Nicaragua sumida en la tragedia: muerte y destrucción en todo el país
Dos deslaves en el Norte han provocado una decena de muertos en Nicaragua. Ríos desbordados, casas anegadas y tendido eléctrico caído suele ser la foto común de un país que sucumbió tras el paso del huracán Iota.


- noviembre 18, 2020
- 12:32 AM
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La luz del amanecer del martes expuso la destrucción que causó el huracán Iota en Bilwi, Caribe Norte, donde tocó tierra en categoría 4. Sin embargo, las lluvias y vientos destructivos del fenómeno hora a hora iban dejando muerte y destrucción por todo el país. Hasta la medianoche de ayer se contaban al menos 20 muertos en Carazo, Matagalpa y Jinotega; 63,000 evacuados; 35 municipios incomunicados por inundaciones, miles de casas destruidas y 14 importantes ríos desbordados.
El reporte de muertes en el país aún no es preciso. La primera dama y vocera de la dictadura, Rosario Murillo, informó la noche de ayer que las autoridades registran seis fallecidos: Una mujer en Quilalí (Jinotega); dos en Santa Teresa, Carazo; y tres en Jinotega, dos eran padre e hijo y murieron soterrados a causa de un delave en la comunidad El Jilguero, en Wiwillí.
En la lista oficial de fallecidos hay menores de edad, uno de 11 y otro de 8. Eran hermanos y fallecieron cuando intentaban cruzar el río La Solera, en la comunidad La Piñuela, en Santa Teresa. Sin embargo, el número es mayor.
En Carazo, seis miembros de una familia se ahogaron tras desbordarse el río Cascalojoche, en La Conquista, informaron medios locales. Mientras tanto, en la noche, un deslave en el Macizo de Peñas Blancas (El Tuma, Matagalpa), sepultó a un número todavía no preciso de pobladores de la comunidad El Carmen. Medios locales reportan entre 9 y13 fallecidos, las autoridades todavía no informan sobre la tragedia.
SIN AGUA E INCOMUNICADOS
Iota abandonó Nicaragua Deslave en Wiwilí, Jinotega Inundación en Ochomogo, Rivas
El martes por la tarde, la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) informó que 53,130 familias tenían problemas con el abastecimiento de agua, pero advirtió que el número podría aumentar en las próximas horas si las lluvias continuaban intensas en el territorio nacional. El régimen de Daniel Ortega mantiene la alerta amarilla a nivel nacional, mientras que en el Caribe Norte está en alerta roja.
El Caribe Norte, por donde entró Iota en categoría 4, se encuentra sin comunicación y sin energía eléctrica desde horas previas al impacto del ciclón. Su población, altamente empobrecida, sufre desabastecimiento de agua potable, medicinas, comida entre otros. El hospital provisional habilitado en el Instituto Nacional Tecnológico (Inatec), Bilwi, quedó parcialmente destruido por los fuertes vientos, por lo que los pobladores urgen al Gobierno Central respuestas inmediatas.
El Triángulo Minero, compuesto por Rosita, Siuna y Bonanza, reportan en las últimas 24 horas un acumulado de 673 milímetros de agua, es decir, en comparación con la norma histórica para esa zona ha caído en 24 horas el equivalente al 89 por ciento de lo que llueve en todo noviembre, según un informe preliminar que dio a conocer ayer el Centro Humboldt.
Otra de las zonas con altas precipitaciones es el departamento de Rivas, con 190.5 milímetros, cuando usualmente según la norma histórica para noviembre cae 95.5 milímetros “lo que significa que en 24 horas ha caído el doble de lluvia por encima de la norma histórica”, señala el organismo, cuyos datos fueron recopilados por la Red de Observación Climática Comunitaria (ROCC).
PELIGRO NO HA PASADO

A pesar que Iota abandonó el país en la noche del martes, rumbo a Honduras, ya como tormenta tropical, el peligro no ha pasado debido a que las lluvias continuarán durante las próximas 24 horas, por eso los expertos del Centro Humboldt recomiendan a los pobladores no cruzar ríos, quebradas o cauces; en caso de fuertes vientos buscar estructuras resistentes y seguras; y salvaguardar la vida a través del autocuidado permanente.
Agustín Moreira, agro meteorólogo del Centro Humboldt, comparte que Iota, como todos de categoría cuatro o cinco son catastróficos y desastrosos. A eso se le suma que 13 días antes el Caribe de Nicaragua sufrió los embates del huracán Eta, por lo que había condiciones para el desborde de ríos, deslaves e inundaciones.
“Fue más destructivo (Iota) porque Eta ingresó, dañó bastante el Caribe, y el Noreste de Nicaragua y se fue hacia Honduras que fue donde tuvo el mayor impacto, pero con este huracán (Iota) se desintegró, sobre el territorio nacional y esto fue lo que originó estos desastres”, expone Moreira.
A la crisis sociopolítica y la pandemia de coronavirus se le suman estos dos potentes huracanes que han azotado con fuerzas al país y que agravarán la economía. El Gobierno debe emprender un plan de reconstrucción en momentos que las finanzas públicas están apretadas producto de la recesión económica que este año cumple tres años consecutivos. Iota ha avivado los miedos que provocó el potente huracán Mitch, en 1998.
A Nicaragua le será difícil levantarse, considera el sociólogo Cirilo Otero, quien agrega que el país vive en una situación de “vulnerabilidad sistémica” como consecuencia de una “combinación perversa entre la deficiencia ciudadana y la frescura o la perversidad de la administración pública”.
El especialista agrega que Nicaragua, a pesar de los daños que ha producido el cambio climático en todos los ámbitos de la economía, no ha aprendido de los errores, por otro lado cuestiona la respuesta oficial: "No es una solución salir corriendo con 40 camiones cargados de comida después de un desastre ya que tanto los alimentos como el avituallamiento deben de estar ubicados en los sectores más vulnerables”.
Otero plantea que la Costa Caribe ha sido víctimas de huracanes de modo que hay experiencia, pero lo que no existe es buena voluntad o disposición inteligente para la prevención ante la llegada de estos desastres naturales. “Las administraciones que ha tenido Nicaragua se han dedicado a ver al Estado como un botín y no a invertir en temas como seguridad ciudadana, salud, educación, entre otros aspectos”, critica.