Campesino de Isla de Ometepe es “el reflejo de la crueldad” del régimen de Daniel Ortega
Justo Emilio Rodríguez López era un campesino alegre que se deleitaba cultivando la tierra y elaborando huacales y cucharas de jícaro. El régimen de Daniel Ortega lo regresó parapléjico y con dos huecos en su cabeza que su familia sospecha son marcas de la tortura que recibió en la cárcel.


- diciembre 27, 2020
- 04:48 AM
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Después de ocho meses de encierro en prisión, don Justo Emilio Rodríguez López regresó el martes a la Isla de Ometepe. La noticia de su retorno corrió de boca en boca entre los pobladores de la comunidad de Esquipulas, del municipio de Moyogalpa, y en poco tiempo había una multitud esperando al campesino.
Eran las seis de la tarde del 22 de diciembre cuando, el vehículo que trasladó al expreso político desde Managua, finalmente llegó a la comunidad de donde el 20 de abril de este año fue sacado por agentes de Policía, gravemente golpeado. La emoción de quienes lo esperaban para celebrar su libertad se transformó en asombro: el campesino de 68 años llegó acostado en la tina de una camioneta, sin poder moverse y presentando dos huecos en su cabeza, que sospechan son marcas de la tortura que sufrió en el Centro Penitenciario “Jorge Navarro” de Tipitapa, donde permaneció interno sin recibir la atención médica que su familia pidió insistentemente, pero que se le concedió hasta que su estado de salud fue crítico como consecuencia de los tratos crueles que recibía.
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Don Justo no es ni la sombra del hombre que la Policía Orteguista sacó de Ometepe hace ocho meses. Era un campesino activo, jocoso, servicial que se deleitaba cultivando la tierra y elaborando huacales y cucharas de jícaro, refieren quienes le conocen. “Más bien, es el espejo de la crueldad y de lo que es capaz de hacer el régimen de Daniel Ortega con los opositores que son encarcelados y procesados por delitos que nos inventan”, reprochó un lugareño.

VIOLENCIA DESMEDIDA
Desde el día que lo apresaron, don Justo comenzó a sufrir el peor trato, afirma su hermana Emérita Rodríguez López quien se ha encargado de su cuido en este tiempo, y de denunciar los malos tratos de los que ha sido víctima estando bajo la responsabilidad de las autoridades penitenciarias.
Mientras observa a su hermano postrado en una cama, Emérita sostiene que todo lo que ha sufrido es una “injusticia”, desde su detención durante la redada policial contra los opositores de la comunidad de Esquipulas que la noche del 19 de abril del 2020 se habían concentrado para conmemorar el segundo aniversario del levantamiento cívico contra el régimen de Daniel Ortega.
Era lunes y él, como de costumbre, había salido de su casa a eso de las 5 de la mañana a trabajar en su parcela, cuando agentes que patrullaban la isla persiguiendo a los opositores lo detuvieron y tras darle una brutal paliza lo arrestaron. Su familia denuncia que los tratos crueles fueron escalando hasta que el campesino alegre y trabajador que a diario salía a cultivar la tierra terminó parapléjico y con pocas esperanzas de vida.
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Estando convaleciente por la golpiza policial, la Fiscalía acusó a don Justo por el delito de obstrucción de funciones, y el 21 de julio, el juez Séptimo de Distrito Penal de Juicio Melvin Vargas, lo declaró culpable y le impuso tres años de cárcel.
Su hermana relata que aunque pidieron muchas veces atención médica para él, fue hasta que sufrió un derrame cerebral a consecuencia de una golpiza que las autoridades aceptaron trasladarlo a un centro médico. "Fue internado a partir del 30 de agosto en el hospital (Antonio) Lenín Fonseca de Managua, donde los médicos le daban 72 horas de vida, pero Dios ha hecho un milagro porque lo tiene con vida”.
Contó que los meses que permaneció ingresado también sufrieron asedio e intimidación, ya que pese a su delicado estado de salud los custodios del Sistema Penitenciario y oficiales de la Policía permanecían en el hospital "atentos para que nadie se le acercara".
NECESITA AYUDA
“Fue hasta el 18 de diciembre que se retiraron tras conocerse que lo habían dejado en libertad y cuatro días después le dieron de alta en el hospital y me lo traje de regresó a la Isla de Ometepe, pero mi hermano está muy mal no puede ni levantarse ni hablar con claridad y los médicos me recomendaron estar pendiente de él día y noche, explica Emérita.
Debido a la grave condición de salud del campesino, han lanzado una iniciativa de solidaridad que permita a la familia mejorar las condiciones en que se encuentra. Don Justo necesita una cama hospitaliria, insumos de higiene y para curaciones, así como suplementos alimenticios como Ensure.
Las ayudas pueden ser entregadas haciendo coordinaciones al número de teléfono 77417340. También está disponible la cuenta en Lafise No. 401503550
Dice que desconoce cuántas cirugías le realizaron a su hermano, pero sospecha que son más de tres incluyendo una que de columna. “El sigue vivo de milagro, tiene que dormir de costado por esa operación que le realizaron cerca de la columna y que yo y el resto de la familia ni sabíamos y a la vez presenta unos huecos en su cráneo que no sabemos si fueron producto de las torturas que le hacían en la cárcel o de una operación”, manifestó.