Demacrado y desconectado: la secuencia fotográfica que revela el desgaste acelerado de Ortega

Demacrado, delgado y a ratos desconectado. Así reapareció el dictador Daniel Ortega este 24 de mayo, tras 24 días sin presencia pública, sin explicación oficial. Su última aparición había sido el 30 de abril, y antes de esa, el 8 de marzo. La secuencia de estas tres intervenciones televisadas —en 77 días— muestra un deterioro físico progresivo que no puede ser ocultado por la edición de las fotos oficiales.

En la imagen del 8 de marzo, Ortega se presenta con el rostro visiblemente más relleno, la piel con un tono más natural y una postura aún controlada, pese a su edad. Sostiene el micrófono con firmeza, con expresión algo apagada, pero coherente, explica un experto en comunicación en comunicación no verbal. Esta intervención marcó el inicio de su reducción en apariciones públicas durante 2025.

Para el 30 de abril, tan solo 52 días después, el cambio ya era notorio. Ortega luce más delgado, con mejillas hundidas y una mirada perdida. Su postura se ve tensa, sus manos entrelazadas frente al micrófono reflejan incomodidad. "Los signos de fatiga son más evidentes, tanto en el rostro como en el lenguaje corporal", apunta la fuente.

Finalmente, el 24 de mayo, reaparece luego de 24 días de silencio, con un semblante más demacrado, ojeras profundas y expresión desconectada. "Sus movimientos parecen torpes, y su mirada, vacía. La diferencia con las imágenes anteriores es marcada, y eso es algo que está a la vista, pero como experto podemos identificar la tensión e incomodidad en sus posturas", agrega el analista.

Las fotos oficiales divulgadas por la maquinaria propagandística del régimen fueron editadas, pero el video sin retoques revela la realidad: un Ortega desmejorado.

Las ausencias prolongadas y el deterioro físico visible coinciden con lo que diversas fuentes han revelado: Ortega, de 79 años, padece enfermedades crónicas como insuficiencia renal asociada al lupus eritematoso sistémico, las cuales requerirían tratamientos delicados, incluidos posibles procesos de diálisis, según indagaciones previas de DESPACHO 505.

En un régimen marcado por el secretismo, "las imágenes hablan por sí solas", remarca el experto. La secuencia visual de estas tres apariciones es la radiografía más clara del desgaste físico de Daniel Ortega y del inevitable paso del tiempo. "La dictadura intenta disimular, pero el cuerpo del dictador ya no puede esconder lo que el poder niega", subraya.