2020: El tercer año de una economía en recesión
El turismo fue el sector económico que mostró más caída en 2020. Este es el balance de la economía del año que termina.


- diciembre 27, 2020
- 09:30 PM
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El régimen de Daniel Ortega ha anunciado con optimismo que la economía nicaragüense dejará los número rojos en 2021, tras tres años consecutivos de recesión por la crisis sociopolítica que vive el país desde abril de 2018 y los efectos globales de la pandemia de coronavirus de este año. Sin embargo, no hay certeza de que finalmente se logre un crecimiento cuando el país vive momentos de represión y polarización, y más cuando Ortega está distanciado con los empresa privada.
El Banco Central de Nicaragua (BCN) volcó sus proyecciones de caída del producto Interno Bruto (PIB) en el país, de -4.5% inicialmente, a entre 1.5% y 2.5% para el último trimestre de 2020. Esas cifras son aplaudidas desde el régimen, pero economistas y líderes de gremios empresariales del país las calificaron como “insuficientes” para reactivar la economía del país.
El empresario Mario Arana, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amcham), destacó que originalmente se pronosticaban una seria contracción económica, por el manejo de la pandemia en Nicaragua, donde se mantuvo la movilidad de la población, muy por encima del promedio de la región centroamericana lo que “hizo que la actividad económica no se contrajera tan fuerte como se pensó que podía ocurrir”.
No obstante, Arana considera que a la contracción económica de 2020 se añaden dos años de contracciones fuertes vividas en 2019 y 2018, lo que a su criterio representa que la de Nicaragua sigue siendo una economía con mucha presión, altos déficits en el sector del Estado en general, con limitados recursos externos frescos “y con presiones de vulnerabilidades como resultado de la acumulación de contracción económica”.
“Es decir, hay retos importantes hacia adelante como volver a crecer, pero vigorosamente, y eso (el Estado) no lo va a lograr a menos que encuentren un acuerdo político que permitan que Nicaragua recupere los elementos de legitimidad que requiere para normalizar flujos de recursos externos e inversión extranjera directa que se ha contraído severamente”, señaló Arana.
En otras estimaciones, la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) proyectó para el cierre de este año una contracción económica de -2.5%, mientras que el Fondo Monetario Internacional está proyectando todavía un -5%, es decir, una caída de la economía mayor a la que indica el BCN.
Si bien es cierto que durante la pandemia, Nicaragua tuvo un mayor dinamismo en la actividad económica en comparación con otros países de la región centroamericana, porque el régimen no decretó cuarentena, tampoco cerró fronteras y aeropuertos, a criterio del economista y exdirector de la Dirección General de Ingresos (DGI), Róger Artega, el cambio de proyecciones del BCN no significan un alivio a la economía del país, que a menos de dos semanas de cerrar el año, calificó la situación económica como “deprimida”.
“Aunque hay optimismo por parte del Banco Central de que vamos a decrecer menos, eso es como que te metas en un lago y que bajes 100 metros, y que después digás ya no estoy a 100 si no a 50 metros. Entonces siempre estás debajo del agua y te podes ahogar. ¿Cuál es el triunfo de eso? Que vamos a seguir en negativo, pero en menor proporción, y eso no es algo para celebrar. Si me dijeran que vamos a crecer el 1%, o el 2% por ciento, eso sí es motivo de alegría”, argumentó Arteaga.
A criterio de Arteaga, la recesión económica de los últimos tres años fue provocada por tres pandemias: la sociopolítica, el Covid-19 y los huracanes. “Todo eso lo que ha hecho es que la economía se deteriore y la pobreza aumente, es decir, este año no ha sido el mejor año para Nicaragua”, remarcó.
Agregó que el mejoramiento de este índice para 2021 va a depender mucho de las reformas que haga el Gobierno, de lo contrario, “vamos a seguir viendo sanciones individuales y el riesgo de tener sanciones pero ya con relación al Acuerdo de Asociación con Europa (AdA) y con el Dr-Cafta, con Estados Unidos, que eso nos va a perjudicar a todos, no solo a las personas que han sido sancionadas”.
Turismo, el más golpeado en 2020
Para el líder de Amcham, los sectores económicos que más han sufrido este año los golpes de la recesión, son los mismos que han sido golpeados por la crisis sociopolítica que estalló desde 2018 como el turismo, siendo el mayor afectado, seguido del comercio, la construcción y las finanzas.
En ese sentido, Carmen Hilleprandt, directora de Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua (CCSN), coincidió con Arana con que el sector más afectado este año ha sido el turismo, y agregó que los servicios también han sufrido un serio deterioro a causa de la pandemia por el cierre de los establecimientos.
“Hemos visto que el turismo es uno de los sectores más afectados a nivel de todos los sectores, también lo que son las maquinarias pesadas, también lo que es la parte de la construcción. Urbanismo venía creciendo de una forma importante, pero ahorita por ejemplo no se están desarrollando viviendas en general, solamente las viviendas sociales pero no en la manera que venía creciendo”, expuso Hilleprandt.
De hecho, la Cámara Nacional de Turismo de Nicaragua (Canatur), proyectó para el cierre de 2020 ingresos por 176.2 millones de dólares, lo que representa una caída estrepitosa del 65.8 por ciento respecto a 2019, cuando se generaron 515 millones de dólares. La diferencia es de 339 menos que el año pasado.
No obstante, las proyecciones de Canatur son inferiores a las estimadas por el Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur), que proyectó cerrar 2020 con una generación de ingresos por 216 millones de dólares.
Según el Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) presentado por el BCN, los servicios de hoteles y restaurantes tuvieron hasta octubre una drástica caída del 31.8%, a diferencia del sector comercio, que entre enero y octubre acumula un crecimiento de 5.6 por ciento.
Otras actividades que han sufrido una caída hasta octubre son la intermediación financiera y servicios conexos (17%), energía y agua (15.6 %) y transporte y comunicaciones (8.8%).
Por su parte, el presidente de la Cámara de Industrias de Nicaragua (Cadin), Marcos Pierson, señaló que la industria de los pescados y mariscos están teniendo problemas en los mercados internacionales por la limitación de los vuelos de carga.
“Entonces tenemos no solamente el problema de la contracción por la pandemia, pero las políticas de Gobierno que no están siendo cooperativas con resolver problemas, también están haciendo más difícil a la industria poder recuperarse”, indicó Pierson, lo que coincide con las estimaciones de Funides, que refleja que las exportaciones de productos pesqueros, hasta octubre de este año, registraron una contracción de 14.8%.
Cierre de pymes
Pierson considera que en lo que son industrias grandes, las zonas francas han sufrido muchísimo este año los impactos de la recesión, pero destacó que en particular, las pequeñas y medianas empresas (Pymes), son las que han sido más afectadas.
“La actividad económica se ha contraído y estas empresas (pymes), teniendo un entorno de operación más limitado que las empresas más grandes, tienden a sufrir más. Tenemos calculado que un 30% de las pymes han tenido que cerrar este año sus operaciones, permanentemente o temporalmente”, resaltó Pierson.
El director de Cadin explicó que el cierre de pymes en el país se traduce en una pérdida muy grande de empleo “porque las empresas pequeñas, o sea las pymes, son las que más emplean personas en el país”.
“Entonces por ahí tenemos a las compañías de servicio como hoteles, restaurantes, comercios, que también han sufrido muchísimo en sus actividades y han tenido que despedir a muchos empleados o por lo menos suspenderlos por un momento”, señaló.
Más de 200 mil desempleados
Según el informe de Coyuntura de Funides, el desempleo abierto en Nicaragua en 2020 representó el 20% de la población, es decir, más de 202 mil nicaragüenses continuaron desempleados. Y para el final de 2021, el mismo informe señala que el número de desempleados en Nicaragua se reducirá en 172 mil.
A criterio de Hilleprandt, la mayor tasa de desempleo ocurrió con el estallido social de 2018 y se prolongó hasta 2019 de forma severa. Aunque mencionó que en 2020 se logró el empleo de 15 mil personas, considera que el desempleo y la informalidad sigue siendo un serio problema en el país.
“Ahorita hay más de 200 mil desempleados en el país, hubo una mejoría de 15 mil empleos en algunos sectores, sin embargo hay una gran brecha que no se ha cerrado, entonces el desempleo y la informalidad siguen siendo altas, producto de que todavía no hay condiciones de emplear a más personal de que aquí haya una reactivación económica, porque no se están dando medidas para que el país se reactive, pero las empresas lo que están haciendo es sosteniéndose”, planteó la directora de CCSN.
El 62.1 por ciento de la población nicaragüense que están en edades para trabajar, se encuentran en condiciones de subempleo o trabajando de forma informal, según reveló la última encuesta del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide), publicada el 16 de diciembre.
Estas cifras son reforzadas por las estadísticas del BCN que reflejan que el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, entre marzo de 2018 y agosto de este año perdió un total de 201,002 afiliados por la crisis económica y la pandemia del Covid-19.
Según estimaciones del economista Róger Arteaga, en Nicaragua hay una pobreza extrema que está entre un 15 y un 20% y la pobreza general como en 45%, mientras que el desempleo ronda el 45% en este año, lo que se refleja en las cifras financieras de este año.
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“La crisis financiera en los bancos, que se les está aumentando la mora, que normalmente es un 2% y ya está llegando a un 20%, porque la gente no tiene con qué pagar sus tarjetas, no tiene con qué pagar sus obligaciones, sus préstamos de vivienda, de vehículos. Mirás la cantidad de oferta en las redes sociales, la gente vendiendo lo que tiene, hasta un saco usado te venden, porque están buscando cómo tener algo de ingresos”, destacó Arteaga.
Estragos de la reforma tributaria
Tanto Pierson como Hilleprandt, además de la pandemia y la crisis que se vive en el país, dice que uno de los factores que más afectó el crecimiento económico este año fue las tasas impositivas derivadas de la reforma a la Ley de Concertación Tributaria, aprobada en 2019 por el orteguismo, y que este año agravó la situación de las empresas.
“Al cierre de este año, estaríamos viendo una economía deprimida que necesita acciones importantes para estimularse. Estas acciones deberían de venir por parte del Gobierno, en forma de una corrección de la Reforma Tributaria del año pasado, que le permita a los negocios poder generar más empleo”, sugirió Pierson.
Según Pierson, el Gobierno debe hacer serias correcciones en la retención del 3% para que no se queden ilíquidos los negocios, así como también a los productos de la canasta básica que se alzaron con esta reforma y que le encarecieron la vida al consumidor nicaragüense.
“Quitar esos impuestos sobre productos claves de la canasta básica es importante para darle un respiro al consumidor. Y la otra parte es quitarle los impuestos que se impusieron a los insumos agrícolas, porque el principal motor de crecimiento en Nicaragua es la actividad agrícola, y esto llegó a encarecer de una manera importante la producción agrícola y necesitamos estimularla”, refirió Pierson.
Por su parte Hilleprant, consideró que pese a la leve mejoría en algunos sectores en julio de 2020, este ha sido un año muy crítico ya que “todavía hay sectores que están pagando altas tasas impositivas que no quedó claro en la Reforma Fiscal”.
“En general te puedo decir que en julio se vio un poco de mejoría después del Covid, sin embargo no es lo suficiente como para ser tan optimistas de en cuanto está cerrando el año”, agregó.