Iota y Eta causan graves daños a cosecha cafetalera de pequeños productores

Las fuertes lluvias maduraron el grano y no hay mano de obra por temor a más deslaves en la zona Norte de Nicaragua.

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  • noviembre 26, 2020
  • 03:32 AM

El paso del huracán Iota dejó ha amenazado la cosecha cafetalera  en  varias comunidades que se localizan en la microrregión de Wamblán en el municipio de Wiwilí, Jinotega. Ahí los productores se las han ingeniado para salvar al menos el  40% de sus cosechas. 

Tras un cese de las lluvias, las plantaciones quedaron sepultadas por los deslaves, los caminos intransitables,  el café maduro cayendo al suelo, falta de mano de obra y una  caída en el precio del grano. Según los productores, las zonas cafetaleras más afectadas se localizan en las comunidades de El Jilguero, Maquengales,  San Ramón de  las Quebradas, La Tigra y  El  Zapote.

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Martha Aracely Zeledón de 34 años, productora de Maquengales, explicó que en esta comunidad se contabilizan más de 300 manzanas de café “y tras el desastre causado  por el huracán Iota,  es muy probable  que toda la  cosecha que  sobrevivió a deslaves e inundaciones caiga al suelo, porque no hay mano de obra para cortar el grano”, explicó.

Las fuertes  lluvias que ocasionó Iota aceleraron  el proceso de maduración del grano  impidiendo que haya chance para la recolección. “La  gente  no está  yendo a las fincas a cortar café por temor a deslaves, ya  que en la zona de El Jiguero,  uno   de los  deslizamientos de tierra  que se registró durante  las  inundaciones,  sepultó a   un señor de 50  años y  a su hijo de 18, pero  además otro inconveniente es el acceso a las zonas cafetaleras”, explicó.

Los pobladores de las comunidades de la  microrregión  se conectaban  con  el casco urbano de Wiwilí, a través de dos puentes colgantes   que estaban sobre   el caudal  del río  Wamblán, pero ambos colapsaron durante  las inundaciones de Eta  y Iota.

“Uno colapsó con Eta  y el otro lo destruyó Iota  y   en  temporada lluviosa   eran los que permitían  recolectar  y sacar el grano  de nuestras  fincas  ya que se  carece de un puente  vehicular y hasta el momento  no se nos ha brindado ninguna alternativa, para  salvar lo que  queda de nuestra  producción”, afirmó.

Pequeño productor del Norte de Nicaragua.

Según los  productores  en medio de las secuelas dejadas por Iota, los  comerciantes de café  también les están asestando otro golpe, al bajarles  considerablemente el precio  del grano. “En Maquengales donde tengo 16 manzanas de café,  el quintal lo estaban pagando a  C$ 3,100, pero tras el paso del huracán Iota  bajaron el precio hasta  2,000 córdobas”,  refirió Zeledón.

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Marvin David Herrera, productor de la comunidad El Jilguero, contó que en  este sector las inundaciones  combinadas  con deslaves arrasaron con el 60% de las cosechas.

“Aquí la preocupación de los productores es enorme  porque hay aproximadamente 300 manzanas de café  en toda la comunidad y la pérdida por los daños es cuantiosa y en medio de la incertidumbre estamos  ingeniándonos para  por lo menos  aprovechar un 40% de la cosecha, pese a que estamos incomunicados por caminos destruidos y tampoco hay gente dispuesta a  trasladarse a las  fincas a cortar el grano, por miedo a  deslizamientos de tierra”, lamentó. 

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