Báez se despide llorando y “con el corazón hecho pedazos”
Monseñor Silvio José Báez partió este martes hacia Roma, Italia, tras ser llamado por el papa Francisco para trabajar en la Santa Sede. Fue despedido con música, abrazos y aplausos. “Me siento triste, llevo el corazón hecho pedazos por el hecho de dejar Nicaragua”, dijo.


- abril 23, 2019
- 01:39 AM
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Monseñor Silvio José Báez partió este martes hacia Roma tras ser llamado por el papa Francisco para trabajar en la Santa Sede. Fue despedido con música, abrazos y aplausos. “Me siento triste, llevo el corazón hecho pedazos por el hecho de dejar Nicaragua”, dijo.
Monseñor Silvio José Báez fue despedido este martes en medio de chicheros, aplausos y abrazos en el aeropuerto internacional Augusto C. Sandino, de Managua, previo a su viaje a Roma tras ser llamado por el papa Francisco para trabajar en la Santa Sede “por un tiempo”.
“Me duele irme, pero quiero seguir la mediación del papa Francisco. Estaré siempre pendiente del acontecimiento de la situación nacional. Me siento triste, llevo el corazón hecho pedazos por el hecho de dejar Nicaragua, pero estoy sereno porque estoy disponible para servirle al señor donde me lo pidan”, dijo el obispo en sus últimas declaraciones a los medios de comunicación.
El obispo aseguró que será una voz del pueblo de Nicaragua en El Vaticano. “Las veces que sea necesario que el Papa me pida hablar con él, le daré información de la manera más objetiva posible sobre lo que ocurre en Nicaragua. Estaré siempre al lado del pueblo”, reafirmó.
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Báez fue despedido por Juan Sebastián Chamorro, de la Alianza Cívica y Lucy Valenti, presidenta de Canatur. A los obispos de la Conferencia Episcopal les dejó un mensaje escrito.
Al pueblo de Nicaragua le pidió que lo recuerden “como un amigo que los quiere y que no los va olvidar”.
SU DESEO PARA NICARAGUA
Monseñor Silvio Báez manifestó su deseo para Nicaragua: “Que lleguemos a tener una sociedad fundada en la justicia social de la que brota la paz verdadera, donde la pluralidad ideológica no sea un delito sino una riqueza”.
Báez no quiso revelar con anterioridad la hora y el día de su salida de Nicaragua para evitar exponer a la gente a ser detenida por la Policía Orteguista.
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“No es que no quisiera que vinieran, pero no quise decir el día ni la hora porque he tenido temor de que si la gente venía en masa podrían exponerse demasiado. Mi corazón está muy dolido por la gente que ha sufrido, por los que están muertos o los que son reprimidos constantemente”, explicó.
Una vez más abogó por la liberación de los presos políticos de la dictadura de Daniel Ortega.
“A los presos políticos les digo que no tienen nada que agradecer, somos nosotros quienes estamos agradecidos por su valentía. Deseo que se les respete su dignidad y que salgan pronto lo más pronto posible”, agregó.
A los miembros de la Alianza Cívica les pidió no abandonar el diálogo con el régimen, pero que estos no deben ser “flojos”.
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“No es fácil estar en una mesa con una gente como la del Gobierno que no quieren negociar ni ceder en nada, solo quiere mantenerse en el poder. No rompan el diálogo porque les van echar la culpa de acabarlo, pero no deben ser flojos. Espero que ese diálogo salga adelante porque es la única salida pacífica que tiene Nicaragua”, finalizó.