Mujeres migran para huir de la pobreza y la violencia machista, pero están muriendo en el trayecto
En un mes cinco nicaragüenses han encontrado la muerte en la dura travesía a Estados Unidos, el número es la mitad de los femicidios que han ocurrido en el país.


- marzo 23, 2022
- 09:47 PM
- Despacho 505
- Copyright Despacho 505
La muerte de cinco mujeres en un mes durante la difícil travesía irregular hacia los Estados Unidos lleva a los especialistas a concluir que “si más mujeres están muriendo, es porque más mujeres están emigrando”.
Visto en detalle, el drama aumenta: una de ellas estaba embarazada, tres murieron ahogadas cuando cruzaban el Río Bravo, dos perecieron el mismo día y una era tan solo una niña de cuatro años. Eso solo en marzo, irónicamente en el mes de la mujer.
“Lo que está pasando debe alarmar, es terrible”, dice Marycé Mejía una socióloga de la Red de Mujeres Contra la Violencia que considera que ellas, las mujeres, están llevándose la peor parte en este calvario de las migraciones. “Están muriendo, pierden el bien más valioso; la vida”, advierte.
Explica Mejía, que la crisis social, económica y hasta política, que vive el país y que está empujando estas marejadas de nicaragüenses hacia otros países en busca de oportunidades, afecta por igual a hombres y mujeres, pero son ellas por “su condición de género las que están en una situación más vulnerable”.
“Ellas huyen de la pobreza, de la violencia machista, huyen porque la demanda de pensión alimenticia no prospera y tienen hijos que piden comida y otros gastos, están solas, están desprotegidas”, critica Mejía.
OBLIGADAS A IRSE
El analista Manuel Orozco, un investigador de Diálogo Interamericano, coincide con Mejía en las circunstancias que están obligando a las nicaragüenses a huir del país a costo de sus mismas vidas. “Hay desesperación”, dice. Pero agrega, además, que a su criterio, Nicaragua “es un país de madres solteras” y eso explica en parte lo que está pasando.
“El tema es más complicado de lo que parece, hablamos de un país de madres solteras, porque reina un machismo histórico, hay mucha violencia a su alrededor y en muchos hogares ellas asumen el papel de proveedor. Salir del país es una obligación, porque no se le está permitiendo lo que necesitan ellas y sus familias”, asegura Orozco.

En 15 meses, de enero del año pasado hasta hoy, al menos 112 mil 555 migrantes nicaragüenses han sido atrapados intentando cruzar ilegalmente a Estados Unidos, según datos del Servicio de Aduana y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés). El aumento es considerable en relación a reportes de años anteriores.
Dice Orozco que esta nueva oleada de migrantes, está marcada por dos novedades: “hay un fuerte segmento de nicaragüenses que no están viajando solos, van con sus núcleos familiares en donde más de la mitad de sus integrantes son mujeres, y en segundo lugar, son mujeres y niños los que están padeciendo y las consecuencias tiene efectos a veces irreversibles sobre estos grupos”.
Al respecto, Mejía señala que la muerte, siendo el peor de lo casos, sale a luz pública por el impacto que tiene en el entorno, “pero hay consecuencias de las que no se habla”, dice. “Hablamos de explotación sexual, laboral y secuestros. En viajes peligrosos como estos, hay mujeres y niñas que han sufrido abuso sexual, que han resultado en embarazos y enfermedades de transmisión sexual. Están pasando situaciones terribles”, alerta Mejía.
ALTA MIGRACION FEMENINA
Orozco cree que la migración femenina en estos momentos ronda el 60 por ciento del total de quienes han decidido dejar el país. “Pero ese alto porcentaje te indica que la carestía de la vida en Nicaragua es fuerte, la crisis actual saca a las mujeres amas de casa, a las profesionales que han perdido empleos para llevarlas por este camino peligroso que pasaba mucho en Centroamérica, en Nicaragua en menor medida, pero hoy ha superado a El Salvador en esto”, advierte.

Un amplio reportaje sobre migraciones y remesas publicado por DESPACHO 505 el año pasado señala que más del 40% de las remesas que provienen de Costa Rica, España y Estados Unidos, fueron enviadas por mujeres que emigraron a esos países.
“Los aportes de ellas son significativos en el hogar”, dice Orozco, que considera que las familias que se quedan en el país tienen la certeza de que si ellas llegan a cruzar la vida cambiará. Pero los problemas solo empeoran, cuando el sueño se vuelve pesadilla.
TRAGEDIAS TRAS TRAGEDIAS
La familia de la nicaragüense Gabriela Tatiana Espinoza Pérez, de 32 años no sabía de eso hasta este martes que se enteraron de su pérdida. Espinoza Pérez falleció este lunes intentado cruzar el Río Bravo. Ese mismo día la chinandegana Felícita Lucrecia Soza (49 años), también fue arrastrada por la corriente del azaroso cuerpo de agua que divide a Estados Unidos de México. Ellas, por mencionar los últimos dos casos que han traído dolor a sus familias en Nicaragua.
“Ojalá hubiera una forma menos peligrosa de poder viajar, porque emigrar es un derecho, buscar oportunidades es un derecho, se necesitan corredores más seguros, condiciones legales, sería lo ideal ”, recomienda Mejía. “No podemos culparlas, ni podemos decir ya no se vayan, hay una realidad y buscan escapar de ella. No debería estar pasando, eso sí”, reclama.