La corrupción es parte del ADN de la Policía de Nicaragua

Un policía no gana ni la mitad de lo que cuesta la canasta básica en Nicaragua, mientras los comisionados viven como ministros, "por eso son fáciles de corromper", aseguran expertos que analizan el caso de corrupción protagonizado por un youtuber español y dos agentes de Tránsito.

None
default.png
  • mayo 17, 2022
  • 02:12 AM

Quienes analizan el comportamiento de la Policía de Nicaragua coinciden en que la institución padece un mal endémico llamado corrupción. Una especie de cáncer de vieja data y diseminado a todo el cuerpo de la institución, pero que con Daniel Ortega tomando decisiones sobre su destino desde 2007, ha evolucionado a un estado crítico.

El cuerpo policial vive su peor momento. Ni cuando uno de sus directores dijo una en julio de 2003 que pagaban con drogas a sus informantes, se percibe tan mal. Y ha caído a tal nivel que los propios ciudadanos expresan que, en vez de sentirse seguros cerca de los uniformados, se sienten amenazados.

Un informe del Latinobarómetro 2020 señala por ejemplo, que apenas el 29% de los nicaragüenses consultados en ese año confiaban en la Policía y solo el 38% manifestó que les transmitían algún grado de seguridad. Asimismo, una encuesta de Cid Gallup reveló que la percepción de inseguridad ciudadana había crecido dos puntos porcentuales en tan solo cuatro meses de un 47% enero a un 49% en mayo.

NOTA RELACIONADA: Policías de tránsito piden coima de guaro y gaseosa a youtuber español en Nicaragua y todo quedó grabado

SIN MÉRITO PARA PORTAR EL UNIFORME  

“La gente ve que se ha utilizado a la Policía para hacer un trabajo que no es el que dice la ley”, dice un exmiembro de la Academia Policial, que pasó la mitad de su vida formando policías, pero le llegó la hora del retiro.

Sobre la decadencia de la institución identifica la falta de rigor en la formación y el hecho de uniformar como policías a elementos con muy baja cualificación: “Los policías de ahora ni siquiera los forman, llegan, les ponen el uniforme y van a la calle, no a servir como policías, sino a verse como policías”, dice el académico que pide hablar bajo reserva por temor a la represión estatal.

LEA ADEMÁS: Sigue la pesadilla de migrantes nicaragüenses: Una mujer muere de un infarto en México y un hombre se hunde en el río Bravo

A su criterio, ello explica el video en el que un Youtuber español graba la "negociación" que sostuvo con dos policías de Tránsito para evadir una infracción que cometió cuando se desplazaba en una carretera del país.

El extranjero admite en su video que había sido advertido de ese tipo de situaciones con la Policía y, quizas por esa razón, desde que tuvo el primer contacto con el pollicía intentó evitar la multa. Al final, el español "resolvió" con una coima y mucha mofa, que los oficiales de tránsito hicieron añicos una imagen de por si bastante dañada, de la institución encargada de la seguridad ciudadana del país.

CORRUPCION GENERALIZADA

“El problema es la corrupción a lo interno de la Policía, se ha generalizado, ya es endémica desde hace varios años, incluso desde los gobierno liberales, ya venía un corrupción acelerada que se afianzó con la llegada de Daniel Ortega al poder”, dice un investigador en temas de seguridad ciudadana consultado para este reporte.

Aunque con más presupuesto y más policías, la gente cree que la seguridad ciudadana ha decaído. Cortesía P/N

Para este experto, el problema es que la Policía dejó de tener los controles institucionales con los que contaban en el pasado, y hoy solo responden a lineamientos ideológicos.  

“El Ejecutivo ejercía control de la institución a través de la Dirección de  Asuntos Internos y respondían al poder civil que es Gobernación, hace tiempo dejaron de funcionar, es un control que ya no funciona.  Hay un especie de acuerdo tácito de impunidad, se entiende que ellos (la Policía) puede hacer todo a cambio de ofrecer seguridad y el status quo del régimen. Eso ha enraizado la corrupción a todos los nivel desde los mandos superiores a los oficiales de calle”, aseguró.

Para el mayor en retiro Roberto Samcam, se ha mal entendido el trabajo de la Policía en el país. “Es para mantener el orden, si, pero el orden social, no el político. Es para ir tras la delincuencia, no contra gente que se opone a la dictadura. Es una institución muy descompuesta, en realidad hasta cuesta llamarle institución”, criticó.

El exmilitar coindice con el experto en que el mal que padece la policía no es nuevo, ni nació con el régimen Ortega-Murillo, pero dice estar seguro también, que desde los incidentes del 2018, el deterioro ha sido “gigante y acelerado”.

LEA ADEMÁS: Mamá de Jeyssy insiste en que fue un femicidio y denuncia que «no quieren procesar al responsable»

El 5 de marzo de 2020, la Policía se convirtió en la primera institución del país en ser sancionada por un país extranjero por sus manifiestas violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses y en los meses siguientes, seis de sus altos mandos entre ellos su director y su subdirector, fueron sancionados por cinco naciones diferentes: Estados Unidos, Canadá. Unión Europea, Suiza y Reino Unido. "Eso te dice lo mal que andan", agrega Samcam.

"FÁBRICA" DE POLICIAS, TRAS 2018

En 2007, año en que Daniel Ortega regresó al poder, la Policía contaba con 9, 290 efectivos policiales y en 2020 la cantidad de efectivos casi se duplicaron hasta los 16, 909 oficiales de acuerdo a los anuarios estadísticos de la institución. “Viendo esos números, uno pensaría que si hay más efectivos policiales, habría menos inseguridad y una delincuencia más a raya, pero no ha pasado, lamentablemente”, dice el exintegrante de la Academia Policial.

El estallido de abril de 2018, marcó un decisivo “después” para la institución, solo que los expertos lo ven “a la baja”. Aunque sin admisión oficial, se cree que más de 600 policías dejaron la institución inconforme con la decisión de permitir el ingreso de parapolicías a sus filas y lanzarles balas a los manifestantes.

“Lo que pasó después fue peor, no solo había que reponer a los policías que se habían ido. Se supo que requerían más fuerzas para evitar otra rebelión ciudadana. Entonces: se abrieron las puertas sin filtros y se dio más presupuesto, que nunca ha llegado a los policías de calle, sino para otras cosas”, dice el exinstructor policial.

Y no miente. La últimas graduaciones de nuevos policías, según los medios de propaganda del régimen señalan que hasta septiembre de 2021, aumentaron la fuerza policial hasta contar con 19,010 efectivos. "El problema es que tipo de gente ingresó y cuanto se trabajó para formarlo. En tres meses es difícil formar buenos agentes", dijo.

En cuanto a presupuesto, desde el 2008 hasta el año pasado, la Policía ha tenido un crecimiento de entre el 7% y el 20% en los últimos diez años, según los expertos en temas de seguridad ciudadana. En 2019 por ejemplo la Policía recibió un presupuesto de 3,778 millones de córdobas, que aumentó en 3,837 millones de córdobas en 2020 y en 4,048 millones de córdobas para este año. “¿Cuánto de ese dinero a llegado al policía de calle? Muy poco y ese es el problema”, advierte el experto en temas de seguridad ciudadana.

FEA DESIGUALDAD

Un policía de línea en el país tiene un salario mínimo de entre 3,000 y 5,890 córdobas, puede aspirar a ganar 8,648 córdobas cuando cumple los cinco años de servicio y hasta los 12,000 tras muchas promociones. El problema es que, según el gubernamental Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide), el costo de la canasta básica aumentó a 17,219.68 córdobas al cierre de abril. El policía no gana ni la mitad de lo que cuesta la canasta básica.

“Ese es otro de los problemas. Gana muy poco, está en el sol y hasta se juega la vida. Y aun así no completa sus necesidades en casa. Sus jefes en cambio, ganan muy bien, tienen vehículo asignado con combustible cubierto y pasa en aire acondicionado y en oficina. Eso genera un problema con el que el policía debe lidiar cada día”, explica el exinstructor.

LEA ADEMÁS: Madres de Abril declaran el 30 de mayo «Día de luto nacional»

Samcam recuerda que la persona que toma la carrera policial no siempre lo hace porque le gusta o porque vea oportunidades de crecimiento profesional. “Es porque sencillamente, ya no quedan más opciones”, advierte.

“¿Quiénes entran a la Policía? Es gente de escasos recursos que no pudieron con una carrera universitaria, muchos ni siquiera son bachilleres. Saben también que ese uniforme les daría dinero rápido (con coimas) y claro poder sobre otra gente. El problema es que sabiendo todo eso, no trabajan en formarlos bien”, acusa el exmilitar.

Los expertos creen que en los últimos años, el consuegro de Daniel Ortega que dirige la Policía desde la salida amarga de Aminta Granera en septiembre de 2018, según el acuerdo presidencial 113-A- 2018, entendió que debía trabajar para mostrar más policías en las calles y enviar con el un mensaje claro a quienes se oponían al gobierno, Pro además tranquiliza al dictador que sabe solo puede sostenerse con las armas. “La apuesta en la Policía parece clara, más bulto y menos calidad”, dijeron.       

Ayúdanos a romper la censura, necesitamos tu apoyo para seguir informando

Donar