A medida que aumentan las hospitalizaciones, los médicos advierten que lo “peor está por venir”
La circulación de la variante delta estaría presionando a los hospitales públicos del país. En Managua, el Alemán Nicaragüense y el Fernando Vélez Paiz registran aumentos significativos, dicen médicos. La crisis de coronavirus se profundiza en el país sin que haya vacunas para controlarla.


- agosto 20, 2021
- 01:24 AM
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Las hospitalizaciones aumentan, pero los médicos advierten que lo “peor está por venir”
La circulación de la variante delta estaría presionando a los hospitales públicos del país. En Managua, el Alemán Nicaragüense y el Fernando Vélez Paiz registran aumentos significativos, dicen médicos. La crisis de coronavirus se profundiza en el país sin que haya vacunas para controlarla.
Por Despacho 505 | Agosto 20, 2021

Los más recientes pacientes que ha atendido el médico “Alberto” corresponden a una familia de tres. Llegaron hace más de ocho días a su clínica en Managua con síntomas leves por coronavirus, pero uno de ellos empeoró tanto que tuvo que ser internado en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Alemán Nicaragüense, donde han aumentando las hospitalizaciones, al igual que el Fernando Vélez Páiz.
Ahí, según el especialista que habla bajo anonimato, el Ministerio de Salud (Minsa) ha tenido que reforzar las llamadas “Sala Covid” con más camas y ventiladores. La presión es ya fuerte en las salas UCI en las que se cuenta más de un centenar de pacientes con complicaciones. Las muertes han aumentado, pero los certificados siguen asociándola a la neumonía. “Los médicos estamos alertas porque creemos que la variante delta está contagiando a los nicaragüenses, y son contagios múltiples”, comenta.
En sus últimos informes, el independiente Observatorio Ciudadano de Covid-19 ha advertido que entre los nuevos casos sospechosos de coronavirus se han presentado contagios y fallecimientos múltiples entre familiares y vecinos, pero el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo siguen sin informar a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) si estos nuevos contagios se tratan de la variante delta, caracterizada por ser más contagiosa.
Tres historias sobre la emergencia de coronavirus en Nicaragua:
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“El comportamiento de estos casos sospechosos suele caracterizarse por tener una evolución muy rápida, además de cada vez más estar afectando a personas menores de 50 años”, señaló en el reporte la organización independiente.
En el Hospital Fernando Vélez Paíz las autoridades han aumentado el número de camas para pacientes con coronavirus, pero los médicos dicen que los esfuerzos son insuficientes. “Necesitamos vacunas, más camas, pero lo más importante es que el Gobierno deje de ser irresponsable al permitir aglomeraciones”, reclama un galeno de ese centro médico de la capital.
El epidemiólogo Leonel Argüello cuenta que Nicaragua ha experimentado dos olas de contagios de la pandemia. La primera se caracterizó por los entierros exprés, pues se observó a la población aglomerada en las entradas de los hospitales esperando información de sus parientes, así como personal de salud enfermos o fallecidos. La segunda, que arrancó en noviembre, ocurrió cuando el Minsa empezó a asociar las muertes a la neumonía.
Y esta segunda ola tiene una tendencia ascendente y se puede comprobar con los datos oficiales que reporta el Minsa, pues en la última semana contabilizó 421 casos de contagios, 23 más que la semana anterior cuando la institución reportó 398 atenciones. “La situación es bastante dramática”, alertó el epidemiólogo.
Otro médico que pidió omitir su nombre por temor a represalias, manifestó que todavía Nicaragua no ha llegado al punto máximo en este nuevo repunte de la pandemia. A su juicio, el incremento de casos se da por varios factores como la falta de información adecuada de las autoridades del Minsa, la población ha bajado la guardia para evitar los contagios y la falta de un plan de vacunación intensivo, continúo y sin discriminación, lo cual provoca que el país esté lejos de la “inmunidad de grupo que hace que la población sea susceptible al contagio”.
“Por un lado están diciendo que se evitan las campañas electorales donde hay aglomeración de gente por el riesgo de contagio de coronavirus, pero, por otro lado, el mismo gobierno promueve las aglomeraciones”, cuestionó el médico.
El especialista dice que maneja información sobre un incremento de hospitalizaciones en los centros médicos de Somoto (Madriz), Ocotal (Nueva Segovia), y Estelí.
“¿Qué significa esto? Que hay más gente en condiciones graves y hay más gente que se está muriendo, la diferencia es que no tenemos la información exacta de cuántos están graves y cuántos se están muriendo. Entonces, los nicaragüenses hacen como el dicho, ojos que no ven, corazón que no siente y baja la guardia”, grafica el médico.
Las fuentes dicen que esta situación está provocando cansancio y estrés entre el personal de salud “que ya no se da abasto”, y a la vez provoca falta de vigilancia para otros padecimientos como diabetes, enfermedades renales, hipertensión y oncología.
“Eso está creando una crisis de salud grande en el país, el problema es que los trabajadores de la Salud siguen sin ser priorizados en los programas de vacunación”, lamenta el médico. El Minsa está priorizando en la vacunación contra la covid-19, al personal sanitario que es afín al régimen. “Es decir hay discriminación”, denuncia.

Mientras se vive esta segunda ola, el régimen de Daniel Ortega continúa promoviendo la aglomeración de personas, y ahora se prepara para celebrar las fiestas patrias, por lo que ha anunciado desfiles escolares en los municipios y visitas a la Hacienda San Jacinto, Tipitapa.
Ante eso, el experto Argüello expone que las aglomeraciones son la “mejor forma de promover el contagio comunitario”, lo que deja más personas afectadas con Covid-19 y eso aumenta las posibilidades de circulación de nuevas variantes.
El epidemiólogo manifestó que la variante Delta es más peligrosa, dañina y el doble de contagiosa y que desde el punto de vista clínico y epidemiológico ya está circulando en Nicaragua, aunque el Minsa no lo ha confirmado.
“Nosotros ya habíamos sospechado de ella por el comportamiento de la enfermedad, el año pasado eran una o dos personas por familia, ahora son tres, cuatro o hasta la familia entera con Covid. Antes, entre el séptimo y décimo día los enfermos se complicaban ahora se complican entre el tercero y el quinto”, advirtió el epidemiólogo,
Un aspecto de la nueva ola es que la enfermedad está afectando a niños y jóvenes, mientras que el año pasado era más población adulta la que estaba contagiada. Esos cambios son otros indicios de que la variante está “metida en Nicaragua”.
“En Nicaragua debería tomarse con mayor seriedad el problema de la Covid-19”, insta Argüello, quien aconseja que en las escuelas tanto públicas como privadas reactiven o refuercen los protocolos de bioseguridad, así como en las unidades de transporte colectivo. También cree necesario frenar la promoción de actividades donde se den aglomeraciones.
Los médicos coinciden que el proceso de inmunización va a paso lento en Nicaragua, aún así no es una medida que “nos va a ayudar a lo inmediato, inclusive, aunque estés vacunado tenés que seguir tomando las medidas de prevención”.
El Minsa mantiene desde finales del año pasado congelada la cifra de fallecidos, a una por semana. “Nicaragua es el único país del mundo que presenta esa cifra, por eso la Organización Panamericana de la Salud dice que no es confiable”, señala.
Esta nueva oleada de contagios ocurre cuando la Asamblea Nacional le canceló la personería jurídica a unas 15 organizaciones médicas que brindaron información y llamaron a la población a quedarse en casa, a pesar que el régimen de Ortega promovía las aglomeraciones y tampoco suspendió las clases presenciales en los colegios públicos.
A eso se suma la criminalización al gremio médico, ya que el Minsa lo citó para decirles que no podían hablar del Covid-19, de lo contrario se le aplicaría la Ley Especial de Ciberdelitos y, por tanto, perder la licencia médica.
“Lo peor que hay es la desinformación. El no informar a la gente lo que está pasando, (provoca) que la gente se arriesga innecesariamente frente a una enfermedad cuya muerte es evitable”, comentó Argüello.
Sin sonar alarmante, el médico del hospital Alemán Nicaragüense señala que ante la negación y la negligencia oficial solo puede decir que lo peor aún no ha llegado. “Ya conocemos el virus, pero estamos manos atadas para enfrentar a las nuevas variantes, en este caso la delta”, concluye.