Misioneras expulsadas por el régimen: “Tuvimos que entregar a las niñas abusadas a sus familias”
Las monjas hablan sobre cómo fue su salida de Nicaragua: “nos despidieron de muy malas formas”. No tienen dudas: “Hay una clara persecución contra la Iglesia”.


- septiembre 08, 2022
- 12:52 AM
- Despacho 505
- Copyright Despacho 505
Un día antes de salir de Nicaragua por orden de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, las Misioneras de la Caridad de la orden de Madre Teresa de Calcuta entregaron a sus familias a las niñas que habían sido abusadas y a quienes cuidaban para protegerlas de sus agresores. Ese día todas lloraron.
Las Misioneras administraban un asilo para ancianos que no contaban con financiamiento gubernamental, y una guardería para cuidar a los hijos de vendedores ambulantes; también tenían un comedor para 133 personas y daban comida a las familias necesitadas. Y, en Granada, una casa para niñas que habían sido abusadas.
“El día antes de salir vino un grupo de Sant’Egidio y llevó a los ancianos a las casas de otras órdenes. La guardería la tuvimos que cerrar. Y las niñas que habían sido abusadas, todas de entre 8 y 13 años, tuvimos que entregarlas a sus familias. Imagínate lo que fue para ellas volver a su casa. Se iban todas llorando, y nosotras también”, dijo al semanario católico español Alfa y Omega la hermana Paola, una de las monjas expulsadas por la dictadura.
MÁS NOTICIAS | Defensoras recomiendan hablar de abuso sexual en los hogares y escuelas para que la niñez esté alerta
En el caso de las Misioneras de la Caridad, una de las entidades más queridas en este país profundamente católico —la misma madre Teresa lo visitó en los años 80 e incluso se entrevistó con Ortega—, la persecución es todavía más palmaria.
Para las misioneras su expulsión fue injusta. Las religiosas no habían levantado la voz contra el régimen en ningún momento. “Nosotras nos dedicábamos a la atención de los más pobres de entre los pobres” explicó Paola, quien llevaba más de siete años en Nicaragua.
LA EXPULSIÓN
A la expulsión de 18 monjas le antecedió la cancelación de la personería jurídica de la organización de las Misioneras de la Caridad en Nicaragua, creada el 16 de agosto de 1988 durante el primer régimen sandinista (1979-1990) tras una visita de la madre Teresa de Calcuta.
Según la dictadura, las Misioneras de la Caridad incumplieron con sus obligaciones conforme a la ley que los regula, y la Ley de Lavado de Activos, el Financiamiento al Terrorismo y el Financiamiento a la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva.
“Habían sacado una ley por la que el 75 % de las hermanas tenían que ser nicaragüenses. No cumplíamos esa cuota, les pedimos ayuda y nos llamaron el 13 de junio a Gobernación”, contó la hermana Paola.
MÁS NOTICIAS | La desesperación de una familia chinandegana que busca desde hace más de un mes a una niña de 12 años
“Empezaron a lanzar una serie de acusaciones que prefiero no comentar porque fueron muy injustas y nos despidieron de muy malas formas», asegura la misionera. A partir de ahí, “pararon nuestra labor, estuvieron investigando todos nuestros papeles, que los teníamos en regla, y poco después nos expulsaron”.
AYUDARÁN A NICAS EN COSTA RICA
Tras salir de Nicaragua, las religiosas llegaron a Costa Rica y ya han sido distribuidas por Centroamérica, detalló Alfa y Omega.
La hermana Paola y otras tres misioneras van a abrir una casa en Cañas, en Costa Rica, que está en la frontera con Nicaragua y está lleno de nicaragüenses. “Las superioras vieron que era un buen sitio. Vamos a seguir sirviendo a Nicaragua desde fuera”.
Para las misioneras expulsadas no hay ninguna duda de que hay una clara persecución contra la Iglesia. “Para nosotras ha sido una agonía. Hemos podido hacernos uno junto a Cristo en la cruz y con María a los pies de su Hijo”, concluyó.