiratorios

Empresario colombiano fue sepultado inmediatamente en el cementerio de Rivas, a pesar que no fue diagnosticado con Covid-19.

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  • mayo 28, 2020
  • 01:19 PM

Empresario colombiano fue sepultado inmediatamente en el cementerio de Rivas, a pesar que no fue diagnosticado con Covid-19.

Cipriano Quiroga, el inversionista colombiano que encontró en la Isla de Ometepe su segunda patria, falleció este miércoles a eso de las 11 de la mañana en el hospital de Rivas, a causa de una insuficiencia respiratoria, confirmaron fuentes de dicho centro asistencial.

Las autoridades del centro hospitalario ordenaron el entierro inmediato en el cementerio de San Jorge y no en la isla de Ometepe, como anhelaba Quiroga, quien permaneció luchando por su vida en el hospital de Rivas, durante una semana.

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Quiroga era propietario del ferri “Che Guevara”, que cubre la ruta entre el puerto de San Jorge y Moyogalpa, en la isla de Ometepe, y a la vez se dedicaba a promover inversiones turísticas y negocios de bienes y raíces.

La Cámara Nacional de Transporte Acuático (Canata), confirmó el deceso de Quiroga a través de un comunicado en el que el gremio de transportistas se solidariza con la esposa e hijos del colombiano.

El comunicado firmado por Milton Arcia, presidente de Canata, señala que Quiroga llegó a la isla de Ometepe desde 1990 y que inmediatamente fue conocido como un hombre que se dedicó a invertir en el trasporte acuático y en la construcción de hoteles.

LLEGÓ A NICARAGUA EN 1979

Cabe destacar que el 24 de febrero del 2015, Quiroga reveló en una entrevista que brindó a el extinto El Nuevo Diario, que la primera vez que arribó al país fue en 1979, cuando llegó como corresponsal de prensa, durante la insurrección contra la dinastía de Somoza.

Contó que en esa ocasión se estableció en Estelí, y tras el triunfo de la revolución, jugó fútbol con el Real Estelí y en 1983, se casó con una doctora de Alemania, que llegó a esta ciudad como parte de una brigada médica.

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Recordó que en el transcurso de esa década se dedicó a la ganadería y al cultivo de papas, pero que en 1990, se fue para Alemania y que al no adecuarse al clima de este país, regresó sólo a Nicaragua, para invertir en turismo, transporte acuático y negocios de bienes y raíces.

Contó que su mundo como empresario del transporte acuático inició 1991 con las compra de las lanchas Reina del Sur y Santa Julia y que al establecerse en la isla de Ometepe conoció a Yelba Vilchez, que se convertiría en su nueva esposa y con la cual procreo dos hijos y vivió a su lado hasta su muerte.

Al finalizar la entrevista dijo que se había enamorado tanto de Ometepe, que hasta ya había construido seis bóvedas en el cementerio de Moyogalpa, para que sus restos descasaran en este oasis de paz, junto a los de su esposa e hijos.

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