EL FSLN arrebató el 6% a la UCA, un derecho que le costó años de lucha
DESPACHO 505 consulta a UNEN sobre exclusión del 6%, pero deciden callar. Universitarios critican silencio. ¿Dónde están los defensores de los estudiantes?", preguntan.


- abril 04, 2022
- 01:27 AM
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Si alguien supo sacarle el mejor provecho a una de las luchas sociales más significativas del país, fue el Frente Sandinista. En nombre de defender el derecho de las universidades al 6%, el partido —echado del poder en 1990— paralizó Nicaragua, desestabilizó su economía y provocó muertes y decenas de heridos.
Pero el viernes pasado, 75 votos del mismo Frente Sandinista ahora convertido en dictadura, sepultó 15 años de esa lucha y su logro más importante, que era que ningún gobierno podía negar el 6% constitucional a ninguna universidad, según lo establecido en la Ley de Autonomía de las Instituciones de Educación Superior.
Daniel Ortega ordenó una reforma a esa ley y sus votos en la Asamblea Nacional excluyeron a la Universidad Centroamericana (UCA), de ese beneficio del Estado y puso a merced de “su manoseo”, la partida presupuestaria para el resto de universidades.
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“¿Quién le reclamaría (al dictador) por lo que transfiera de ahora en adelante a las universidades? Nadie”, dice un estudiante de la UCA que ahora no ve claro su futuro, pues las autoridades le han explicado que su beca dependía de que se mantuvieran las transferencias. Ahora sabe que la UCA no contará con los fondos estatales según la reforma que la aplanadora orteguista impuso. “En otro tiempo, los estudiantes universitarios estarían paralizando la Avenida universitaria y la capital entera estaría en llamas”, reclama el universitario.
¿Y LA UNEN?
Pero en la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), los que deberían estar al frente de esa demanda hay silencio total sobre el tema. DESPACH0 505 intentó conversar con Carlos Eduardo Díaz Moreira, presidente de su Ejecutivo Nacional, pero no fue posible. Nos pidieron primero enviar las consultas por correo, lo hicimos, pero no las respondieron, ni aceptaron dar la entrevista.

Antes que Ortega regresara al poder, UNEN alcanzó fama por "la guerra sin cuartel" que protagonizó en las calles para exigir a gobiernos del pasado garantizar el 6% para las universidades, pero desde el 2007 se rindieron al régimen y hoy funcionan más como otro órgano de propaganda y control en las universidades estatales.
A los integrantes de la dirigencia del pasado, Ortega los convirtió en diputados y ministros a unos, y en embajadores a otros como premio a su fidelidad, mientras que, a la actual, le ha hecho jurar con pañoletas rojinegras al cuello que defenderá a la dictadura, aunque eso sea ir contra los mismos estudiantes, como ocurre desde abril de 2018. Sus años de gloria, son como las de Ortega, un lejano pasado.
LA UCA Y DERECHO AL 6%
“Ni UNEN, ni ninguna organización estudiantil universitaria, ni nadie, puede rememorar las luchas del 6% sin mencionar a la UCA”, dice el defensor de derechos humanos Gonzalo Carrión, un exdirigente universitario que en sus tiempos en la facultad de Derecho se lanzó a las calles para defender la partida estatal.
Carrión era entonces presidente del Centro de Estudiantes de la Universidad Centroamericana (CEUCA), a quienes UNEN recurría para tener el apoyo de sus estudiantes en las jornadas para demandar el cumplimiento de la ley.
“Muchos asesores de esas infames reformas, diputados incluso, se formaron en la UCA, becados con ese 6% que costó sangre a muchos y que hoy despojan en desprecio total a la historia y a otros que, como ellos una vez, hoy necesitan de esos fondos para poder estudiar. Son infames, ellos y sus leyes”, critica Carrión.
El 13 de diciembre de 2018, la mayoría de esos mismos diputados que hoy agreden la autonomía universitaria dedicaron una sesión plenaria en memoria de los estudiantes que en 1995 fueron asesinados durante una jornada de enfrentamientos con la Policía mientras demandaban el 6% para las universidades. Porfirio Ramos y Gerónimo Urbina cayeron en las calles de Managua y ese día, su gesta cumplía 23 años. 35 universitarios resultaron heridos y algunos de ellos sobreviven con secuelas permanentes.
“Son héroes que luchaban por sus universidades”, dijo la diputada orteguista, Maritza Espinales, mientras Gustavo Porras le oía compungido. Irónicamente, fue Porras el que promovió la reforma que le arrebató a los estudiantes de la UCA su derecho al 6%. Otra ironía, un hijo de Porras se graduó en esa universidad.
“La UCA tiene tanto derecho como la UNAN de su 6%, ni Ortega, ni ningún otro político indigno puede anular la historia, las evidencias sobran”, insiste Carrión.
AÑOS DE LUCHA
“¿Sabían los 75 diputados lo que estaban aprobando?”. La pregunta la hace Kenia, una estudiante de Derecho de la UCA. Originaria de Masatepe, creció oyendo a su tío hablar de la lucha del 6%. “Él no se perdía una manifestación”, dice. De eso hace 30 años. Su tío vive en Costa Rica desde hace tres años y medio, y aunque es administrador de empresas, egresado de la UCA, trabaja en una fábrica textilera.
“Mi tío me contaba que eran días enteros enfrentando policías, como hace poco en 2018, pero era por el 6%”, cuenta Kenia. El tío no exageraba, basta asomarse a las noticias de la época para comprobarlo. A mediados julio de 1992, por ejemplo, inició una de las jornadas más extensas de protestas universitarias por la partida presupuestaria.

Hubo 52 días de huelga. La UCA-UNI, UNAN y UNA declararon zona de conflicto la Avenida Universitaria, paralizaron el transporte y Managua ardió. Luchaban por el 6% alentados por el Frente Sandinista desde la Asamblea Nacional, el mismo lugar desde donde hoy, castigan a la UCA y hacen trizas la autonomía universitaria.
“Estamos preocupados por lo que esta pasando”, dice la dirigente estudiantil opositora al régimen, Dolly Mora de la Alianza Universitaria de Nicaragua (AUN). “La lucha de la UCA es histórica, las autoridades nunca dejaron solos a sus estudiantes en ninguna protesta por el 6%, querer borrar eso, es un abuso más del régimen”, asegura.
Desde 1992 que en Nicaragua se defendió el 6% se cuentan cuatro víctimas mortales. El 13 de diciembre de 1995 fallecieron en las afueras de la Asamblea Nacional, Porfirio Ramos, trabajador de la Escuela Internacional de Agricultura y Ganadería de Rivas; y Jerónimo Urbina, estudiante de la Universidad Agraria. Hubo al menos 30 heridos, entre los que se cuenta a Bismark Santana, que perdió una pierna.
Cuatro años más tarde, el 20 de abril de 1999 falleció desangrado por un balazo de goma, Roberto González, estudiante de derecho de la UNAN-Managua cuando protestaban frente al Banco Central para exigir el 6%. El país era gobernado por Arnoldo Alemán que amenazaba con reducir las partidas presupuestarias. Y durante la administración de Enrique Bolaños, en mayo de 2004, el suboficial mayor Roger Rodríguez falleció después de que le explotara un mortero detonado por estudiantes en Jinotepe.
Se desconoce el daño económico total de tantos años de lucha, pero se cree son millones. El equipo financiero del expresidente Bolaños calculó que se perdían unos 10 millones de córdobas por cada día de protesta. Y no hubo un solo año en esos 14 que las universidades no presionaran en las calles para que desde el Estado se cumpliera con lo que decía la Ley. Pero los diputados en la Asamblea Nacional solo necesitaron apretar un botón para quitarle a la UCA lo que se había ganado en 30 años.
“Eso es parte de un logro que no se le puede negar a la UCA”, dice Carrión. “Fue parte de esa lucha antes, lo fue recientemente y seguiría haciéndolo en favor de sus estudiantes, es un compromiso de más de 60 años”, agrega.
“Son al menos dos mil estudiantes que quedan a la deriva, que eran beneficiados con becas, es un golpe demoledor para familias pobres a quienes se les niega el derecho a estudiar”, dijo Mora, la dirigente estudiantil que fue expulsada de la anulada Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), a petición de UNEN contra los estudiantes que le plantaron cara a Ortega en 2018 y por el que se explica la venganza contra la UCA.