Confiesa asesinato y violación de niñas de Mulukukú, piden 110 años de prisión
El próximo 25 de septiembre será la lectura de sentencia por los delitos de asesinato agravado y violación.
Rosario Soza Centeno se declaró culpable del asesianto de las dos niñas de Mulukukú, Caribe Norte. En los juzgados de Managua, el sujeto confesó que abusó y luego asesinó con saña a las hermanas 10 y 12 años.
El crimen ocurrió el pasado 12 de septiembre en la comunidad Lisawe. Soza Centeno declaró ante la jueza Karla García Zepeda, Juzgado Sexto Distrito Especializado en Violencia, que ultimó a machetazos a las dos menores que se encontraban buscando cangrejos, en un río de la localidad.
También aceptó que abusó sexualmente de una de ellas. El representante del Ministerio Público, pidió que la pena impuesta sea de 110 años de cárcel, sin embargo la pena máxima actual en Nicaragua es de 30 años.
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A raíz de este crimen, Daniel Ortega pidió a la Corte Suprema de Justicia una reforma a las leyes para establecer la pena de cadena perpetua, para castigar crímenes atroces y de odio, entre lo que se encontrarían los femicidios, aunque los opositores más bien creen que será un instrumento represor de la dictadura.
La Fiscalía pidió 25 años por la violación de cada una de la víctimas y 50 años por cada uno de los asesinato agravado. La judicial programó para el próximo 25 de septiembre la lectura de sentencia. Los delitos que le imputa la fiscalía son asesinato y violación.
PLANIFICADO
El testimonio de Carmen Rodríguez Dávila, la mamá de las dos niñas asesinadas reveló que Rosario Soza Centeno planificó fríamente el crimen. Al saber que las pequeñas de 10 y 12 años irían al río donde estaba su madre lavando, mandó a avisarle que ya se iba a ir y que la casa quedaría sola.
Con ese argumento hizo que Carmen regresara y dejara a las pequeñas solas en el río. Y así fue. Se quedaron a buscar cangrejos. Cuando volvió la madre, el hombre de 33 años le comentó que iría a cobrar un dinero que le debían, pero en realidad, con machete en mano, fue a buscar a las niñas para abusarlas y matarlas. El relato no sólo deja constancia que hubo una planificación sino que lo cometió un hombre en la que la familia ya tenía confianza.
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La madre relató a un medio de comunicación local que el hombre visitaba la casa esporádicamente, sin embargo aumentó las visitas en los últimos días. Llegaba en las mañanas y se iba caída la tarde. Aunque ya fue detenido, Carmen duda de la Policía y la Justicia, pues una de las menores fue violada en dos ocasiones previas, y las autoridades no investigaron el caso ni detuvieron a los responsables
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