Banco Mundial proyecta un crecimiento económico menor que el régimen

El organismo apunta a un crecimiento de 0.9% para 2021 y guarda distancia del optimismo de la dictadura que confía en que el PIB logre entre 2.5% y 3.5%. Nicaragua será una de las economías de América Latina que que menos crecerá.

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  • marzo 30, 2021
  • 03:35 AM

El Banco Mundial ha guardado distancia de las proyecciones económicas de la dictadura de Daniel Ortega al proyectar un raquítico crecimiento de 0.9% en 2021. Esa estimación es inferior al rango de entre 2.5% y 3.5% anunciado la semana pasada por el presidente del Banco Central de Nicaragua, Ovidio Reyes.

La reciente actualización del Banco Mundial señala que la crisis sociopolítica junto con el brote de Covid-19 resultó en una recesión económica de tres años en Nicaragua y un aumento proporcional en los niveles de pobreza. 

“La erosión de la confianza empresarial y la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia han paralizado consumo e inversión. El sector externo se ha visto gravemente afectado por la paralización del turismo y las restricciones financieras. El aumento continuo de la incertidumbre política y la consolidación fiscal prevista volverán a tensar el crecimiento a medio plazo”, señala el organismo. 

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Las estimaciones del organismo internacional, que ha oxigenado al régimen con préstamos para atender la pandemia y desastres naturales, tampoco son muy optimistas para los próximos dos años, pues para 2022 augura un 1.2%, mientras que para 2023 un 1.4%. Nicaragua es de los países de la región centroamericana que tendrá menor crecimiento, incluso Honduras y El Salvador, afectados también por los huracanes Eta e Iota, experimentarán una expansión de su PIB de 4.5% y 4.1%, respectivamente. Panamá será el país de la región con mayor crecimiento, según el Banco Mundial, al proyectar 9.9% en 2021. 

La semana pasada, entre el optimismo gubernamental, Reyes admitió que el aumento en el precio de los combustibles podría incidir en la recuperación económica. “El alza de los precios del combustible podría ocasionar un efecto ingreso negativo importante, constituyéndose en un riesgo que podría ralentizar la recuperación económica”.

Desde hace cinco meses se reporta un alza de los derivados del petróleo. En ese sentido proyecta una tasa de inflación en un rango de entre 3.5%  a 4.5%, lo que reflejarían un incremento respecto a 2020, debido principalmente al crecimiento en los precios internacionales de los combustibles y el aumento de precios de las principales economías, “los que se están ajustando por la mayor demanda y por el aumento de costos originado por la reasignación de la producción y el comercio que sucedió después de la pandemia”.

Las estimaciones de Reyes la dio durante la presentación del informe Estado de la Economía y Perspectivas a Marzo 2021 en el que esbozó que esperan resultados positivos en las principales variables macroeconómicas, considerando la trayectoria de recuperación que ha observado la institución al cierre de 2020 y una reactivación de la economía mundial. 

“Persiste  la incertidumbre y riesgos de que un rebrote del Covid-19, y sus variantes, vuelva a motivar la adopción de nuevos confinamientos que frenen la recuperación, o al menos la limiten. Así, se proyecta que la economía nicaragüense, después de tres años de tasas negativas de crecimiento, retorne a la senda de crecimiento positivo con una tasa de crecimiento de entre 2.5 y 3.5 por ciento”, dijo el presidente de la institución financiera nacional.

El optimismo de Reyes contrasta con la incertidumbre expresada por economistas independientes que alertan que el crecimiento está condicionado por el clima sociopolítico de este año electoral. La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) dijo a inicios de diciembre que la economía mostraba señales de recuperación, y avizoraba un positivo 1%. 

El incremento leve del PIB parte de la suposición de que no habría un deterioro adicional en el ambiente sociopolítico, la ausencia de rebrote de significativos de coronavirus y que no se implementarán políticas públicas adicionales con impacto macroeconómico, como una reforma a la Seguridad Social o Tributaria. 

Reyes expresó que ese desempeño positivo se vería reflejado en una recuperación en el mercado laboral. “Así mismo, el proceso de reactivación económica se vería impulsado por el importante incremento en el Programa de Inversión Pública, producto de la reconstrucción de infraestructura dañada por los huracanes Eta e Iota, lo que no obstante incidirá en el aumento del déficit del sector público no financiero”, mencionó. 

Por otra parte, el presidente del Banco Central informó que el PIB de 2020 registró una contracción de 2% ciento (-3.7% en 2019), con un comportamiento heterogéneo y desigual entre sectores. Así, durante el primer trimestre de 2020, se mantuvo la trayectoria de estabilización y recuperación que se venía observando desde mediados de 2019, mostrando un crecimiento positivo. 

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Sin embargo, precisó que a partir del segundo trimestre, el impacto del Covid-19 revirtió la tendencia, principalmente en las actividades relacionadas con el sector de servicios y turismo.

“Adicionalmente, Nicaragua se vio afectada negativamente por los efectos de los huracanes Eta e Iota”, expuso Reyes. Ante el paso de los fenómenos naturales, el Gobierno implementó una serie de acciones coordinadas a fin de preservar la estabilidad macroeconómica y financiera del país y atender las necesidades inmediatas de la crisis sanitaria y de los eventos climáticos.

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