Falta de transparencia y adoctrinamiento político en las escuelas de Nicaragua

Los estudiantes de preescolar, primaria y secundaria regresaron a las aulas en medio de una pandemia, con los maestros peor pagados de la región, la inversión más baja por estudiante y denuncias de adoctrinamiento político en las escuelas.

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  • febrero 01, 2021
  • 03:57 AM

Un millón 700 mil estudiantes regresaron este lunes a las aulas para iniciar el año escolar 2021 en medio de críticas por la deteriorada calidad del sistema educativo y la falta de transparencia de datos de matrícula por cada nivel educativo. 

Jorge Mendoza del miembro de la Federación Coordinadora Nicaragüense de ONG que trabajan con la Niñez y la Adolescencia (Codeni), lamenta que los datos de matrícula por cada nivel educativo han “desaparecido” de las estadísticas oficiales del Ministerio de Educación, lo que contradice los parámetros internacionales en materia educativa. 

El año pasado la vicepresidenta Rosario Murillo, vocera del régimen, detalló que la matrícula de 2020 fue 1.8 millones de estudiantes “en las diferentes modalidades educativas”, pero esta vez incluyeron a alumnos de escuelas normales y de la alfabetización continua “que en otros años no formó parte de las estadísticas oficiales de la matrícula de educación básica y media”.    

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Para la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) es indispensable que los principales indicadores educativos dejen de ser manejados de manera discrecional por las autoridades estatales, porque, aunque se conocen datos de matrícula y cobertura, no se brinda informes sobre aspectos claves como el progreso académico y las evaluaciones para medir aprendizajes. 

POCO PRESUPUESTO 

Las bajas asignaciones presupuestarias a educación básica y media es otra de las debilidades del sistema, lo que da como resultado que los principales indicadores que miden el desempeño e impacto de la educación se mantengan invariables y en otros casos desmejorados.  

El año pasado la Asamblea Nacional aprobó un presupuesto de 14,795 millones de córdobas para el Mined. En el informe de ejecución presupuestaria de enero a septiembre se habían ejecutado 9,965.6 millones de córdobas, para un estimado de grado de ejecución del 67.4 por ciento.  

Según Codeni, para un estudiante de preescolar en Nicaragua la inversión no supera los 2,000 córdobas al año; para uno de primaria son 10,000 córdobas; y para secundaria 7,500 córdobas.  

El organismo considera necesario que a la par del aumento de la inversión en educación, recomendada en al menos 6% del Producto Interno Bruto (PIB), mejorar la capacidad docente y aumentar los salarios, articular el sistema desde preescolar hasta la universidad y mejorar la infraestructura de los colegios públicos del país.   

ADOCTRINAMIENTO POLÍTICO 

Otra de las debilidades del sistema es el adoctrinamiento político en las escuelas. En los actos escolares predomina el uso de la bandera del Frente Sandinista frente a la de Nicaragua. Los discursos de las autoridades educativas desde la ministra Miriam Raudez, directores de centros y maestros están marcados por el ensalzamiento de la figura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Los libros de primaria hacen alusión directa a la pareja dictatorial y se utiliza su imagen dentro de los textos de enseñanza.  

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Jorge Mendoza, de Codeni, sostiene que para mejorar la calidad de la educación en Nicaragua urge eliminar el adoctrinamiento político en las escuelas, que es prohibido por la Constitución, y tomar medidas en cuatro aspectos.  

BRECHA ENTRE EL CAMPO Y LA CIUDAD   

En Nicaragua, casi el 85% de las escuelas se encuentran en el campo y la mayoría tienen una modalidad que se conoce como multigrado. Se pueden encontrar escuelas de dos aulas donde se desarrolla toda la primaria.   

“Esto planta que las brechas entre estudiantes rurales y urbanos sea bastante grande. Los indicadores de retención, abandono escolar, matrícula, éxito escolar y rendimiento académico resultan extremadamente dramáticos en el campo y, particularmente, en la Costa Caribe nicaragüense”, alerta Codeni.  

“La breca es muy grande porque en los cascos urbanos nos encontramos con escuelas que tienen tres pabellones, una cancha deportiva, biblioteca, laboratorios, pero estamos hablando que en la mayoría de escuelas, que son las del campo, no cuenta con estas condiciones y, en algunos casos, ni siquiera hay baños higiénicos para los niños y niñas”, agrega Jorge Mendoza, vocero del organismo.  

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Por otro lado, las autoridades gubernamentales deben trabajar en función de implementar políticas sociales complementarias encaminadas al fomento del empleo, sobre todo, en las zonas rurales con altos índices de pobreza y donde se registran los mayores niveles de deserción escolar, ya que muchos niños, niñas y adolescentes se ven obligados a abandonar las aulas de clases para dedicarse a actividades laborales que les garanticen, en cierta medida, los recursos mínimos necesarios para su sobrevivencia y la de sus familias, según Codeni. 

Finalmente, Mendoza sugiere que la familia también debe asumir un rol más responsable, involucrarse en la educación de sus hijos y exigir mejoras.   

“Las familias nicaragüenses se desprenden de la responsabilidad compartida que tiene que ver con la educación de los niños. Es decir, entregamos los niños a la escuela y solo nos aparecemos al inicio en la matrícula y al final del año cuando hay que retirar nota”, concluye. 

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