Tamara Flores, de arreglar ropa a diseñar camas para mascotas
La emprendedora ha innovado en la venta de piezas de descanso para animales. Una vez, recuerda, un cliente pidió que le diseñara una cama para una cabra.


- mayo 30, 2021
- 10:28 PM
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Tamara Flores se dedica a confeccionar y arreglar ropa desde que tenía 15 años, pero desde hace seis meses, repentinamente, su clientela cambió. Ahora, elabora camas para mascotas.
“Unos amigos me pidieron que hiciera una camita para su perro. Hice la camita, y le tomé foto. Luego pensé en publicarla y ofrecer por las redes sociales. ¡La publicación fue un boom!”, recuerda entusiasmada.
Su éxito fue tanto, que creó una tienda virtual y así dedicarle tiempo a las personas que la contactaban. “Yo misma hice mis patrones y medidas. Además, vi algunos tutoriales y después modifiqué esas ideas”, recuerda.
En definitiva, sus conocimientos de costura, y el hecho de que ya tenía sus máquinas de coser, le sirvieron para desarrollar su nuevo proyecto.
A pesar de la crisis económica generada por la pandemia y el contexto sociopolítico, no se le hace difícil encontrar materia prima como las telas especiales, zíperes y esponjas, porque las tiendas locales siempre abren al público y se abastecen del material.
Tamara va casi a diario al mercado Oriental a buscar sus telas, porque sus clientes le piden colores específicos para forrar los pequeños muebles. Hay personas que eligen colores por el sexo de los animales y otros que toman en cuenta la impermeabilidad, o lo delicado del material como las felpas. Para cumplir con la entrega de los pedidos, muchas veces su esposo y sus dos hijos colaboran en la confección de las piezas.




Elaborar una cama mediana para mascota le toma al menos una hora, comenta.
Los precios varían también según el modelo, sea de camita cuadrada, en forma de donas para gatos o en forma de iglús o casitas. Una cama mediana cuesta 700 córdobas más el envío, mientra que la cama pequeña cuesta 400 córdobas.
“Hay quienes me compran hasta cuatro camas a la vez. También, para perritas que van a dar a luz y ponerlas cómodas con los cachorros”, dice.
Los muebles están hechos con fundas reversibles y con zippers, para que los clientes puedan sacar los cojines y lavar las fundas o reemplazarlas. “El precio varía según el tamaño. El cliente me dice la raza de su perrito y me manda la foto, yo les sugiero el tamaño”, agrega.
Aunque es un negocio incipiente, la demanda la ha obligado a subcontratar a otro emprendedor que se dedica a hacer las entregas en su motocicleta. El cliente paga su entrega.
Un dato curioso, señala, es que, en una ocasión, un cliente le pidió que le hiciera una cama para una cabra.
Según Petfood Latinoamérica, el negocio de ventas de accesorios para mascotas, tuvo un crecimiento de 6% en los últimos años. Hoy día, las personas se empeñan en darle bienestar a sus mascotas y comparten su espacio y presupuesto con ellas. Ya los perritos y gatos no comen solamente sobras de comida o duermen en el suelo frío.
Doña Tamara está muy contenta con esta nueva forma de generar ingresos. Sin embargo, trabaja largas horas. En ocasiones, dedica hasta doce horas al día, para cumplir con los pedidos.
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En una ocasión llegó a recibir hasta 2,000 chats en cinco días, con pedidos de cotizaciones. Atribuye su éxito a las fotos que publica de sus clientes satisfechos, a través de las redes sociales.
Tamara aconseja a las personas que tienen una idea y quieren iniciar su negocio, que lo hagan de una vez. “Que trabajen, que luchen porque todo se puede, no te podés detener por nada. Hay que seguir comiendo, pagando las cuentas”, alienta.
A Tamara le conmueven mucho las noticias que se ven regularmente, sobre maltrato animal porque le parece terrible que las personas actúen de esa forma. Pero su amor por los animales no es ajeno, tiene una perrita a la que quiere mucho. Para muchas personas, cuenta, las mascotas forman parte de sus familias.
Y a ella, le encanta ver que las mascotas estén cómodas y limpias.
Este artículo forma parte de la serie de microhistorias sobre emprendedores nicaragüenses.