Seis de cada diez nicaragüenses quieren irse del país
Casi dos tercios de los ciudadanos dicen que se irían si pudieran, muchos ya lo han hecho, y quienes quedan sobreviven gracias al sacrificio de los que se fueron.


- Managua, Nicaragua
- mayo 14, 2025
- 02:48 PM
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Pese a las restricciones migratorias internacionales y la propaganda oficial que presume “estabilidad”, una mayoría abrumadora de nicaragüenses sigue buscando cómo abandonar Nicaragua. La más reciente encuesta de Hagamos Democracia, realizada entre el 11 y el 17 de abril de 2025 en 40 municipios del país, revela que 6 de cada 10 nicaragüenses desean emigrar ante la falta de oportunidades labores y de superación.
“El 63.09% de los encuestados expresó que dejaría el país si tuviera la oportunidad”, revela el informe Percepción de la Realidad Política, Social y Económica de Nicaragua, una cifra que, aunque levemente inferior a la de meses anteriores, sigue dejando en evidencia la profundidad del colapso nacional bajo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Esta persistente intención de emigrar, es un grito silencioso de un país atrapado en la violencia sistemática del régimen Ortega Murillo, quienes a través de la Policía y otras instituciones del Estado ejercen control total sobre la población.
Los encuestados ven a su propio país como una nación invivible. La principal motivación sigue siendo la “crisis económica”, mencionada por el 61% de los encuestados, mientras que un 33% se marcharía por “la desesperanza ante la falta de soluciones políticas” y un 6% por persecución directa.
Este último dato confirma que en Nicaragua sigue operando una dictadura, donde disentir cuesta caro y, en muchos casos, el exilio es la única alternativa a la cárcel o al silencio forzado.
La fuga del país es masiva y adulta
Aunque Ortega y Murillo intentan proyectar a través de sus medios de comunicación una nicaragua estable, los datos demuestran una migración activa y sostenida. El 25% de los encuestados afirma que un familiar ha emigrado recientemente.
Por primera vez, la encuesta reveló que el 53% de los encuestados indicó que entre sus familiares que emigraron en los últimos meses son personas de entre los 36 y 50 años, superando a los jóvenes adultos menores de 36 años, donde un 44% ha emigrado, lo que significa que ya no solo huyen los jóvenes sin oportunidades, sino también padres de familia, trabajadores calificados y ciudadanos en plena edad productiva.
La consecuencia es una acelerada fuga de capital humano que desangra el tejido económico y social del país, profundizando su crisis estructural.
Las remesas, el oxígeno del régimen
Paradójicamente, el éxodo provocado por el régimen es también su sostén. El 43.89% de los encuestados reportó recibir remesas, un salvavidas económico vital en una Nicaragua sin empleoy sin futuro. La mayoría proviene de Estados Unidos (56.18%), seguido de Costa Rica (20.79%), España (19.66%) y Canadá (2.81%).
Durante 2024, el Banco Central de Nicaragua reportó un récord histórico de US$ 5,243 millones en remesas, lo que representa un aumento del 12.5%. Estos ingresos, además de evitar la bancarrota inmediata de cientos de miles de hogares, sirven al propio régimen para reforzar sus reservas y mantener una economía ficticia sostenida por el esfuerzo de quienes han huido.
Más revelador aún es que el 69% de quienes reciben remesas asegura que sin ellas no podría llegar a fin de mes, lo que retrata un país hundido en la precariedad, sin empleo formal y con salarios que no cubren ni lo esencial.
Migrar en Nicaragua ya no significa buscar una vida mejor: significa renunciar a volver. Solo en enero de 2025, al menos 200 personas quedaron atrapadas fuera del país tras viajar por trabajo, estudios o salud, sin poder regresar por temor a represalias o restricciones impuestas por el régimen.
La encuesta además revela que el exilio es no solo deseado, sino temido, y que el desarraigo es hoy parte del costo emocional de escapar de una dictadura que ha cerrado todas las vías de esperanza.