Afectados por huracanes beben agua de ríos mientras esperan que Enacal solucione
En los últimos meses, a los habitantes de Wamblán, en Wiwilí, dice que no les ha quedado más opción que recurrir a los ríos: recogen agua para beber, lavan ropa y acarrean en baldes el líquido que utilizan para los quehaceres.


- febrero 28, 2021
- 12:51 AM
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Más de cinco mil habitantes de la comunidad de Wamblán del municipio de Wiwilí, en Jinotega, desde hace tres meses consumen agua de los ríos. En ese lugar situado a 275 kilómetros de Managua, toda la red de tubería de agua potable quedó destruida tras el impacto del huracán Iota, el 16 de noviembre de 2020. Desde entonces, están a la espera de que les restablezcan el servicio. La promesa más reciente es que será en ocho días.
Iota ingresó a Nicaragua como huracán categoría 5 a través de la comunidad Houlover, al sureste de Bilwi, Puerto Cabezas, y en su desplazamiento sobre el territorio nacional dejó sin servicio de agua potable a unas 98,000 familias, según el informe que brindó en su momento la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal).
“Entre los afectados estamos nosotros y, aunque se ha solicitado a la alcaldía de Wiwilí que se nos restablezca el servicio, aún seguimos en espera”, lamenta el concejal Venancio Chavarría, de 67 años.
De acuerdo con el concejal, el servicio de agua potable se interrumpió debido a los destrozos que dejó el huracán Iota en la red de suministro del casco urbano. “Los habitantes de la comunidad contamos con el servicio de agua potable desde hace aproximadamente 18 años y, poco a poco, se ha tratado de ir mejorando y ampliado el sistema de distribución, pero el huracán Iota destruyó todo", expone.
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EN PLANES
La red de tuberías que abastece a la comunidad quedó inhabitada tras el impacto del huracán Iota, el 16 de noviembre de 2020. FOTO: DESPACHO 505 Parte de los daños en la red de distribución de agua potable que abastece a los habitantes de la comunidad de Wamblám, en Wiwilí. FOTO: DESPACHO 505
En los últimos meses, dice que no les ha quedado más opción que recurrir a los ríos: recogen agua para beber, lavan ropa y acarrean en baldes el líquido que utilizan para los quehaceres.
La red que existía captaba el agua de el río Zapote que era reservada en una pila para hacerla apta para el consumo, por medio de un proceso de filtración y cloración. Esa misma red es la que sería restablecida por Enacal, pero debido al retraso en los trabajos de reparación la "iglesia católica a través de Cáritas está gestionando la ejecución de un proyecto de agua con una oenegé, con el cual estaríamos restableciendo el servicio, pero se están realizando los estudios, que van a determinar si el agua que se pretende aprovechar es apta para el consumo humano, ya que la captación no se realizará en el río”, explicó el funcionario.
El proyecto paralelo contempla captar el recurso de un ojo de agua que se localiza en la comunidad. Si los análisis resultan positivos, el concejal dice que se han planteado la posibilidad de utilizar la misma pila de almacenamiento de Enacal para tratar el líquido y ampliar el servicio.
El concejal manifestó que las autoridades municipales han expresado en los últimos días sus intenciones de restablecer la red de suministro de agua potable, pero para la comunidad sería idóneo que ambos proyectos se pongan en marcha porque hay mucha necesidad de acceso a agua segura para el consumo.
“Para traer agua a nuestros casas tenemos que caminar unos 20 minutos, pero gracias a Dios los vecinos o dueños de fincas no son egoístas y comparten el vital líquido y la buena noticia es que a través de la iglesia católica se está impulsado un nuevo proyecto”, afirmó la ciudadana que pidió omitir su nombre.
Según cifras oficiales, los daños causados por el impacto de los dos huracanes Eta e Iota en Nicaragua, con apenas trece días de diferencia, asciende a 742.6 millones de dólares.
El daño en agua y saneamiento fue estimado por las autoridades gubernamentales en 6,6 millones de dólares.