Vink, el grafitero de Estelí que vive del arte

Él se autodefine como un “artista realista”, aunque sus críticos lo llaman “ilustrador”. Más allá de las definiciones, el artista de 24 años asegura que vivir del arte no es una utopía, sino una realidad alcanzable a través de la constancia y la dedicación.

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  • enero 10, 2021
  • 06:01 PM

Vink: El grafitero de Estelí que vive del arte

Él se autodefine como un “artista realista”, aunque sus críticos lo llaman “ilustrador”. Más allá de las definiciones, el artista de 24 años asegura que vivir del arte no es una utopía, sino una realidad alcanzable a través de la constancia y la dedicación.

Por Cristhiam Tórrez - 11-01-2021

Es el creador de un mono simpático de Estelí; instauró el terror a través del payaso más sádico de la historia, Pennywise; también retrató al loco más popular de la ciudad, Julio Cumbo; mostró su lado humano al alzar la voz contra el maltrato animal e infantil. Es Vink, sin apellido, irreverente y realista. Es el hombre que  ha llenado de murales coloridos esta ciudad del Norte de Nicaragua. 

Empezó a pintar murales desde hace tres años. Estudió artes plásticas y no terminó la secundaria. Sus padres esperaban que continuara con el negocio de comercialización de granos básicos, pero no sucedió, él quería vivir del arte y lo consiguió.

“La gente piensa que estoy muerto de hambre y me preguntan si se puede vivir del arte, yo les respondo: el arte es constancia, si eres persistente vas a lograrlo. Yo vivo de eso y no considero que estoy sobreviviendo, me va bien, sino fuese rentable haría otra cosa”, afirma el joven de 24 años, de cabello rasta y barba desordenada.

De los años 80 hasta hoy, Estelí ha sido testigo de la evolución de sus murales y artistas. Fue una ciudad que en sus inicios tomó las calles como expresión artística para organizar a los niños, para pintar sobre derechos humanos, evolucionó hasta convertir sus paredes en autenticas galerías al aire libre, rasgo indiscutible de identidad en la ciudad.

"Cuando empecé con el arte callejero, me atacaron y dijeron que mis murales no tenia composición, en ese momento no estaba pensando en eso, la gente estaba acostumbrada a ver murales sobre los mismos temas: medio ambiente, niños sembrado, los típico de siempre, yo quería ofrecer algo nuevo y me arriesgué”.

En ese momento sus críticos catalogaron sus murales como ilustraciones, pero Vink estaba dispuesto a marcar su estilo.“ A la gente le gustó mi trabajo y eso fue mi principal motivación”, agrega.

“ La gente piensa que estoy muerto de hambre y me preguntan si se puede vivir del arte, yo les respondo: el arte es constancia, si eres persistente vas a lograrlo.

“La realidad” fuente de inspiración

Sus proyectos rinden homenaje a personajes importantes de la ciudad, hablan de política sin necesidad de palabras, abordan temas de interés para él, como la violencia de género.

Reconocer las propuestas de Vink se ha vuelto una tarea casi fácil de descifrar, la mayoría son personajes populares cargados de color y de expresión fuerte, como su más reciente inspiración, Julio cumbo.

“Quería hacer un mural con el cual la gente se sintiera identificada, y se me vino a la cabeza ¿por qué no retratar a alguien que todos conocemos? Después de tanto pensar, me dije, tiene que ser Julio”.

Pero había elegido a un protagonista bastante peculiar. “No fue fácil, no se quería dejar tomar la foto”, cuenta mientras sonríe. “Para mí era importante hacer las fotografías, quería captar sus expresiones, para luego plasmarlas en el mural, hasta que después de tanto intentarlo lo conseguimos”.

Así pasaron nueve meses, hasta que decidió buscar una pared. Había otro requisito, la obra debía reivindicar el arte en los barrios.

“Era el personaje del pueblo para el pueblo”, así que debía encontrarle un hogar que cumpliera con ese requisito, pedaleo en su bicicleta, hasta encontrar la pared adecuada, convenció al dueño con el boceto y manos a la obra. Hoy Julio no solo deambula por la ciudad, sino que también ha sido elevado a personaje del año a través del arte.

El mural causó furor. Todos en la ciudad conocían al protagonista del mural, sin embargo para Vink representaba más, formaba parte de su crecimiento como “artista realista” y su búsqueda personal de retratar la realidad.

“Este es un camino de crecimiento, quiero probar nuevos estilos, no quedarme nada más en el realismo, cada día me reto a mi mismo a mejorar la técnica, originalidad y creatividad”.

Aunque no está claro sobre su próximo proyecto, asegura que puede “aparecer uno”, en un día cualquiera, sin una intención precisa, más que la de pintar y expresarse, eso sí con piezas que provoquen “reacción”. “Esa es parte de mi búsqueda crear obras que no dejen indiferente quienes las observa”, concluye.

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