El calvario de monseñor Rolando Álvarez: 528 días de encierro que acaban con destierro

El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, fue desterrado por la dicatdura de Nicaragua y enviado a Roma tras 16 meses y medio de secuestro.

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  • enero 15, 2024
  • 07:20 AM

El 4 de agosto de 2022 la imagen de monseñor Rolando Álvarez arrodillado en el asfalto, con las manos alzadas al cielo y rodeado por policías afuera de su residencia, la Curia Episcopal de Matagalpa, le dio la vuelta al mundo. Ese día, el obispo pedía el fin al asedio sin sentido del que era objeto. La fotografía, fue la representación viva de la persecución del régimen de Daniel Ortega a la Iglesia católica de Nicaragua que apenas comenzaba. Para entonces, nadie llegó a sospechar, el nivel de saña que alcanzaría.

Era un jueves eucarístico en el que los feligreses no pudieron acceder a la catedral San Pedro de Matagalpa para orar, como de costumbre. Su obispo y los sacerdotes que le acompañaban en la Curia fueron impedidos de salir. Entonces, monseñor Rolando Álvarez se rebeló y salió con el Santísimo en manos a recorrer unos metros, bendecir a los policías y pedirles otra vez que se retiraran.  

Desde ese día, el régimen ordenó el establecimiento de un cerco policial alrededor de la Curia que impedía la libre movilización de uno de los obispos más queridos del país. Un duro crítico de la represión y las violaciones de derechos humanos que venía cometiendo la dictadura desde 2018. 

Para tratar de justificar el asedio, la Policía Orteguista acusó al obispo de “intentar organizar grupos violentos”, según ellos, “con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua”. 

El obispo permació sitiado durante 15 días en los que el país permaneció en vilo, pendiente de cada transmisión en redes sociales que salía desde la Curia con el obispo rezando el rosario por las noches y celebrando una misa durante la mañana. Las liturgias virtuales terminaron al tercer día con el corte del suministro de energía eléctrica.

EL ASALTO A LA CURIA 

La madrugada del viernes 19 de agosto, la Policía Orteguista ingresó con violencia a la residencia del obispo para detenerlo.  

El operativo fue liderado por los comisionados Sergio Gutiérrez, entonces jefe policial de Matagalpa; y Ramón Avellán, subdirector de la Policía. 

Monseñor Rolando Álvarez fue trasladado a Managua al régimen de “casa por cárcel”.  

El 13 de diciembre, la Fiscalía lo acusó por supuesta “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional” (traición a la Patria) y “propagación de noticias falsas”, en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense. 

La primera vez que se le vio desde que fue detenido fue en una fotografía divulgada por la propaganda oficial que mostraba a monseñor Álvarez sentado en el banquillo de los acusados en los Juzgados de Managua para la audiencia inicial de su caso. Era el 10 de enero de 2023, el día 159 de secuestro.  

Monseñor Álvarez
Monseñor Álvarez en los juzgados de Managua,

EL ENVÍO A LA MODELO ORDENADO POR ORTEGA 

El 9 de febrero de 2023, Nicaragua despertó con la noticia de la excarcelación y destierro a Estados Unidos de 222 presos políticos. Hasta que el avión que trasladó a los detenidos no aterrizó en Washington, la pregunta que todos se hacían era si el obispo de Matagalpa estaba en la lista. 

El obispo rechazó la libertad vía destierro y habría insistido en quedarse en el país ejerciendo con todas las garantías su ministerio episcopal. Monseñor Rolando Álvarez era el preso político de mayor peso de la dictadura que quería deshacerse de él a toda costa.  

En cadena nacional de radio y televisión, esa noche el mismo Ortega mostró la lista de los presos políticos que pretendían desterrar y el obispo era el número 92. El dictador cargó en descalificativos contra el jerarca católico.  

“Yo no sé qué piensa este señor. Dijo que él no acata una resolución de un Tribunal de Justicia y que quería reunirse con los obispos”, contó Ortega tras revelar que después de su negativa al destierro ordenó su encierro en el Sistema Penitenciario Nacional, conocido como cárcel La Modelo. 

Ortega contó que cuando el obispo fue trasladado del aeropuerto a La Modelo, “llegó que era un energúmeno”. 

Un día después el obispo fue condenado, sin juicio, a 26 años y cuatro meses de cárcel, se le retiró la nacionalidad nicaragüense, se dictó la pérdida de todos sus derechos civiles y políticos y la confiscación de sus bienes. 

LA PRIMERA VISITA EN LA MODELO 

Desde que se conoció el envío a prisión del obispo crecía la preocupación por su estado de salud. Tenía 56 años y padece de diabetes. Además, para nadie era un secreto la saña de la dictadura con los presos políticos que sufren malos tratos, encierros prolongados y falta de atención médica especializada.  

El 25 de marzo, tras una campaña que organizaciones internacionales de derechos humanos y de la comunidad internacional que pedía una prueba de vida del obispo, la dictadura lo mostró en una visita familiar. Era el día 233 de secuestro y la segunda vez que se le veía desde que fue detenido.  

En las imágenes, monseñor Álvarez sonríe y responde animado al breve interrogatorio de un periodista oficialista. Las imágenes no ocultaban la delgadez del obispo que lucía la vestimenta azul del presidio. Tampoco se pudo esconder el tono amarillento que había tomado su tez, tras 43 días a la sombra en el Sistema Penitenciario Nacional ni unas ojeras profundas que enmarcaban su mirada. 

La “presentación” del religioso fue todo un montaje. Mandaron a preparar una mesa con un mantel blanco y sillas de madera en un gran salón del penal para el encuentro del obispo con sus hermanos Vilma Esperanza y Manuel Álvarez Lagos. 

Él aprovechó las cámaras oficialistas para transmitir fortaleza: “Estoy gracias a Dios bien, con mucha fuerza interior y con mucha paz en el señor y la Virgen santísima”, dijo al periodista enviado con la misión de conseguir que el obispo declarara que había recibido buen trato de sus carceleros. 

– ¿Nos confirma usted que ha recibido un trato digno, como todo ser humano merece?, preguntó. 

Monseñor Álvarez se apresuró a responder afirmativamente: “Agradezco a las autoridades competentes del Sistema Penitenciario”. 

— Nos alegra verlo bien, insistió el periodista 

Ah, bueno. ¿Me ves bien?, ¿saludable?, ¿y la cara como me la ven?, reaccionó con humor el jerarca católico quien entre risas hasta mostró su perfil al periodista para que apreciara mejor su estado. 

Todo el encuentro del obispo con sus hermanos transcurrió bajo los focos y flashes de las cámaras del propagandista Canal 4.

OCHO MESES DE SILENCIO  

Desde el 25 de marzo, cuando se le vio en esa visita familiar transcurrieron ocho meses de silencio oficial sobre el estado del obispo.  

Los llamados de la comunidad internacional demandando su liberación no cesaban. En el mes de julio se conoció de un nuevo intento de la dictadura por desterrar a Rolando Álvarez en una negociación tripartita entre El Carmen, la Conferencia Episcopal y la Santa Sede.  

Rolando Álvarez se negó nuevamente a la libertad vía destierro. 

El 28 de noviembre de 2023, el obispo fue mostrado nuevamente. Esa aparición en fotos y videos de la propaganda oficial dejó aún más preocupados a opositores y organismos de derechos humanos. Se le vio serio, demacrado y con excesiva pérdida de peso. Nada que ver con el obispo que el 25 de marzo, cuando se le veía por primera vez en la cárcel La Modelo, se mostró sonriente, altivo e incluso bromista frente a las cámaras de la televisión oficialista. 

Era el día 482 de secuestro. El Ministerio de Gobernación divulgó fotos y videos indicando que monseñor Álvarez supuestamente recibía tratos preferenciales en La Modelo, para intentar ocultar que había estado en celdas de castigo.

La primera parte del video publicado de 1 minuto 55 segundos fue publicada sin audio y la segunda parte con un sonido ambiente donde se ve la emisión de un programa de televisión con fecha del 27 de noviembre. Esa vez al obispo no se le vio hablar ni decir cómo se encontraba. Tampoco se sabe si fue entrevistado y por lo que hubiera dicho, el régimen decidiera no publicarlo.   

Fue una puesta en escena perfecta. En una amplia celda de paredes blancas perfectamente pintadas, se veía un televisor LED empotrado en la pared, un juego de sillones, un comedor con cuatro sillas, cuatro maceteras, un florero y una mesa llena de todo tipo de comidas y bebidas.   

El intento del régimen Ortega Murillo por apaciguar las críticas, nuevamente, resultó fallido.

LA CUARTA Y ÚLTIMA APARICIÓN HASTA EL DESTIERRO 

El 2 de enero de 2024, el régimen publicó nuevas fotografías de una revisión médica que le practicaron a monseñor horas después de que Estados Unidos exigiera la liberación inmediata del jerarca católico. 

Un día antes, el papa Francisco expresó durante el Ángelus su preocupación por la detención de sacerdotes en Nicaragua. 

https://www.facebook.com/despacho505/videos/909937326898554

En las imágenes se observaba a monseñor Álvarez demacrado y sin el uniforme azul, vistiendo una camisa rosada de talla grande que le cubre sus brazos que lucieron extremadamente delgados en la aparición de noviembre. Era el día 516 de secuestro. 

En este tiempo el obispo se negó al destierro hasta tres veces y exigió la restitución de su libertad en Nicaragua. Solo una orden directa del Papa, al que debe obediencia, le haría salir del país. Finalmente ocurrió este domingo 14 de enero. 

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