Desempleo, informalidad y sueldos precarios ahogan a los nicaragüenses
Mientras el régimen Ortega-Murillo alista las marchas oficiales del Primero de Mayo, miles de nicaragüenses aun con trabajo luchan contra la precariedad, y miles más sobreviven divididos entre el desempleo y la informalidad


- Managua, Nicaragua
- April 30, 2025
- 03:57 PM
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Margarita, licenciada en Administración de Empresas, lleva más de tres años tocando puertas en busca de un empleo formal. Desde que perdió su trabajo como supervisora en una empresa de Zona Franca durante la pandemia, no ha logrado reincorporarse al mercado laboral.
“Trabajé como supervisora en la Zona (Franca), pero como muchos, me quedé sin trabajo en pandemia. Desde ese entonces no cuento con un trabajo fijo”, relata.
Hoy sobrevive vendiendo lo que puede desde el porche de su casa en Managua: ropa usada, enchiladas, juguetes. “Aquí lo que se pueda vender lo hago, porque si no, no tengo cómo darle de comer a mis dos niñas”, cuenta con resignación.
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Para Margarita, el Primero de Mayo no es una celebración, sino un día más, de lucha por la supervivencia. “Que celebren los que pueden, porque yo no. Somos muchos en la misma situación, no es una minoría la que no tiene trabajo formal”, afirma.
Su caso no es aislado. Refleja una crisis estructural que afecta a miles de nicaragüenses: trabajos con sueldos preacarios, informalidad y desempleo
Trabajadores del Estado obligados a marchar
Uno de los aspectos más cuestionados por organizaciones y economistas es la utilización política del empleo público. Según denuncia Juan Sebastián Chamorro, economista y desterrado por el régimen, la dictadura obliga sistemáticamente a los trabajadores estatales a participar en actos partidarios, como las marchas del Primero de Mayo.
Chamorro sostiene que los derechos laborales de los trabajadores públicos son violentados sistemáticamente por la dictadura, lo que quedó ratificado con la aprobación de la ley 1173, Ley para el Cálculo de Indemnización por Antigüedad Laboral, para robar la indemnización de los funcionarios públicos que renunciaran a sus cargos.
“Los derechos adquiridos de los trabajadores a través de años, décadas de trabajo arduo, básicamente no son reconocidos al momento de la liquidación. Particularmente los funcionarios públicos, que además son obligados a ir a marchas, y las marchas que van a haber a propósito del Día de los Trabajadores van a estar llenas de trabajadores públicos obligados a ir”, afirmó Juan Sebastián Chamorro.
Esta práctica, además de ser una violación a la libertad de conciencia y de expresión, refuerza un clima de miedo y control político dentro del Estado. “Se obliga a la gente a simular apoyo, cuando en realidad están allí por temor a represalias si no cumplen con la línea oficial”, advierte Chamorro.
La Ley 1173 establece que "Los trabajadores del sector público tendrán derecho a la indemnización por antigüedad en caso de renuncia a partir de los 3 años de servicio continuo", como un mecanismos de presión para evitar la fuga masiva de trabajadores.
Subempleo, pensiones quebradas y salarios que no alcanzan
Chamorro también denuncia el colapso del sistema de pensiones. “Nada que celebrar porque además el sistema de pensiones está quebrado, y eso ha llevado a que a los cotizantes activos se les cobre más y a los jubilados retirados se les pague menos”, afirma. “Es el reflejo de un modelo económico fallido, que ha hecho imposible una transformación productiva que genere empleo digno”.
Uno de los aspectos que más le preocupa es el subempleo. “Subempleo es ganar menos del salario mínimo legal o trabajar menos horas de lo establecido por ley. Esa es la realidad de miles como Margarita, que hacen de tripas corazón para sobrevivir”, afirma.
A esta precariedad se suma la insuficiencia del salario mínimo. Aunque el régimen de Nicaragua acordó en febrero de 2025 un reajuste del 4% en el salario mínimo para nueve sectores de la economía, el más bajo quedó en 5,950.02 córdobas y el más alto en 13,315.71 córdobas. Ninguno de estos montos alcanza para cubrir la canasta alimenticia, que ya supera los 20,000 córdobas mensuales.
Según el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), la tasa neta de ocupación nacional, hasta febrero de 2025, fue de 97.2% y el desempleo abierto apenas del 2.8% en febrero de 2025. Sin embargo, estas cifras contrastan con la realidad cotidiana de miles de familias.
Chamorro concluye: “Nada que celebrar porque el desempleo reina a sus anchas en Nicaragua, sobre todo el subempleo (...) Esta situación, que ya es endémica en Nicaragua, es producto de una dictadura que no ha sido capaz de una transformación económica que genere riqueza a través del empleo. Por eso podemos asegurar que no hay nada que celebrar”.
Margarita y muchos trabajadores más lo viven a diario. En su rostro se refleja esa otra verdad: la dignidad no se quiebra, pero resiste desde una venta improvisada en un porche. En un país donde trabajar ya no garantiza vivir con dignidad, el Día Internacional del Trabajo se convierte en un recordatorio de la precariedad.