El calvario de los presos políticos de Masaya y sus familiares: “Su salud se quebranta cada día”

Funcionarios de La Modelo amenazan a los presos políticos con mandarlos a celdas de máxima seguridad si siguen protestando. Sus familiares sufren al ver cómo se deteriora la salud por lo que exigen su liberación.

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  • julio 05, 2021
  • 01:16 AM

“Si no agarrás la comida, te vamos a mandar a la 300 (la celda de máxima)”, esa es la última advertencia que recibió recientemente el preso político de Masaya, Steven Mendoza, cuenta su esposa Elizabeth González. 

Algunos reos políticos que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo mantiene secuestrados en el Sistema Penitenciario Nacional La Modelo se han negado a tomar la comida de este reclusorio como una medida de presión para su libertad.

A esta acción de protesta se ha sumado Steven, quien lleva 15 meses en prisión, luego de regresar del exilio en Costa Rica y ser detenido el seis de marzo de 2020, a las 11:40 en las cercanías de la rotonda La Virgen de Rivas, mientras se dirigía hacia Masaya.

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Según denuncia de familiares, los problemas de salud de la mayoría de los presos políticos son muy evidentes cada vez que los visitan. “Las recientes veces que lo he visto, lo he encontrado desmejorado, la piel la tiene reventada, su rostro luce con un color amarillo, dice que no lo sacan a asolearse al patio, y que están muy  picado de zancudos. Él ha estado con fuertes mareos, vómitos, diarrea y mucha fiebre, según lo que me ha contado. Ha tenido ataques de ansiedad y por eso le llevé vitaminas, pero de todo lo que le llevé, no le pasaron el complejo B, solo la vitamina C y el suero que conseguí”, explica González.

La joven, que tiene siete meses de embarazo, cuenta que la última vez que visitó a su pareja la obligaron a ponerse pantalón porque ella iba en licra para mayor comodidad de su vientre, sin embargo tuvo que buscar un pantalón en los alrededores del Sistema Penitenciario y forzar para ponérselo porque de lo contrario no la dejarían entrar a la visita conyugal. 

“Entonces ese día me comentó que los presos políticos no estaban yendo al chequeo médico, ni se dejaban tomar fotografías, en ese momento llegaron cinco guardias y le dijeron que iba a entrevista con el director, luego los dos fuimos a la oficina y comenzó la discusión”, recuerda. Fue ahí donde lo amenazaron con mandarlo a una celda de máxima seguridad si continuaba con su negativa.

Ruth Martínez Ortiz, hermana del reo político Norlan Cárdenas Ortíz, detenido desde el 30 de noviembre de 2019 en Masaya, asegura que las condiciones de su familiar no son las óptimas y cada vez se desmejora por lo que urge que tomen en cuenta a estos detenidos quienes no son muy reconocidos a nivel nacional e internacional, pero que están sufriendo las situaciones más nefastas en las mazmorras del régimen orteguista.

“Esas celdas son inhumanas, más que todos los presos políticos que están encerrados en los diferentes sistemas penitenciarios son inocentes, pues el único pecado fue alzar la voz por los que en ese momento estuvieron presos”, dijo Martínez.

“Nosotros muchas veces nos sentimos como abandonados porque no se ha hecho nada, ni campaña para la liberación de nuestros familiares. Los presos políticos al ver que la dictadura de Daniel Ortega no ha cedido en nada para democratizar Nicaragua y cumplir los acuerdos de la OEA, han decidido no firmar una carta que ha elaborado el Sistema Penitenciario, en la que se lee que se encuentran muy bien tanto física como psicológicamente, que reciben atención médica y se les garantizan todos el resto de beneficios”, explica la familiar.

La oposición ha demandado al régimen liberar a los más de 120  presos políticos antes de las elecciones y realizar reformas electorales planteadas por la Organización de Estados Americanos (OEA), sin embargo no ha cedido en nada.

De acuerdo con Martínez, los presos políticos se niegan a tomar el almuerzo porque los funcionarios pretenden tomarles fotos con el objetivo de demostrar que son bien atendidos. 

La condición de salud de su hermano, señala, es complicada porque desde que lo encerraron presenta problemas de la piel, dolores de cabeza por un hematoma que no se lo revisan, mucho menos lo ha visto algún especialista, ni le han practicado alguna tomografía para descartar algún problema en la cabeza. 

Lo único que hacen es llevarlo a un chequeo general con un médico que se hace acompañar de un fotógrafo, pero al final no reciben ningún tipo de medicamento, a pesar que Cárdenas padece del mal de escabiosis, que es una especie de sarna y que se empeora por las noches.

“Nosotros le llevábamos los medicamentos para combatir esa enfermedad, porque en el Sistema Penitenciario no hay medicina, y lo único que una vez le dieron fue una trimetropin sulfa porque él también padece de dolor en el abdomen y no le han vuelto a hacer ningún examen de control o de rutina, solo una trimetoprim vencida que más bien le ocasionó más daños en su sistema digestivo, aparte que mi hermano tuvo todos los síntomas del Covid 19, y tememos por un rebrote, porque lo están mezclando con nuevos reos comunes que llevan todos los miércoles”, se quejó Martínez.

Aseguró que los problemas también han alcanzado a la familia, pues hace tres meses su mamá sufrió una caída en una visita al penal, a causa de un aventón que le dio una custodia, por lo que la señora actualmente padece de una deficiencia motora en una de sus rodillas, lo que ha implicado más gastos económicos para esta famili, cuya situación se torna compleja porque no cuentan con los recursos suficientes para atender a la mamá y al reo político.

“Esa caída ha afectado mucho a mi mamá, y pues ella como toda madre anhela ver a su hijo en libertad, espera cada día de visita para ver a su hijo, aunque tenga dificultades para caminar. Nosotros tememos por la vida de los reos políticos porque incluso el señor conocido como ‘Malanga’ (el director del penal) se pasea de manera intimidatoria ante los reos políticos porque este es el funcionario de hacer las requisas en las celdas y éste es al que se le conoce como el torturador del Sistema Penitenciario”, señala, la familiar de Norlan Cárdenas.

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Según el analista político Sergio Rosales, es lamentable el estado en que se encuentran los presos políticos, especialmente los de Masaya, porque según denuncias de familiares estos son humillados, castigados físicamente y a la vez los quieren obligar a firmar documentos donde aseguran que están bien. 

“Sus familiares hacen sacrificios para garantizar algunos alimentos y productos básicos para su higiene, pero cada día es más difícil cumplir con ese deber por la carestía de vida y la falta de trabajo en este país. Incluso algunas veces se extravían estos paquetes . En otro aspecto las familias e hijos de reos resienten la ausencia de estos en sus hogares pues muchos eran el sostén de familia y los hijos sufren por pobreza y ruptura del vínculo familiar”, sostuvo Rosales. 

Los presos políticos le dicen a sus familiares que demanden a los organismo de derechos humanos su liberación, y aunque la comunidad internacional sigue exigiendo al régimen que saque a los presos políticos de las celda, Ortega sigue en su negativa, profundizando el calvario de ellos ahí dentro, y el de sus miembros. 

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