Ortega replica nepotismo en el Minsa: marido y mujer al mando
Carolina Dávila Murillo, nueva ministra de Salud es casada con el viceministro de la misma cartera, Enrique Beteta. Durante los días más crudos de la represión a manifestantes fue señalada de no permitir que se utilizaran las ambulancias para trasladar a los heridos.


- julio 26, 2019
- 01:21 PM
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Carolina Dávila Murillo, nueva ministra de Salud es casada con el viceministro de la misma cartera, Enrique Beteta. Durante los días más crudos de la represión a manifestantes fue señalada de no permitir el uso de las ambulancias para trasladar a los heridos.
Mediante el acuerdo presidencial 108-2019 publicado este viernes en el diario oficial La Gaceta, el dictador Daniel Ortega nombró como Ministra de Salud a Carolina Dávila Murillo, quien ocupaba el cargo de viceministra de Salud para Asuntos del Silais Managua.
Dávila es esposa del actual viceministro de salud, Enrique Beteta, un reconocido médico orteguista dirigente nacional del Movimiento Médico Sandinista que en agosto de 2008 fue nombrado Secretario General del Ministerio de Salud (Minsa) ante la renuncia del doctor Adrián Zelaya, debido a desacuerdos con Guillermo González, para entonces titular de esa cartera.
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En 2014, según la Gaceta número 216 publicada el 13 de noviembre, Enrique Javier Beteta Acevedo fue nombrado asesor de Sonia Castro, ministra de Salud, con rango de viceministro, nombramiento que no le impidió seguir ejerciendo el cargo de secretario general del mismo ministerio.
Enrique Beteta también es presidente de la Comisión Nicaragüense del Sida (Conisida), una institución que ha tenido serios roces con organizaciones no gubernamentales que demandan que se garantice medicamentos antirretrovirales para las personas con VIH.
PARAMILITARES EN AMBULANCIAS
El 23 de junio del 2018 cuando Nicaragua se encontraba sumida en al peor represión registrada en las últimas décadas, se reportó en redes sociales la utilización por grupos paramilitares de las ambulancias del Silais – Managua bajo la orden de Carolina Dávila Murillo, nombrada hoy Ministra de Salud por orden presidencial.
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Las denuncias contra Dávila incluyeron el haber negado la utilización de las ambulancias para trasladar a personas heridas a manos de policías y parapolicías, en consonancia con la orden girada por la destituida ministra de salud Sonia Castro, quien en junio fue sancionada por Estados Unidos y Canadá por vincularla directamente con los crímenes de lesa humanidad cometidos contra la población que manifestaba contra Daniel Ortega.
La activista Arely Cano, coordinadora de ICW Latina, reconoce que Dávila es una profesional apta para el puesto, pero confiesa que lo mismo pensaron cuando Sonia Castro fue nombrada ministra de salud.
“Todo mundo decía que la Sonia iba a ser una buena ministra porque viene desde abajo, pero mira con qué nos encontramos por tener la línea directa del partido. El problema es el vínculo con el partido, porque profesionalmente siempre fue una buena doctora”, opinó Cano.
Dávila durante los gobiernos de Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños estuvo al frente del Centro de Salud Pedro Altamirano. Y desde que asumió el cargo de dirección en el Silais no ha dudado en utilizarlo para hacer política partidaria en favor del FSLN, según denuncias.
RÉGIMEN ESTÁ AISLADO
Con este nombramiento Ortega replica el modelo nepotista presidencial que a criterio del sociólogo Óscar Rene Vargas es una clara señal del aislamiento en que se encuentra el régimen Ortega-Murillo.
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“El nepotismo, en este caso, es la falta de cuadros profesionales de confianza para la dictadura. Demuestra un mayor aislamiento”, dice Vargas.