Opositores responden a campaña de Ortega: "En Nicaragua se vive la paz de los cementerios"

Daniel Ortega se presenta a estos comicios con siete aspirantes detenidos, con tres partidos políticos eliminados de la contienda electoral y con denuncias de que no hay condiciones para un proceso justo, transparente y democrático.

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  • octubre 06, 2021
  • 02:10 AM

A un mes de que se lleven a cabo las elecciones generales, Daniel Ortega inició su campaña electoral afirmando que el proceso se desarrolla "en condiciones de paz" y que el próximo 7 de noviembre los nicaragüenses votarán por la continuidad de esa paz y del progreso.

"La paz que se vive en el actual proceso electoral es la paz de los cementerios, esa es la que hay", afirma un opositor que por encontrarse en Nicaragua habla en condición de anonimato para evitar terminar en la cárcel como los más de 30 críticos del régimen mandados a encarcelar en los últimos meses.

“No se oye nada porque a todo mundo echó preso y al que no echó preso lo exilió, y al que no lo mató desde el 2018, ese es Ortega. La paz de los cementerios es la que hemos visto, lejos está de ser una campaña en paz”, señaló el experto y agrega que Ortega ve “terroristas” en todos lados ya que vive en una “paranoia enorme”.

Contra Ortega existen un abundante archivo de denuncias de violaciones a los derechos humanos y un severo deterioro de la democracia en el país, lo que ha llevado a la comunidad internacional a concluir que no existen condiciones para que se realicen unos comicios libres, transparentes, justos y observados.

Haydée Castillo, especialista en Ciencias Sociales, expone que Ortega mostró su desesperación ante la “progresiva posición” de la comunidad internacional de que no reconocerá “su fraude y mucho menos sus resultados como legítimos”.

“Su discurso es vacío porque hay dos Nicaraguas palpables, la de la familia dictatorial y sus allegados que viven en abundancia usurpando los bienes del pueblo y la del ciudadano de a pie, empobrecido y vapuleado por un régimen que se impone a toda costa en el poder”, señala Castillo.

El régimen realiza este proceso electoral con un país sometido, con siete aspirantes presos, y más de 150 presos políticos, con dominio de los poderes del Estado, así como del Ejército y la Policía. Para Castillo el dictador llegará este siete de noviembre “sin pena ni gloria, sin ningún logro que mostrar, con un país en banca rota para los más pobres y de prosperidad solo para su familia y sus allegados".

“De una Nicaragua sometida a una guerra de alta intensidad por su régimen y donde la paz que existe es la de los sepulcros: hambre, persecución, muerte a causa de la promoción del virus del Covid, desempleo, migración, corrupción y desmantelamiento de la institucionalidad y de las leyes”, expone Haydée, quien era la directora del Instituto de Liderazgo de Las Segovias, cuya personería jurídica le fue cancelada por la Asamblea Nacional en el 2018 y sus instalaciones fueron confiscadas por el régimen de Ortega.

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ORTEGA RADICALIZA SU DISCURSO

Ortega este martes, lanzó acusaciones contra los obispos de la Iglesia Católica de Nicaragua a los que llamó “terroristas”, y acusó a los nicaragüenses que están fuera del país, de que buscan “cómo infiltrar gente para cometer actos de terrorismo, que desde afuera andan ahí de un lado para otro, pidiendo, exigiendo que le apliquen a Nicaragua lo que ellos llaman sanciones que no son más que actos criminales, delitos contra los pueblos, delitos de lesa humanidad, porque afectan a todo un pueblo”.

El experto señaló que Ortega está radicalizando su discurso a medida que se acerca las votaciones y que son palabras más para su militancia que para la comunidad internacional.

“La posición es invariable que ya dio por instaurada la dictadura y no tiene ya tapujos ni nada que le impida mantenerla adelante”, explicó el experto.

Calificó como “ingratitud enorme” que llame “terroristas” a los obispos que sirvieron como mediadores en el diálogo, con el cual se buscaba una salida a la crisis sociopolítica que vive el país desde abril del 2018, ya que le “salvaron el pellejo. Si los obispos no le han aceptado el diálogo, Ortega hubiera salido del poder en esos días”.

“Él (Ortega) viene amenazando a los obispos desde hace rato, vamos a ver qué se atreve a hacer”, señala el experto.

Castillo expone que Ortega en su discurso de este martes dejó claro que las sanciones le están haciendo daño. Añade la directora Instituto de Liderazgo de Las Segovias, que las acusaciones de Ortega buscan desprestigiar a los líderes religiosos y trasladar la “criminalidad y su actuar de terrorismo de Estado a estos actores".

"No es remoto que siga buscando como justificar una arremetida mayor tanto para la iglesia crítica como para lo que queda de liderazgos de la sociedad civil”, expone Castillo.

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