El calvario del preso político Justo Emilio Rodríguez
La Comisión Permanente de Derechos Humanos denuncia que el estado de salud físico y mental se ha quebrantado desde mediados de mayo. Ahora está internado en una sala UCI del hospital Lenín Fonseca.


- septiembre 02, 2020
- 07:40 AM
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Justo Emilio Rodríguez López (68 años), el preso político que lucha por su vida en una sala de cuidados intensivos del hospital Antonio Lenín Fonseca de Managua, era hasta antes del 20 de abril, uno de los hombres más activos de la comunidad de Esquipulas, del municipio de Moyogalpa en la isla de Ometepe, donde se le conoce cariñosamente como “justito”.
Rodríguez desde muy niño trabajó en la agricultura y es un apasionado por el béisbol. En sus ratos libres, elaboraba huacales y cucharas de jícaro. Proviene de una familia muy humilde y trabajadora, y si estuviera libre estaría atendiendo sus cultivos de frijoles, yuca, quequisque y malanga.
Sin embargo, tras ser secuestrado por la dictadura, su salud se ha quebrantado en la cárcel y de ser un hombre activo, bromista y servicial, pasó a estar entre la vida y la muerte en un hospital, señala un familiar que por temor a represalias prefirió omitir su nombre.
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Rodríguez fue detenido a eso de las 7:00 a.m. el 20 de abril, cuando se dirigía precisamente a limpiar un terreno de 1.5 manzanas que había alquilado para dedicarse al cultivo de frijoles y hortalizas, como sucede en cada ciclo agrícola.
Cuando se dirigía a preparar la tierra, fue interceptado por antimotines de la Policía Orteguista que llegaron a hacer una redada en contra de personas que la noche anterior se habían concentrado en el pueblo, para conmemorar pacíficamente el segundo aniversario del levantamiento cívico del abril del 2018.
“Su detención fue injusta y violenta porque lo golpearon, le propinaron patadas, le dejaron caer una llanta y producto de estos golpes es que resultó con lesiones en su cabeza y lo tuvieron que trasladar de emergencia del Sistema Penitenciario de Tipitapa al hospital, donde le realizaron una cirugía, tras sufrir un derrame cerebral”, relata uno de sus familiares.
Rodríguez, tras ser detenido fue trasladado a Managua, donde la Fiscalía lo acusó por el delito obstrucción de funciones y el 21 de julio, el juez Séptimo de Distrito Penal de juicio Melvin Vargas , lo declaró culpable y le impuso tres años de cárcel.
“Todo esto injusto, ha sido un episodio difícil, porque él (Rodríguez) vive únicamente con sus tres hermanos que ya son personas de la tercera edad y ni siquiera conocía Managua, ya que no acostumbra salir de la isla de Ometepe y a pesar de que era un hombre que en raras ocasiones se enfermaba, ahora su estado de salud es grave”, dice el familiar.
Rodríguez tampoco tiene ascendencia y su pareja falleció hace muchos años. La única vez que salió lejos de su natal Ometepe, fue en su juventud cuando se fue a trabajar a Upala Costa Rica.
Cabe destacar que Rodríguez fue detenido junto con los isleños, Edwin Mora Cajina, Juana Estela López Alemán Edman Mora Ortiz y el reo político conocido como Celia Cruz, al cual además del delito de obstrucción de funciones también le imputan secuestro extorsivo agravado.
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Ebert Acevedo Villachica, asesor legal de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) y representante de Rodríguez, confirmó que la salud física y mental de este, se ha quebrantado desde mediados de mayo.
“Yo no tengo contacto con él desde la audiencia realizada el 21 de julio y el viernes 28 de agosto fuimos a preguntar a la cárcel La Modelo de Tipitapa por su estado de salud y nos dijeron que estaba en perfectas condiciones y que era atendido por médicos del Sistema Penitenciario, pero el fin de semana se conoció que estaba delicado en un hospital”, comentó.
A la vez detalló que debido a los problemas de salud que afectan a Rodríguez, él solicitó desde el 15 mayo el cambio de medida cautelar de prisión preventiva, por arresto domiciliario, pero el juez Vargas, nunca respondió a la petición.
“Cuando lo encuentran culpable por el delito de obstrucción de funciones y lo condenan a tres años, nosotros solicitamos su valoración médica física y psicológica. También se solicitó una suspensión de la ejecución de la pena por tratarse de un delito menor y una pena inferior a los cinco años y pese a cumplir los requisitos y que corre el riesgo de perder la vida, el juez tampoco se pronunció”, reclama Acevedo Acevedo.